Hace algunos días publicamos la nota "Peso Pluma: narcocultura, fentanilo y otros temas". Esta es una reflexión que continúa con el polémico tema, ahora a través del caso de Junior H.
Jueves 18 de mayo de 2023
En una nota anterior mencionamos que el fenómeno de Peso Pluma podría verse desde varias aristas. Hoy intentaremos reflexionar desde el punto de vista de los jóvenes.
Este fin de semana, se presentó por primera ocasión en la Ciudad de México el cantante de corridos Junior H, joven de 23 años años que es parte de la emergencia meteórica del género musical del corrido.
Sus dos fechas en la Plaza de Toros fue sold out en unos minutos. Unos 80 mil asistentes. Si hubiera solicitado un foro más grande, lo llenaba con facilidad. La plaza se llenó de jóvenes de menos de 25 años.
Antonio Herrera, de Guanajuato, con 23 años conquistó la fama en 2019. Mientras trabajaba en una cadena de comida rápida grababa sus canciones tristes. En breve su música se viralizó y en 4 años grabó 8 discos. La canción "No He Cambiado" es un hit con 40 millones de reproducciones. La melancolia comenzó a facturar. El sueño de un jóven trabajador de fast food que migró también a Utah llegó: la fama.
Firmó con Jimmy de Rancho Humilde y vinieron más exitos. Pero con ello también se acentuó la temática de narcos y crimen organizado. El "Tsurito", "El hijo mayor" y el "El azul", son temas centrales del músico que lo catapultaron el exito. Tan sólo "El Azul" está en la lista 17 del ranking mundial de Spotify. Transitó de la melancolia a la belicosidad.
La prohibición
Los charros sindicales del SNTE en Nayarit, por ejemplo, instaron al gobierno del estado en la necesidad de prohibir los corridos en las escuelas, señalando que está música “incide en situaciones que no son formativas, porque hablan de violencia, de drogas, de sexo, etcétera”. En Tijuana, el presidente de la Asociación de Escuelas Particulares de Tijuana, Marko Díaz, con el grito en el cielo, urgió en la necesidad de prohibir los corridos tumbados. El cabildo de Cancún prohibió “la música en vivo que aluda al crimen”. Los jóvenes son quienes más escuchan corridos en México.
El ascenso metéorico de la música tumbada tiene un explicación, se da en un contexto: la guerra contra las drogas. Bien señala Omar Muñoz “Esta guerra tiene un discurso oficial, como lo plantea Oswaldo Zabala en "Los cárteles no existen". El discurso del narco se difunde desde la DEA y los gobiernos de Estados Unidos y México. El Estado y las empresas transnacionales son quienes se benefician de este discurso, culpando al narco de cualquier acontecimiento violento– o criminalizando a las víctimas relacionándolas con el hampa–, para lavarse las manos de sus responsabilidades y utilizar dicha violencia para sus fines y justificar la represión. La difusión de este discurso surge de gobernantes e informes policiacos y es reproducido, consciente o inconscientemente, por académicos y periodistas. En el campo popular, este discurso es promovido por productos culturales como novelas, series, películas y la música.”
¿Por qué gusta tanto a los jóvenes?
Los jóvenes son los que menos empleo tienen. Según datos de El Economista, 700 mil jóvenes de entre 20 y 29 años no encuentra trabajo. La tasa de desempleo en ese rango de edad es de 6%. Casi la totalidad de los trabajadores jóvenes ni siquiera han pensado en un plan para el retiro. Les han arrebatado el derecho a la educación por medio de los examenes del CENEVAL, a la vivienda, a la salud, al esparcimiento, a una vida libre de violencia. Son los olvidados durante décadas, la generación joven de futuro incierto que representantes de la oligarquía mexicana han llamado despectivamente "ninis", mientras que gobiernos con discursos progresistas los han acogido con paternalismo en el padrón de los programas sociales y programas de empleo sin derechos laborales.
De ahí que incluso en México los jóvenes han sido víctimas de la desaparición forzada tal y como lo vimos en el caso de los 43 de Ayotzinapa en Iguala Guerrero. Los jóvenes son uno de los sectores que más sufre la desigualdad y la falta de oportunidades en nuestro país. De ahí que el fenómeno de aspiración de una vida mejor se muestre de forma distorsionada en la imagen exitosa de los criminales que se fomentan en los corridos tumbados, como se ha proyectado en figuras de TV o en otros géneros musicales.
Las y los jóvenes escuchan la historia del Azul y del Tsurito como una escapatoria de la realidad que viven, una exaltación de un estilo de vida que buscan y aspiran por la vía del emprendedurismo del llamado crimen organizado. Esto, lejos de significar que los jóvenes buscan "la salida fácil", demuestra su rechazo a la falta de oportunidades en su entorno, lo profundo de la penetración de lógicas de lujo y consumo, así como la aspiración legítima a una vida digna que el capitalismo les ha negado.