Creada el 10 de febrero por el gobierno de Maduro, la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petroleras y Gasíferas ha sido cuestionada por los más diversos sectores. Cuáles son lo alcances de esta Compañía y por qué el chavismo le otorga una empresa de semejante envergadura a los militares.
Martes 23 de febrero de 2016
Fotografía: Omegastereo.com
La Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petroleras y Gasíferas (CAMIMPEG), publicada en Gaceta Oficial Nº 40.845, es desde la entrada en vigencia de este decreto, la que se encargará de efectuar "todo lo relativo a las actividades lícitas de Servicios Petroleros, de Gas y Explotación Minera en general, sin que esto implique limitación alguna" (Art. 3; que detalla sus competencias), dirigida por 5 militares que responden al ministro de la defensa, Vladimir Padrino López (Art. 8).Según reza el documento, su Capital social "será íntegramente suscrito y pagado" por el Estado (Art. 4), su duración será de 50 años, "sin perjuicio de que dicho lapso pueda prorrogarse o disminuirse" (Art. 5).
En qué radica que haya llamado la atención esta empresa, en primer lugar, se crea una empresa pública "militar" para realizar actividades que nada tienen que ver con el sector militar, como es el caso de las actividades de minería, petróleo y gas. Dentro del sector militar existen empresas públicas, cuyo mejor ejemplo es la "Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares" (CAVIM), la cual desarrolla la industria militar, y que tiene por objeto "la fabricación de armamentos, municiones, explosivos y cualquiera otro material o equipo de igual naturaleza que interese a los fines de la defensa nacional". Sin embargo, CAMIMPEG es una empresa pública dentro del sector militar cuyo objeto no se relaciona, directa o indirectamente con ese sector.
En el marco de una aguda crisis política y de una grave crisis económica que se profundiza cada día más, con amenazas destituyentes de la derecha incluida, y que torna inestable el futuro de Maduro en la presidencia del país, la elaboración de este Decreto para la creación de CAMINPEG bajo el más estricto hermetismo entre el Ejecutivo y Altos Mandos militares, ha suscitado las más diversas sospechas y críticas.
Un jugoso negocio que Maduro le otorga a la alta burocracia militar
Ya hemos visto cómo en los últimos días el gobierno de Maduro, a través del Consejo Nacional de Economía Productiva y las últimas medidas anunciadas, termina cediendo jugosas concesiones hacia grandes capitalistas y a una burocracia estatal antiobrera y corrupta, mientras le saca subsidios a los trabajadores cuyas condiciones se ven agravadas más aun en la prolongación y profundización de la crisis económica.
Precisamente, dentro del nuevo esquema cambiario el llamado "cambio protegido" a 10 bolívares por dólar, implica el subsidio que el Estado otorga a sectores "priorizados", dentro del cual entran las importaciones, manejadas por sectores empresariales y la alta burocracia estatal. También le otorga a los exportadores poder introducir sus dólares al país a una tasa 500 veces mayor a través de un sistema flotante de cotización que parte de la base de 200 bolívares por dólar. La recién constituida CAMIMPEG tendrá entre sus casi inagotables competencias de actuación, la "importación y exportación de materiales, equipos y programas" que permitan la ejecución de sus actividades (Art. 3 en Gaceta Oficial 40.845)… como quien dice, ya desde el vamos "¡puestos donde sí que hay!", a lo que hay que agregar los altos negociados.
Sucede que al Estado y a las empresas que maneja (como por ejemplo PDVSA y SIDOR, Ferromineras, y muchas otras de las industrias estatales y agroalimentarias) la COMIMPEG "le cubrirá" los servicios fundamentales que requiera en materia de petróleo, minería y gas, además de la comercialización. El botín será manejado por el Ministerio de Defensa y el alto estamento militar, un negocio redondo para la élite burocrática militar que se ponga al frente de esta empresa.
La COMIMPEG como estrategia a corto y largo plazo en la decadencia del chavismo
Para un régimen de gobierno como el del chavismo, donde las Fuerzas Armadas han tenido a lo largo de década y media una ubicación clave en la vida política del país, además de una importante incursión en actividades económicas y comerciales, desarrollando intereses materiales y beneficios "del modelo", las FF.AA vienen a ser una variante fundamental a la hora de cualquier transición, y más aún de una situación más caótica.
Frente a la COMIMPEG se ruborizan las grandes concesiones políticas de Chávez (aumento vertiginoso del gasto en armamento, creación de escuelas y universidades militares, mayor presencia en las decisiones políticas, altos salarios para la oficialidad, prebendas de todo tipo, etc.), y la mayor de todas que quizá fue la consolidación de las FF.AA., después de derrotado el golpe de 2002, que fueron depurada y cuyo prestigio ha sido recompuesto. Por lo que hoy Nicolás Maduro buscar mantener esa influencia, que por su ascendencia y por su origen militar supo tener Chávez, pero al no tener Maduro las facultades de éste lo hace a punta de concederle grandes negociados para su enriquecimiento e influencia.
