Las viejas prácticas corruptas de la CTM, se aplican también en los sindicatos y centrales llamados independientes que se promueven como el ”nuevo sindicalismo”. La dirección del sindicato de Audi es una muestra de ello.
Sábado 13 de noviembre de 2021
El día 31 de octubre, la dirección sindical de SITAUDI hizo una transmisión vía redes sociales para dar a conocer el uso de las cuotas sindicales y el ejercicio de un año de administración actual.
El llamado a este informe estuvo centrado en dos importantes temas de la vida sindical de los casi 5 mil trabajadores de Audi: el incumplimiento de la promesa de una asamblea sindical (un derecho estatutario) y la muy poca difusión que se le dio a la invitación de este mismo informe. Ambos puntos evidencian que la participación activa de las y los trabajadores dentro de su sindicato, no es motivo de intereses de esta dirección sindical.
El contenido del informe fue bastante ambiguo, ya que la información se dio mañosamente en porcentajes y no en números, una maniobra que no permite clarificar las cantidades de ingreso y de egreso con precisión.
Uno de los rubros que más llamó la atención dentro del informe fue el del seguro para gastos funerarios, debido a que este gasto se anunció vía WhatsApp a finales de abril, haciendo hincapié en que era una prestación y que sería completamente gratuito. Al ser una prestación, este tendría que haber sido otorgado por la empresa, por lo que las cuotas sindicales deberían de ser totalmente ajenas a este gasto.
Sin embargo, a pesar del anuncio de gratuidad del servicio, el día 31, Cesar Orta, dirigente de SITAUDI, declaró que el gasto del presupuesto de cuotas para gastos funerarios ascendía al 30% del total de las cuotas. De acuerdo a la investigación del medio Diario Cambio, el servicio de la funeraria oscila entre los 9 y los 10 mil pesos, por lo que el 30% de las cuotas estaría cubriendo un aproximado de 600 gastos funerarios. Por lo que este gasto es totalmente desproporcionado a la cantidad de las lamentables defunciones de compañeros, de los cuales contabilizamos 9, y contando a familiares, es un aproximado de 30.
Esto por supuesto era conocido por Orta, lo que es de llamar la atención, ya que en ningún momento se envió otro mensaje de WhatsApp anunciando que siempre sí se pagaría el seguro y que este ascendería a una cantidad completamente alejada a la realidad.
Este robo a las y los trabajadores por parte del Comité Ejecutivo del SITAUDI, muestra la ausencia de una democracia sindical elemental para decidir sobre el rumbo de la organización sindical. Y hace evidente la necesidad de asambleas generales en las que la información y la discusión de los 5 mil trabajadores sea la que decida y analice el tipo de necesidades que tienen en la planta, y no acuerdos irreales que se convierten claramente en negocios de lucro con las cuotas sindicales.
Como en el sindicalismo cetemista, esos dirigentes “independientes”, en la defensa de sus intereses creados como casta burocrática, defienden sus cargos a toda costa para perpetuarse en la dirección del sindicato. Por eso evitan —violando un derecho sindical— convocar a asambleas generales en donde deban rendir cuentas a sus afiliados.
El mito de la democracia en los sindicatos “independientes”
En la industria automotriz, los llamados sindicatos independientes surgieron al calor del descontento con la mafiosa CTM que, desde los años 70, en medio de la llamada "Insurgencia Sindical", tuvo que enfrentar el surgimiento de nuevas direcciones que prometieron acabar con la corrupción y la antidemocracia que ha reinado siempre en el sindicalismo oficialista. Y fue, principalmente en Puebla (en Volkswagen) y Nissan (en Morelos) donde está nuevo sindicalismo se presentaba como una alternativa a la vieja burocracia pro patronal y autoritaria.
Este cambio, al calor de un ascenso el movimiento obrero, logró concesiones importantes para las y los trabajadores que, décadas después -con la imposición del neoliberalismo- se fueron perdiendo bajo los acuerdos de esas nuevas direcciones con la patronal.
Una vez debilitada la CTM en un sector considerable del sector automotriz, las direcciones de los sindicatos que fueron surgiendo (como el STAUDI), obedecían a una línea política productivista que priorizaba las necesidades de la empresa por encima de las de la base trabajadora. Por ello, impusieron la antidemocracia como herramienta para impedir tendencias combativas al interior de los sindicatos que encabezaran la lucha por sus demandas ante la patronal.
Por lo que, los sindicatos que logran su registro como independientes y se afilian algunos a centrales como la Federación de Sindicatos Independientes de las Industrias Automotriz, Autopartes, Aeroespacial y del Neumático (FESIIAAAN), no conserva siquiera la combatividad en un momento tuvieron aquellos sindicatos que rompieron con la CTM y el Congreso del trabajo en los años 70.
Hoy, estos sindicatos “independientes” son los que vienen permitiendo los “paros técnicos” (patronales) que merman considerablemente el salario de las familias trabajadoras. Política antiobrera que se profundiza, dado que se realiza en época de pandemia.
La participación en la vida sindical de los agremiados no solo es un derecho, sino un principio de la propia existencia de los sindicatos; así que todas y todos los empleados de Audi deben de ejercer este mismo para decidir con claridad el destino de sus cuotas en función de sus intereses y no de negocios del comité ejecutivo con empresas externas (como la funeraria mencionada), enriqueciéndose de las cuotas sindicales.
Pero una política democrática, no solo deber servir para evitar este tipo de lucro, sino también que las y los trabajadores puedan participar de las decisiones importantes de la organización sindical y como la de enfrentar los paros técnicos la exigencia de su pago al 100%; y en ultima instancia para que el sindicato sea una verdadera herramienta de lucha para la clase trabajadora.