Izquierda Socialista (IS), uno de los cuatro partidos que integran el FITU, publicó una declaración e inició una campaña activa llamando al “voto crítico” a Massa en el balotaje del domingo 19, poniendo en cuestión la independencia política que caracterizó al Frente de Izquierda desde su fundación en 2011. Vayamos directo a una discusión y debate, que va más allá de una mera “táctica”.
Jueves 16 de noviembre de 2023 08:42
Una semana después de las elecciones generales, la dirección nacional del PTS emitió una declaración poniéndola “a consideración del resto de los partidos que componen nuestro Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad, con el fin de intentar acordar una posición común de nuestras organizaciones y su militancia”. Allí describíamos el proyecto hiper reaccionario de Milei y plantéabamos que comprendíamos a todas y todos aquellos que votaban a Massa para evitar el triunfo de este ultraderechista. Pero no lo compartíamos, porque la izquierda no puede darle ningún apoyo político ni electoral a un dirigente de la embajada yanqui que fue el responsable de haber logrado la legalización en el Congreso del nefasto acuerdo con el FMI, el responsable del brutal ajuste inflacionario, etc. [1] En ese marco convocamos a una reunión de la Mesa Nacional del FIT-U y luego una delegación de nuestra dirección realizó una reunión con sus pares de IS. A los días publicaron su declaración que consideramos muy equivocada.
Izquierda Socialista azuza con que el fascista Milei viene por todo, incluso a liquidar de cuajo las libertades democráticas conquistadas con décadas de lucha. En vez de plantear una política de frente único obrero para enfrentarlo y derrotarlo, su “solución” es votar al derechista Massa. Ah, eso sí, “con la nariz tapada”.
Coherencia
Con los compañeros de Izquierda Socialista venimos polemizando desde hace varios años sobre el rol de la derecha, que ellos siempre desvalorizaron.
Desde el surgimiento de los gobiernos progresistas en la región que reemplazaron a principios de siglo los gobiernos neoliberales de los noventa, IS se caracterizó por considerar que en los hechos había una total continuidad casi indiferenciada entre los "menemismos" y los "kirchnerismos", sin entender que ambos son parte sustancial del "sistema", pero unos vinieron a traer la reacción neoliberal y los otros a recomponer al régimen y al poder estatal después de levantamientos populares como los que vivimos en Argentina en diciembre del 2001, muchas veces con roces con el imperialismo.
Con esa lógica, aunque no llegaron al nivel del MST [2], en la Argentina del 2008 se alinearon con las patronales del campo contra el gobierno de Cristina Kirchner, mientras que desde el PTS denunciábamos esa reaccionaria asonada con total independencia del gobierno kirchnerista. Y en Venezuela IS llegó a apoyar las movilizaciones en contra de Maduro convocadas por la derecha proimperialista de la Mesa de Unidad Democrática. "Los que se juegan la vida en la calle no son ’terroristas fascistas’, son la juventud y sectores populares que se vienen sumando masivamente desde los barrios pobres que antes fueron base social del chavismo", decían acá sobre las movilizaciones en Caracas y otras ciudades venezolanas alentadas directamente por el Departamento de Estado yanqui. El PTS siempre enfrentó al gobierno de Maduro, pero desde una posición independiente y particularmente antiimperialista.
Cuando en nuestro país la extrema la derecha se empezaba a organizar y a manifestar a través de banderazos en plena pandemia 2020, IS polemizaba con el PTS que salía a denunciarlos planteándonos que “expresan a grupos minoritarios y no hacen mella entre los trabajadores”. Que “sobredimensionar el alcance de estas convocatorias solo sirve en los hechos para darle pie al gobierno kirchnerista para que insista con su planteo de que, ante el ‘avance de la derecha’, hay que apoyarlo a como dé lugar”.
