Industria Automotriz. El fraude en Mazda incluye la violación a la privacidad de los trabajadores

Sin informar sobre el proceso de elección sindical que anuncian, la CATEM (Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México) impulsada por el gobierno de Morena y la COSAT (Confederación de Sindicatos Autónomos) una organización sin incidencia real en la vida obrera que es impulsada por el Congreso del Trabajo —el máximo organismo cupular sindical que agrupa a las principales organizaciones charrificadas del sindicalismo mexicano─ han desplegado invitaciones llamando a votar por ellas.

Por un lado, la CATEM, mañosamente habla de un “recuento” como si hubiera habido ya elecciones, mientras que la COSAT solo dice que estarían mejor con ellos que con la CTM, ocultando que estas dos estructuras sindicales burocráticas tienen acuerdos entre sí.

Mencionan ser distintos uno al otro, e invitan a las y los trabajadores de Mazda a una “nueva vida laboral”, pero desde este proceso ya hacen evidente que lo único que les interesa es el voto, a partir de falsas promesas, para que las condiciones de explotación y opresión siguen existiendo en esa planta automotriz.

¿Cómo puede ser diferentes si están también imponiéndose en un centro de trabajo estas dos organizaciones que utilizan los métodos de no explicar lo que hacen ahí? O, ¿de dónde salió esa idea del “recuento” de una elección que no se ha realizado? Hasta donde el elemental sentido común lo dice, se recuenta lo que ya fue contado.

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La COSAT menciona haber comenzado un proceso legal desde hace más de un año para demandar la representación en la planta, pero apenas recientemente aparece en la planta sin mencionar quienes son ni presentarse ante las y los trabajadores a los cuales les pide que voten por dicha organización.

Una fraudulenta maniobra contra el Comité ejecutivo que derrotó a la CTM

Apenas hace un mes, con base en lo que marcan los estatutos, se realizaron votaciones internas en el sindicato de la planta para elegir la nueva dirección sindical, en donde hubo una participación baja, pero casi 500 trabajadores votaron por la Planilla Azul como sus representantes, mostrando así su repudio a la entreguista y propatronal dirección sindical cetemista. Es decir fue una elección legal, y el mismo Comité Ejecutivo saliente tuvo que reconocer su derrota.

Si estas confederaciones son tan democráticas como dicen que son ¿por qué están coartando la decisión de un importante número de trabajadores quienes ya votaron en agosto?

Como si fueran políticos en campaña por cargo de elección popular, se presentan con propuestas “salvadoras” (como un supuesto mayor apoyo a las demandas obreras, mejores condiciones laborales, etc.), pero guardan silencio respecto a la realización de asambleas para decidir ahí de manera democrática cómo defender esos derechos que cada vez más pierde la clase trabajadora y, en especial, quienes laboran en el sector automotríz. Unas asambleas democráticas donde, bajo la participación libre y sin intimidaciones, las y los trabajadores puedan decidir cuál es la mejor manera de conducir su organización sindical. En donde el voto libre y secreto de la base trabajadora, sea acatado por la dirección sindical sin ningún obstáculo de ningún tipo.

De manera que, la consulta democrática en la planta sea el método de decisión que permita llevar adelante la lucha que se necesite para frenar los planes anti obreros que la patronal ejecuta en contra de sus trabajadorxs (despidos, “paros técnicos”, topes salariales, raquítico reparto de utilidades y de aguinaldos, falta de seguridad que atenta contra la vida de las y los asalariados, etc.).

Ante décadas de condiciones de trabajo lesivas para el nivel de vida obrero, estas centrales intentan convencer a los trabajadores de que su participación debe enfocarse únicamente en votar por el menos peor. Es decir, que su única alternativa es votar por una u otra central al servicio de los patrones (está comprobado que defienden ganancias de la empresa aunque las obreras y obreros reciban salarios miserables).

En todos los sindicatos deberían realizarse asambleas regularmente en donde las direcciones sindicales rindan cuentas a la base trabajadora, y en donde todas y todos tengan voz y voto para decidir qué se tiene que hacer con sus cuotas y qué porcentajes de aumentos salariales se debe de negociar.

Centrales sindicales como la CATEM y la COSAT saben de las necesidades de lxs trabajadorxs, y aún así su función es la de mantener controlado el descontento obrero, y a base de promesas y justificaciones, defender la ganancias de los patrones.

¡No a la maniobra charril!

Ante este fraude el charros sindical de la CTM, Antonio Aceves Del Olmo guarda silencio y permite que estas confederaciones hagan proselitismo sin mostrar ninguna preocupación y permitiendo que bajo esa maniobra se desconozca al Comité Ejecutivo recientemente elegido de manera democrática el mes pasado en la planta por la mayoría.

El charro simuló elecciones internas para acometer después este fraude.

Hasta la fecha, nadie entiende por qué, estas centrales que están violando la ley laboral y la cláusula del T-MEC que prohíbe esas prácticas, pueden hacer estas maniobras impunemente. Pero la respuesta tal vez lo explique el que son tanto la misma Secretaria del Trabajo como el Centro Federal de Conciliación, los que están guardando silencio ante el ilegítimo proceso, en donde ni siquiera ha habido legitimación de Contrato Colectivo de Trabajo, como lo marca la ley (el requisito previo para después poder convocar a la elección de una nueva dirección sindical).

Por lo que, respecto a la reforma laboral de AMLO que presentan como un gran logro democrático, al parecer la ley no aplica en Mazda y se le deja paso libre a la CATEM del Morena. ¿Será porque este favoritismo apunta a que la 4T pueda dirigir (o codirigir de mano de la CTM) el sindicato en esta empresa automotríz, ya que eso significa evitar una derrota más de las direcciones cetemistas en esa industria?

Por si este proceso antidemocrático no fuera suficiente, recientemente las y los trabajadores han comenzado a recibir mensajes en sus teléfonos de estas confederaciones haciendo proselitismo personalizado (una violación a la confidencialidad y privacidad de cada trabajador y trabajadora), lo que evidencia que la patronal también está involucrada en este fraude.

Así, entre patrón, gobierno y confederaciones continúan promoviendo un fraude en la dirección sindical de los trabajadores de Mazda.

Hoy es importante que la base trabajadora exija que se respete el derecho de la elección sindical que se llevó a cabo el 26 de agosto como resultado del repudio a la CTM. Es un atropello, incluso del mismo gobierno pasa por encima de su propia ley laboral, para imponer el Mazda un sindicato afín a los intereses de la 4T.

Es importante exigir saber qué pasó con la Planilla Azul y sus representantes, así como denunciar estas maniobras antiobreras en donde se pretende imponer a una nueva confederación propatronal.