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Red Internacional
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Las calles son nuestras. El arte y la gráfica callejera frente a la criminalización

Graffiterxs, stickerxs y artistas nos reunimos en el parque méxico para intercambiar nuestros materiales, en el marco de que Sandra Cuevas ha venido golpeteando al arte y a la gráfica callejera y a las y los trabajadores en la alcaldía Cuauhtémoc, el espacio se volvió también un lugar para denunciar las medidas derechistas de la alcaldesa panista.

Lunes 7 de agosto de 2023

Este sábado la TRAK crew estuvo en los intercambios nocturnos que se organizaron en el en el Foro Lindbergh en Parque México, dónde a pesar de la relativa tranquilidad, para no variar, nos encontramos enfrentados al hostigamiento de las autoridades y los “vecinos”, con la exigencia de que se tomen más medidas frente a los jóvenes que recuperan los espacios que le pertenecen.

Decenas de graffiterxs, stickerxs y artistas nos reunimos en el parque méxico para intercambiar nuestros materiales. En el marco de que Sandra Cuevas ha venido golpeteando al arte y a la gráfica callejera y a las y los trabajadores en la alcaldía Cuauhtémoc, el espacio se volvió también un lugar para denunciar las medidas derechistas de la alcaldesa panista.

Inmediatamente los medios oficiales y la alcaldía, no dudaron en sacar los colmillos, exigiendo medidas securitaristas para “atrapar” a “los vandalos”, una retórica criminalizadora, racista y discriminatoria la cual nada tiene que ver con la inseguridad, sino con la necesidad de acallar los reclamos genuinos del derecho a la cultura que debe tener la juventud.

Menos espacios para la cultura y más para la gentrificación

Aunque algunos “vecinos” de la colonia Condesa salieron a quejarse de nuestra intervención sobre el foro Lindbergh, no podemos dejar de poner en evidencia que, mientras las autoridades criminalizan las caravanas migrantes, reprimiendo y deportando a miles de familias, por otro lado, han estado privilegiando la gentrificación de parte de empresas inmobiliarias como AirBn.

Esto ha traído como consecuencia el desplazamiento de vecinos originarios debido al encarecimiento de las rentas y los servicios, mientras que se nos niega a los jóvenes espacios para la cultura y el entretenimiento, como lo viene haciendo el gobierno de Sandra Cuevas, al incrementar los grupos policiacos.

Para el gobierno de la alcaldía Cuauhtémoc o el propio gobierno de la Ciudad le es fácil respaldar estos “ciudadanos” que exigen seguridad, pero hay que ser bien claros: cada que la gente es desalojada de sus viviendas en las colonias y borran rótulos y graffitis, los únicos grandes beneficiados son los cárteles inmobiliarios que, sin resistencia alguna, pueden seguirse enriqueciendo a costa de la vivienda o los proyectos descarados como las alianzas del Gobierno de la CDMX con Airbnb, que sólo ha provocado el desplazamiento de cientos de personas por el aumento del costo de las rentas, o porque directamente son desalojados para volver departamentos en Airbnb’s.

El problema claramente no es la pintura, tampoco lo son los stickers o intervenir espacios. En realidad el problema es mantener a la gente alejada de la toma de las decisiones sobre sus propios espacios públicos; la juventud condenada a la precariedad, que en las noches, con sus propios esfuerzos, sale pintar las ciudades, no tiene espacio entre los parques y las plazas dónde “el gran arte” es apreciado.

Mientras que los partidos políticos destinan miles de recursos a cubrir las ciudades del país con propaganda política y las grandes empresas del marketing y el entretenimiento abarrotan nuestro campo visual con anuncios y comerciales, los jóvenes seguimos batallando por encontrar espacios. Mientras que el gran empresario puede pagar los espectaculares que quiera sin oposición alguna para exponer su nuevo producto, los grafiteros seguimos siendo perseguidos por la policía por pintar nuestras letras, caracteres e ideas en las paredes descuidadas de la periferia en Ecatepec o en la blancura impuesta de las alcaldías Cuauhtémoc o Benito Juárez. Esto sólo es evidencia de que sea con el PRI, el PAN o MORENA, el gobierno y la derecha mantienen consciente y permanentemente políticas criminalizadoras hacía la juventud.

¡Las calles son nuestras!

Y aunque el gobierno se lava las manos ofreciendo míseros espacios culturales y regalando decenas de bardas a los mismos 10 muralistas de siempre, para nosotros no es suficiente. El arte y la cultura se nos sigue negando, nuestra generación ha sido condenada a la precariedad, a dejar la vida en trabajo y a que con esfuerzos gigantescos podamos comprar apenas un par de latas de aerosol o unos pocos metros de vinil y que nos sobre apenas para el pasaje.

Seguir desarrollando espacios para que podamos compartir, distraernos, crear y divertirnos es una pelea contra la gente que nos quiere lejos de sus limpias calles, no basta con que la gráfica callejera resista, es necesario embestir contra las alcaldías y el gobierno que nos quieren clandestinos o solo muraleando para la ciudad, tomar las calles que siempre nos han pertenecido es un llamado al combate.

La policía nos revisa en la calle por andar "fachosos", por traer un porro o porque suenan las latas en la mochila; nos enfrentamos a la militarización en nuestras colonias que, más que “combatir el crimen”, apuntala contra la juventud trabajadora, racializada, periférica, contra las madres jóvenes, la comunidad sexodiversa, apuntala contra nuestra dispersión y nos criminaliza por el hecho de ser jóvenes y querernos hacer un espacio en este mundo que poco nos ofrece.

Frente a los políticos que en medio de sus campañas electorales, cómodamente nos cierran los parques, las plazas y las convierten en bases de la Guardia Nacional, nosotros les decimos que no vamos a dejar una barda sin pintar, ningún poste sin stickers y ninguna plaza sin propas, peleamos por nuestro derecho al arte, a la cultura, a la vida digna y nuestro derecho al ocio.

¡Que se destine el presupuesto para Arte y Cultura, no para la Guardia Nacional y la Policía!

¡Conoce a la TRAK crew! ¡Organicemos el descontento y bombardeemos la ciudad!