Perdía ante Defensores Unidos de Zárate pero terminó ganando un partido con expulsiones, penales y 7 goles. Este martes Excursionistas le ganó en emociones a la propia selección. Homenaje al mundo del ascenso.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Viernes 1ro de abril de 2016
Foto: cuenta oficial de Facebook de Excursionistas
Este martes el centro del universo futbolístico estaba en Córdoba, donde la Selección nacional se medía por eliminatorias ante Bolivia. Partido importante aunque nada parecía cuestionar el pronóstico: Argentina podía ganarle sin sobresaltos al conjunto boliviano y eso fue lo que sucedió. Controló el partido, “todos los planetas estuvieron alineados” y Messi más 10 le otorgaron un triunfo al seleccionado de Martino. Emoción: casi nivel 0, aunque en un partido bien jugado pero ante un rival muy debilitado.
Pocos colocaron la mirada en Pampa y Miñones, en la cancha de Excursionistas. Casi nadie tenía la mente puesta en el club del Bajo Belgrano, barrio que fue víctima de la dictadura y que sufrió el destierro -con topadoras y prepotencia- de la villa miseria que ocupó durante décadas esas tierras que separaban la cancha de River del hipódromo de Palermo. Porque para Cacciatore y Videla la villa “afeaba” la zona. Pero le quedó marcado a fuego al club el apodo de “el villero” (aunque actualmente es vecino del barrio cheto de “Las Cañitas”), acorde a su historia y a su ubicación; a sólo dos cuadras de “Pampa y la vía”, la nada misma donde terminaban los burreros sin suerte. Y sin embargo, la emoción estuvo ahí: Excursionistas 4, la selección de Messi 0. Goleada “villera” para el infarto ante previsible victoria argentina, previsible como las cachetadas de Doña Florinda a Don Ramón.
Recién iban 8 fechas del campeonato de Primera C, donde Excursio juega hace décadas como protagonista (más por su historia en la divisional que por sus desempeños deportivos de los últimos tiempos). No se jugaba nada demasiado importante: no era ni una final ni un partido para zafar del descenso, ni nada. Un partido más, encima entresemana, un martes a las 16 horas. Como para que pase desapercibido. Sin embargo 700 almas albiverdes se hicieron presentes.
En media hora de partido, ya ganaba la CADU (nombre triste con el que se menciona –quién sabe porqué- al club que siempre fue Defensores Unidos de Zárate) por 2 a 0, con goles de Adrián Martínez. Y encima el local sufrió la expulsión de Ramiro Montenegro por un codazo al goleador rival. Hasta aquí nada sorprendente. Ni Messis ni Ronaldos aparecen en esta historia, simples Martínez y Montenegros.
Pero pese a ser “actores de reparto” en un estrellato del fútbol donde las mega-figuras juegan también en la Play Station, estos jugadores de la C -que laburan, piden permiso para entrenar o jugar y vuelven a laburar- protagonizaron un partido que pareció guionado por Spielberg.
Ganaba la CADU y se agarraban la cabeza los relatores del partido (que no lo viven como Vilouta que se pierde los goles por elegir los sanguchitos de miga; ellos no ven un peso ni para los viáticos y lo hacen de corazón porque son relatores-hinchas). El comentarista dice lapidario sobre el primer gol: “¡Estamos remachados al piso los de abajo, muchachos!” con sabiduría de albañil más que de periodista deportivo.
Resumen del partido. Canal de Youtube de Radio La Casaca 2.
Se fueron derrotados al pequeño vestuario los de Excursio. Pero allí estaba un emblema del club, el “Búfalo” Szeszurak. No es Mourinho ni Pep Guardiola, pero lleva la mística del ascenso de 1994, una de las mayores glorias del “verde” que tuvo al actual DT como goleador. Y alguna chispita se encendió.
“Cachete” Ruíz se disfrazó de héroe: a los 5 y a los 7 minutos del segundo tiempo puso a Excursionistas igualado con la CADU y un poquito después Alejandro Vera lo ponía al frente al local. Iba 3 a 2 y las gargantas roncas no paraban de alentar.
Pero este Adrián Martínez insistía en ser villano: consigue el empate 3 a 3. Balde de agua helada. Se escapa otra vez el partido. “¡Mirá eso, boludo!”, relata el relator desconsolado mirando la pelota rodar hacia la red ¿Qué profesionalismo se le puede pedir si lo despertaron del sueño del partido ideal? “Despertame de esto”, se lamenta lacónico.
Incursión de los zarateños en área villera y el referí le aporta el condimento de un penal inexplicable al show de la emoción del ascenso: CADU podía ganarlo desde los 12 pasos. “Excursionistas, no me hagas jugar con el corazón”, pide el relator desesperado. Encima, otro expulsado más: Cejas. El “verde” con 9 aunque los de CADU son 10 por una roja a su arquero Figueroa.
“Esto es un mano a mano como en el lejano oeste”, describe al micrófono en un arranque de poesía que sólo en un partido como este y con relatores como estos podemos encontrar. Y el John Wayne de la CADU no pudo abatir al arquero Arias Navarro. Penal atajado y delirio en las tribunas verdiblancas.
¿Quiere algo más? De un contraatque se escapa Diego Yanzi y apunta a colocar, combado, al ángulo del arco que da a la calle Pampa. Es un 4 a 3, dinámica de lo impensado como decía Dante Panzeri y como titula el sitio Mundo Ascenso.
“Un partido para ver en la Fundación Favaloro” titula Revista Ascenso, demostrando que la literatura vive más en las divisionales bajas que en el fútbol hipermercantilizado de Primera.
A la altura de Escape a la Victoria, con Stallone y Pelé; este fue un partido “de película” como titula Vermouth Deportivo.
¡Má, que Argentina ni Messi! La emoción fue toda de la C, de Excursionistas del Bajo Belgrano. Fue este Martes, el día que le ganó a Argentina por 4 a 0.