Desde el surgimiento de Milei en 2021 el PTS se caracterizó por no “naturalizar” sus reaccionarias posiciones, sino que lo combatió en todos los ámbitos donde pudo. Myriam Bregman se destacó en el debate de diputados de aquel año develando el carácter ultra derechista de un personaje que era mimado por todos los medios, no sólo opositores. En las facultades e institutos terciarios donde aparecen los seguidores de Milei, la juventud de nuestro partido llamó a frentes únicos para repudiarlos en vistas a su posición de eliminación de la universidad gratuita.
Es desde esa coherencia que planteamos una posición independiente para el balotaje del próximo domingo que parte por el rechazo total y absoluto a Milei. Pero no pretendan que la izquierda revolucionaria le dé un apoyo político o electoral a uno de los mentores del propio Milei, como es Sergio Massa.
Incoherencia
“Es un voto con la nariz tapada que acompaña a millones para intentar impedir que a partir del 10 de diciembre tengamos un gobierno de ultraderecha del facho de Milei, como por ejemplo, lo fue el de Bolsonaro en Brasil”, intenta IS justificar en su declaración su apoyo electoral al ministro de economía. Pero así como Milei no salió de un repollo, Bolsonaro tampoco.
Bolsonaro no podría haber llegado al poder si no hubiera sido por el golpe institucional a Dilma Rousseff en 2016 y el proceso judicial “Lava jato” que terminó con la cárcel y la proscripción del entonces candidato con más intención de voto, Lula. Pero resulta que IS no sólo se negó a denunciar aquel golpe, sino que consideraba “insuficiente” el fraudulento proceso judicial del “Lava jato”.
Lean lo que decía IS, posición que impidió que hubiera un acto común del Primero de Mayo del FIT en aquel año. “Dilma Rousseff fue destituida, acusada de engañar sobre las cuentas estatales, pero insólitamente el Senado decidió no inhabilitarla (como dice la Constitución que corresponde al destituir a un presidente), por lo que conserva todos sus derechos políticos y podría, por ejemplo, presentarse de vuelta como candidata en las próximas elecciones para presidente o cualquier cargo”. Pedían directamente su proscripción acá. Y vean también ésto: “Dilma no es un mal menor, pues encabeza un gobierno burgués, conservador y corrupto […] la derecha reaccionaria está, con sus matices, tanto en el gobierno del PT-PMDB, como en la oposición […] Dilma, junto al PT, PMDB y PSDB, están juntos en la aplicación de un brutal plan de ajuste que busca descargar sobre el pueblo trabajador y la juventud la crisis económica”. Esclarecedor (leer acá).
Quienes por acción u omisión capitularon frente al proceso que llevó al ultraderechista Bolsonaro al poder, ahora nos vienen acá con que hay que votar a quien ha sido sindicado como uno de los armadores de las listas de Milei como es Sergio Massa [3]. Por el contrario, para el PTS no era “lo mismo” dejar pasar el reaccionario golpe institucional que enfrentarlo, como lo hicimos junto a nuestras compañeras y compañeros del MRT.
¿Si ganara Milei se viene un cambio de régimen?
En un raid radial y televisivo en medios y programas que promueven el voto a Massa, Rubén “Pollo” Sobrero, uno de los principales referentes públicos de IS y dirigente combativo de la Unión Ferroviaria Seccional Oeste, afirmó que “voy a optar por Massa, porque el otro es fascista, y con el fascismo no se discute”. También despegó a Milei de Macri, planteando que el primero “está fuera del sistema”, que es “un nazi”. Y fue contundente al afirmar sin mediaciones que “yo entiendo que si voy a una marcha en contra del gobierno y si está Massa, seguramente me van a cagar a palos, me va a cagar a gases, me va meter en cana… Milei directamente me va a a hacer desaparecer” (ver acá). Nos preguntamos, ¿está preparando Sobrero a sus compañeros de la Unión Ferroviaria para formar grupos de autodefensa obrera frente a tamaña amenaza? Parece que el sindicalismo y el electoralismo pesan más.