Sin embargo, ha sido el agotamiento económico y político del chavismo, que consta de una muy precaria estabilidad política, augurando posibles convulsiones sociales y donde persiste la incertidumbre por la duración del gobierno de Maduro, motivo por el cual le garantiza los intereses a la alta burocracia militar para mantenerla de su lado.
Todo apunta a que el decadente gobierno de Maduro, en medio de su precaria estabilidad, aproveche el recurso de "Estado de Excepción Económica" para crearle a la élite militar un estímulo material que le garantice una sobrevida en el gobierno, tanto en el presente como en el futuro. Se entiende entonces el motivo de por el cual Maduro y la alta cúpula del chavismo, en medio de semejante crisis que vive el país, crea una empresa de una enorme envergadura, y se la concede nada más y nada menos que a los militares.
Es por esto que la alta cúpula del chavismo se mueve para dos momentos políticos que confluyen con el otorgamiento de cada vez mayores concesiones a las Fuerzas Armadas, ya no sólo por su alta presencia en la estructura estatal de gobierno y de empresas claves como las de las industrias básicas entre otras, sino poniendo en sus manos una mega empresa que le permita grandes negocios, no sólo en el presente sino en el más largo plazo.
En primer lugar, el futuro del chavismo en el actual gobierno, con una oposición cada vez más amenazante por destituirlo, depende fundamentalmente del comportamiento de las FFAA, y busca garantizarse de mil maneras la fidelidad del estamento militar. No son casualidad las afirmaciones más abiertas del ahora diputado Elías Jaua, pero perteneciente a los grupos políticos de poder, cuando afirma: "Ramos Allup dice que va a decretar el abandono del cargo del presidente Nicolás Maduro, yo no sé con qué pueblo, con qué Fuerza Armada…". Pero por otra parte, el chavismo, en el caso de que pase a la oposición al ser desplazado en el gobierno por la "vía constitucional", busca garantizarse aún fuera del poder su influencia en un alto sector del estamento militar.
Es por ello que los tibios cuestionamientos que la oposición de la derecha parlamentaria le ha hecho a esta movida del chavismo a los militares, obedecen más a razones políticas que a no darle semejante negocio a los militares, con argumentos del tipo de no haber sido consultados para la creación de esta corporación militar. Sucede que la actividad febril de la derecha es grande dentro del estamento militar para ganarlos para una" transición de gobierno", y más aún para una situación convulsiva, y que se le den vuelta al chavismo, temiendo que con esta medida del gobierno pueda quedar en "jaque" su estrategia. Maduro busca salirle adelante a la derecha, no sólo hacia el presente sino también hacia el futuro, consciente que si hay un estamento menos leal que pueda existir en cualquier país, y más aún en Venezuela, son los militares.
Como vemos el significado profundo de la COMIMPEG excede la figura del ministro de defensa Vladimir Padrino López y de la alta cúpula militar, teniendo en cuenta sobretodo el lapso de duración de 50 años (art. 5 en Gaceta Oficial 40.845) prorrogables, pues aún en el caso de que el chavismo sea desplazado del poder por la oposición, se trata de que este logre conservar dentro de las FF.AA. a un importante sector que le posibilite una eventual vuelta al gobierno en el futuro. Este tipo de estrategias a largo plazo, similar a la que el FSLN aplicara al interior de las Fuerzas Armadas en Nicaragua tras perder el gobierno, salvando todas las diferencias del caso ya que los sandinistas fueron los creadores de las fuerzas militares nicaragüenses luego de la destrucción del ejército somocista durante la revolución del 79.
Por eso es que su contenido resulta profundamente de más largo alcance y desde ya reaccionario al darles cada vez más poder a las fuerzas de represión del Estado, inclusive mucho más de lo que le atribuyen algunos análisis un tanto alarmistas, que públicamente se aventuraron a declarar un "golpe de estado" consumado y que Maduro quedaba "preso" de los militares. En esta estrategia política de más largo aliento, que implica buenas ganancias para una élite militar corrupta, pero que tiene bajo su órbita el monopolio de las armas, de la violencia, de control del territorio, se escuda el descompuesto gobierno chavista buscando cierta estabilidad para permanecer en el gobierno, atendiendo las exigencias de los sectores empresariales, y por lo tanto para continuar descargando la crisis sobre los hombros de la clase trabajadora.
¿Así es como el gobierno de Maduro pretende salir de la actual crisis? ¿No está ahora más que claro que desde el Gobierno se le confía más a una élite militar corrupta, que a la posibilidad de que sean los propios trabajadores quienes echen a andar los rumbos de la producción y de la economía nacional, más aun en medio de tan acuciantes necesidades y padecimientos? ¿No está ya más que claro el sentido bonapartista y antiobrero en que se inclina Maduro frente a la crisis? La clase obrera debe oponerse férreamente a toda esta política que el chavismo lleva adelante, sin confiar ni un ápice en las propuestas de la MUD y de toda la derecha, defiendo sus más amplias garantías democráticas y de movilización y luchando para que la crisis no le sea descargada sobre sus espaldas.