×
×
Red Internacional
lid bot

CORRUPCIÓN EN EL FÚTBOL. El fútbol español huele a podrido

La detención del presidente de la Federación Ángel María Villar, su hijo y otros dirigentes de la misma, sacude este deporte y destapa una gran red de corrupción.

Miércoles 19 de julio de 2017

FOTO: EFE

Ayer por la mañana todo el futbol del Estado español vivió un auténtico terremoto, del que no para de hablarse en todos los medios del país y del resto del mundo. El “eterno” presidente (lleva 29 años seguidos en el cargo), de la Real Española Federación de Fútbol (RFEF) era detenido en el marco de la llamada “Operación Soule” (nombre con el que se conoce a un antiguo Juego de Pelota que se jugaba en Francia en la Edad Media).

Junto a él han sido detenidos su hijo, Gorka Villar, el Vicepresidente económico Juan Padrón y el secretario de la Federación Tinerfeña, Ramón Hernández. A todos ellos se les imputan presuntos delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsedad documental.

Según las investigaciones llevadas a cabo por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, entre todos los investigados habían montado una trama entre la Federación y la mayoría de las federaciones regionales a través de la compra de entradas. Villar facilitaba el negocio con las empresas que trabajaban para las confederaciones, hecho que permitía el beneficio para sus sedes y para él mismo.

La “Roja”, la “Gallina de los huevos de oro”

El gran negocio vino tras la victoria de la Selección Española de Fútbol (“la Roja”), en la Eurocopa de 2008 y sobre todo del Mundial de Sudáfrica de 2010. Era el equipo con el que todo el mundo quería jugar, el que más dinero generaba allí donde iba. Esto evidentemente no podía ser desaprovechado por este grupo de corruptos para agrandar más sus “bolsillos”.

Villar impulsó la celebración de partidos entre la selección española de futbol y otras selecciones. De esta manera conseguía contraprestaciones para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales en beneficio de su hijo, con excelentes contactos en el fútbol sudamericano gracias a ser un alto cargo del mismo. En concreto, la Guardia Civil investiga los partidos amistosos que España jugó en Sudamérica tras ganar el Mundial de Sudáfrica en 2010.

“Crónica de una muerte anunciada”

La detención de Villar y sus “secuaces” no ha pillado de sorpresa a nadie. Hace años que todo el fútbol español sospechaba de las actividades corruptas que se producían en la Federación. De hecho, el grito de “Corrupción en la Federación” era un grito muy repetido en la mayoría de los campos de fútbol del país.

Ya hace años, la prensa sacó a la luz los lujosos viajes costeados con el dinero del organismo, de Padrón, y sin embargo, ahí ha seguido como “segundo” de Villar hasta ahora. Hace pocos meses también se supo que Villar y los suyos se habían quedado con más de 1 millón de euros que debían ir para crear Escuelas de Fútbol en Haití tras el terremoto.

El fútbol profesional, un gran negocio lleno de corrupción

Por desgracia, no es la primera vez que el fútbol profesional destaca por un escándalo de este tipo. La corrupción generalizada de la FIFA, que acabó con la incriminación y dimisión de su presidente Joseph Blatter. La red de sobornos para la adjudicación de los mundiales de Rusia y Qatar o los desastrosos efectos que tuvo para la mayoría de la población la celebración del Mundial de Brasil, son otros claros ejemplos.

A esto hay que sumarle los escándalos de evasión fiscal que últimamente han llevado o van a llevar al banquillo a futbolistas tan importantes e ídolos de masas como Cristiano Ronaldo o Messi. Futbolistas que cobran sueldos de 32 millones de euros el primero y 40 el segundo. No contentos con ese “dineral”, crean empresas en “paraísos fiscales para pagar menos impuestos.

Con un sencillo cálculo comprobamos como el portugués del Real Madrid cobra en 1 hora el equivalente al salario mínimo interprofesional en el Estado español. Una atrocidad y un desfase producto de esta sociedad capitalista.

Un aspecto más de como el capitalismo hace del deporte, y por lo tanto del fútbol, una basura consumista y negocio de explotación. Mientras explota a trabajadores en países subdesarrollados para la construcción de estadios, la manufacturación de camisetas, balones, paga insultantes cifras de dinero a los “dioses” que encumbra, a los cuales sitúa por encima del bien y el mal y aleja del espectador y aficionado.

Todo esto es repugnante, “ensucia”, un deporte tan “bonito” y que tanta ilusión crea como el fútbol. A los que somos aficionados al mismo o como es mi caso, socios de un club, todo esto nos cabrea, enfada y nos llena de indignación.
Evidentemente, esto no es más que una muestra de la unión de deporte y negocio en este sistema que todo lo corrompe.