‘El Pollo’ en nombre de IS busca justificar el llamamiento a votar por Massa dando a entender que con Milei habría un cambio de régimen, una suerte de golpe de estado logrado por la vía electoral. Y el gobierno de unidad nacional con la derecha que promueve el hoy ministro sería el dique de contención para evitarlo, en vez de un llamamiento al frente único obrero para golpearlos con la lucha juntos, como un solo puño, pero manteniendo la independencia política, sin mezclar banderas llamando a votar a un representante directo de las patronales como Sergio Massa.
Los marxistas entendemos que los cambios revolucionarios y la eventual contrarrevolución solamente pueden definirse a través de una abierta lucha de clases y no con una elección, que en todo caso es una “fotografía”, una expresión distorsionada de la correlación de fuerzas existente entre las clases. Y ni que hablar con un balotaje, en el que el que gane lo hace con votos no propios, sino con los que en las elecciones generales lo hicieron por otras opciones.
Sabemos que la burguesía apela al fascismo o a los golpes militares sólo en última instancia, para reponer su orden y arbitraje. En cambio los referentes de IS sostienen livianamente que si Milei ganara el domingo, sobrevendría una noche negra sobre el proletariado y las y los luchadores a costa de una eliminación de las libertades democráticas, aún sabiendo que hoy LLA es una corriente con nimia militancia, que ni siquiera tiene la capacidad propia para lograr una fiscalización eficiente en una elección.
IS y sus voceros omiten deliberadamente que hoy sectores centrales de la gran burguesía y el propio gobierno yanqui abogan por un triunfo de Massa, ya que Milei dificilmente podría garantizar la “gobernabilidad” necesaria para imponer nuevos ataques a las masas, mayorías parlamentarias, una Corte Suprema adicta y principalmente el apoyo de todas las alas de la burocracia sindical, algo que sí cuenta Massa.
La pregunta que se haría todo marxista es, más allá de los deseos de Milei, Villarruel y sus secuaces, ¿cómo podría haber un golpe o un cambio de régimen por derecha sin que hubiera una fuerza social burguesa que lo impulsara decididamente, como sucedió en 1976?
Sobrero le hace campaña a Massa afirmando lo que ni el candidato oficialista ni nadie de su elenco oficial se animarían, justo en la semana en la que volvió a quedar claro y confirmado que Milei fue promovido por el propio massismo, amén de la alianza que hizo el ultraderechista con los “republicanos” Macri y Bullrich que, hasta ayer, para Izquierda Socialista eran “lo mismo” que Scioli o Cristina Kirchner.
No hay ninguna posibilidad de defender en serio las libertades democráticas conquistadas y lograr la cárcel común y efectiva para todos los genocidas, apoyando -con la nariz tapada o destapada- a quien es hoy el representante político de lo más granado de la gran burguesía, la misma que pergeñó el golpe genocida de 1976. La clave de la izquierda revolucionaria es marcar a fuego quiénes son aliados de la clase trabajadora y quienes sus enemigos y convocar a las más amplia unidad de clase para golpear juntos en la lucha, siempre manteniendo la independencia política de cualquier variante patronal.
Genocidios y genocidios
La declaración de IS plantea algo que venimos denunciando -principalmente Myriam en cada oportunidad que tiene- desde hace más de dos años: Milei y, particularmente Victoria Villarruel justifican el genocidio de la dictadura y están por la libertad de todos los genocidas.
La UCR con la complicidad del PJ impuso una ley, la Obediencia Debida, que prohibió durante casi 18 años que se pudiera juzgar al 99% de los que secuestraron, torturaron, violaron y asesinaron a los compañeros detenidos desaparecidos durante la dictadura. El PJ, con el aval casi todo el actual elenco político oficialista, indultó a los comandantes en 1990. Esas leyes y decretos pudieron ser anulados en 2003 gracias a la histórica y persistente lucha de las Madres y otros organismos, junto a la izquierda y gran parte del pueblo. En 2017 el macrismo junto a la Corte Suprema quisieron liberar a los genocidas con el 2x1, un intento fracasado gracias a una extraordinaria movilización popular de la que fuimos parte.
