Desde la huelga de transporte de viajeros, que lleva ya su tercera semana consecutiva de paros, hasta la lucha por el convenio del metal, así como la lucha de los trabajadores de FerroAtlántica, asistimos a un despertar de las luchas obreras en Galicia.
Jacobo A. García @Jacobscarface
Miércoles 5 de julio de 2017
En la tarde del martes y la mañana de este miércoles se produjeron asambleas en la práctica totalidad de las estaciones de autobús del Galicia. Los trabajadores, en su tercera semana de paros de dos jornadas semanales, se reunieron para decidir los pasos a seguir.
#Ahora #manifestación del transporte en 3°semana de huelga en #Pontevedra (Galicia) contra el plan de recorte del gobierno pic.twitter.com/Mylt6blPXN
— IzquierdaDiario.es (@iDiarioES) 5 de julio de 2017
En esta semana el gobierno y la patronal ya se han sentado a negociar y el gobierno está planteando concesiones parciales en el plan de recorte de líneas. Sin embargo, aún queda pendiente la cuestión del reclamo de subidas salariales acordes al IPC (Índice de Precios de Consumo), en un sector que lleva 10 años con salarios congelados. Los sindicatos afirman que hasta que no se presente un plan “sobre la mesa” por escrito, donde se plasmen estas condiciones, seguirán convocando los paros.
Al acabar la asamblea de Pontevedra en la estación de autobuses los trabajadores y trabajadoras del transporte de viajeros por carretera marcharon hacia la Audiencia provincial, muy cerca de la sede del Partido Popular.
Allí se concentraron junto con los trabajadores del metal, que también luchan por la subida salarial y para que se dejen de repartir las jornadas de forma irregular. Es decir, contra el contrato por horas.
Esta cuestión afecta a los dos sectores. En el caso del transporte también está el problema de la subrogación. Muchas concesiones de línea cambiarían de manos de unas empresas a otras, y estas no se comprometen a mantener los puestos de trabajo, y cuando lo hacen no es en las mismas condiciones que tenían los trabajadores anteriormente.
La “solución” que plantea el gobierno y la patronal es contratar por horas, con lo que la precariedad laboral sería absoluta, pudiéndose ver reducido los salarios en más de un 50 por ciento. Todos estos, ajustes cuya implementación se ve favorecida por la reforma laboral que elimina la negociación colectiva. Ante esto no queda otra que reforzar la movilización social y de los trabajadores.
Además, el plan de ajuste del gobierno dejaría un servicio deficiente, o incluso sin servicio muchos sectores así como despidos ya que según las estimaciones sindicales, podrían verse reducidos en 1000 los puestos de trabajo. Poniendo en riesgo también el actual sistema de transporte escolar, planteando la fusión con líneas convencionales, lo que ocasionaría un grave perjuicio a alumnos y familias.
En el caso del convenio del metal, es conocida la tradición de lucha en Galicia, ya desde época franquista. El gobierno está jugando con fuego al atacar a este sector estratégico de la producción que agrupa la siderometalurgia, auxiliares del naval, talleres y electricistas o fontaneros. 20.000 trabajadores coruñeses del metal irán cuatro días a la huelga por el convenio. CCOO, CIG y UGT firman la convocatoria para los días 22 y 27 y para el 4 y 5 de julio.
Las direcciones sindicales proponen una subida salarial del 4,5% para los tres años (2015, 2016 y 2017) y los empresarios mantienen la misma cantidad pero hasta 2018. En el caso de la provincia de Pontevedra la situación es similar con 15000 trabajadores en esta situación. Un millón de trabajadores se encuentran en este sector en el Estado español.
Por otra parte, este sábado 8 de Julio está prevista una gran manifestación en apoyo a los trabajadores de FerroAtlántica, principal productora de silicio metal a nivel mundial. En este caso la empresa plantea despidos en las pequeñas centrales hidroeléctricas de la Costa da Morte, que suministran electricidad a sus fábricas.
Por su parte los estibadores han conseguido conservar sus puestos de trabajo, renunciando al 10 % de su salario, aunque esto aún está pendiente de las últimas negociaciones con la patronal.
Además, los trabajadores forestales de extinción de incendios realizaron una asamblea el 21 de Junio en Silleda donde decidieron acciones a tomar, ante el incumplimiento del gobierno de sacar oposiciones, promesa que había hecho el año pasado. Aun así, al no existir unidad sindical, este proceso es menos intenso que en otros conflicto, donde sí la hay.
En este caso, la responsabilidad del gobierno es si cabe mayor, ya que, como hemos visto en Portugal y Andalucía, las consecuencias de una mala política de prevención y extinción de incendios pueden ser nefastas para la economía e incluso la integridad física del pueblo trabajador. En una tierra donde la plaga del eucalipto cubre la mayor parte del territorio y los incendios forestales son endémicos.
Los bomberos comarcales de Lugo ocuparon por unos minutos la sede de la Xunta e Lugo, usando bengalas para protestar por sus condiciones laborales. En una provincia donde el 40 % de las plazas de brigada forestal están vacantes, y no son capaces de realizar un servicio de calidad.
Vivimos una oportunidad para desarrollar estas luchas y avanzar en su coordinación y unidad en el camino hacia una nueva huelga general. Un pensamiento que está en las cabezas y en las bocas de muchos, que incluso verbalizan algunos representantes sindicales, de sindicatos mayoritarios en Galicia como la CIG.
Exigimos que esto no se quede solamente en discurso, y las principales centrales sindicales, y otras más pequeñas del sindicalismo de izquierda (como CGT, CUT, CNT, etc.) también se sumen a esta perspectiva en lo que tiene que ser una prioridad actualmente. Una huelga general en todo el Estado español para enfrentar esta nueva tanda de brutales ataques a la clase trabajadora.