Como vemos, los viejos partidos y coaliciones del régimen democrático burgués y sus instituciones “normales” no son ninguna garantía para impedir la impunidad de los genocidas que hoy agitan las Villarruel y compañia, algo que la historia demostró que sólo puede lograrse mediante la movilización popular.
Lo novedoso es que en la declaración del IS solo al pasar se menciona que Sergio Massa, cual obediente hombre de la embajada yanqui, apoya incondicionalmente el genocidio que hoy, ahora, está perpetrando el estado de Israel sobre el pueblo palestino en Gaza, como si fuera un ‘detalle’.
No vamos a votar ni a los que reivindican el genocidio argentino ni apoyar a quienes desde su proimperialismo reivindican el genocidio palestino, sino que los vamos a seguir enfrentando en las calles.
El domingo y después
Como ya dijimos, Milei no sale un repollo. Es un emergente de 40 años de gobiernos constitucionales que, de conjunto, solo trajeron más pobreza, más precarización, más desigualdad y más dependencia. Como venimos denunciando desde su asunción, el gobierno de Alberto, Cristina y Massa lejos de enfrentar a la derecha le dieron tierra fértil y pasto para que se desarrollara como nunca desde 1983.
Los compañeros de IS parten de la base de que gran parte de “la vanguardia” teme y, lógicamente, odia a Milei. Ese es el fundamento para llamar a votar a Massa, lo que es muy peligroso. Con esa lógica en 1973 habría que haber votado a Cámpora y luego a Perón, y en 1999 a De la Rúa contra Menem, y en 2011 a Cristina, y en el balotaje de 2015 a Scioli… Ese fue el derrotero de gran parte de la izquierda, que terminó asimilada por el régimen burgués y prácticamente desapareciendo de la vida política nacional.
En distintos programas Sobrero insólitamente se preguntó: “Si Milei gana por 300.00 votos, ¿qué hacemos?”, como si fuera la izquierda la responsable de que el peronismo ajustador perdiera 3 millones de votos en apenas cuatro años. Si Milei ganara, quienes deberán estar en el banquillo de los acusados son los partidos que crearon las condiciones sociales y políticas para su triunfo.
Nuestra política no es “neutral” ni “tibia”. Llamamos a combatir a expresiones como las de Milei desde la hora cero.
Desde el PTS sostenemos que la única vía para enfrentar a fenómenos de ultraderecha como Milei –que podrían crecer aún más con gobiernos ajustadores como sería el de Massa si triunfa el domingo– es fortalecer una alternativa independiente de los trabajadores y las trabajadoras, una nueva fuerza política de izquierda, de la clase trabajadora, anticapitalista y socialista que enfrente a los usureros, las patronales y la derecha convocando al frente único obrero.
Gane quien gane el domingo nos tenemos que preparar para la lucha en esa perspectiva, para derrotar el ajuste y la represión, y vencer.
[1] A colación de apoyar o no política y electoralmente a un “mal menor” (como sería Massa frente a Milei) desde una política socialista revolucionaria, recomendamos leer el artículo de los compañeros Gabriela Liszt y Matías Maielo publicado en el semanario Ideas de Izquierda el domingo pasado.
[2] Sobre el balotaje el MST tiene una posición similar a IS, aunque más vergonzante. Llaman a votar a Massa sin decirlo explíticamente, al igual que el Nuevo MAS. Insólitamente critican al PTS porque “no dijeron que no llamaban a votar en blanco” (sic). Si no votamos por Milei pero tampoco por Massa nos preguntamos qué otras opciones habría que votar en blanco, nulo o no ir a votar.
[3] Hay decenas de ejemplos en todo el país de candidatos electos por LLA que responden directamente a Massa, como es el caso del senador por la sexta sección de PBA Sergio Vargas, entre otros.