La pérdida se explica por intervenir los dólares financieros y en su mayor parte, por el esquema que permite a los exportadores liquidar el 20 % de lo exportado en el contado con liquidación. Milei y Caputo son los que más dilapidaron reservas en beneficio de la casta empresaria para contener el dólar. Para terminar con esta sangría, el comercio exterior no puede seguir estando en manos privadas.
Martes 13 de agosto 21:06
Los números surgen de una estimación de la consultora EcoGo, que muestra que la pérdida de reservas del Banco Central por intervenir en los mercados de divisas alcanzó unos U$S 12.400 millones hasta fines de julio. De estos, la mayor parte se explica por el esquema del "dólar blend", denominado así porque permite a los exportadores liquidar el 20 % de las exportaciones en el contado con liquidación (Contado con Liquidación) y no en el mercado oficial de divisas. Este esquema les permite hacerse de un dólar más "caro", pero implica una pérdida para el Banco Central (BCRA).
A su vez, desde mediados de julio, cuando se anunciaron las últimas medidas en el que el gobierno vendería dólares en los mercados financieros (el CCL y el MEP, o dólar "bolsa) para contener la brecha, el BCRA perdió U$S 250 millones. El gobierno presentó esta intervención como una política monetaria para "terminar con la emisión monetaria" y retirar los pesos del mercado ya emitidos previamente desde abril. Pero en los hechos se trató de una política cambiaria para contener el dólar paralelo, implicando también una pérdida de divisas para el Banco Central.
“Con este nuevo esquema de pago de importaciones, si se sostiene el Blend, el crawling al 2% y la intervención anunciada (con la brecha en 50%), el BCRA vendería hasta USD 4 mil millones en lo que resta del año. Con pagos pendientes por USD5,5 mil millones (incluyendo los cupones de enero de los bonares y globales) las reservas podrían volver a ubicarse en USD 12 mil millones negativas a fines de enero”, mencionó EcoGo.
Además de las pérdidas por el dólar exportador, EcoGo también menciona otros conceptos por los cuales el Banco Central perdió dólares, con cuantías menores: el ingreso de dólares por turismo receptivo, la compraventa de bonos y recompras del Tesoro.
Milei y Caputo, paladines del "libre mercado", paradójicamente generaron una pérdida de reservas por intervenir los mercados cambiarios, que está en la base de que que la inflación se mantenga arriba del 4% y pueda repuntar aún más. De acuerdo al informe de la consultora, en estos meses incluso se superó la pérdida por iguales conceptos que en la gestión de Martín Guzmán (U$S 2.766 millones) y Sergio Massa con el dólar soja (U$S 7.619 millones).
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Ni devaluación ni cepo: nacionalizar el comercio exterior bajo control de trabajadores
El bombardeo mediático sobre la "brecha cambiaria", apuntalado por intereses del agropower y de los grupos económicos concentrados, sólo busca presionar por una devaluación, coincidiendo con las exigencias del FMI de una salida del "cepo" lo antes posible. Pero si esta devaluación implicaría un nuevo golpe brutal a los ingresos y salarios, tampoco puede considerarse que el enredado esquema de restricciones cambiarias o “cepo” son viables ni sostenibles. ¿Hay otra alternativa?
Para salir de esta trampa, es posible disponer de las divisas generadas por millones de trabajadores del país día a día a favor de estos millones de trabajadores y sin beneficiar a ninguna "casta" empresaria: la nacionalización del comercio exterior bajo administración por los trabajadores, junto con la nacionalización del sistema bancario, y reorganizar la economía sobre otras bases.
El comercio exterior es prácticamente hoy en día un “monopolio” privado del control de divisas, donde quienes venden al exterior presionan y consiguieron tipos de cambio especiales durante cierto tiempo, y donde la importación se realiza a un dólar muy barato comparado con el dólar desregulado.
El debate sobre eliminar o no el cepo no va a la cuestión de fondo. Esto no significa que en determinadas condiciones no haya una necesidad de establecer regulaciones para el acceso a divisas, que son un “insumo” crítico para toda la producción nacional y no pueden ser objeto de especulación. Pero, sin plantear un monopolio estatal del comercio exterior y la nacionalización de los bancos, no hay ninguna alquimia que evite la bancarrota.
Unas pocas empresas, en su mayoría extranjeras, concentran entre el 50% y el 75% de las exportaciones del país. Son las comercializadoras de cereales y derivados, petroleras y mineras, y en el sector manufacturero algunas grandes firmas de la agroindustria, las automotrices, el aluminio y otros metales. Estas han utilizado el peso que les da esta “posición estratégica” para condicionar la economía, generar golpes de mercado o escasez de divisas.
Por el contrario, si el comercio exterior estuviese en manos de un organismo del Estado bajo gestión de los trabajadores se podría definir qué se importa y qué se exporta en función de que a nadie le falte alimento, que estén garantizadas la salud y la educación. Una política de este tipo también cortaría de raíz con las trampas empresarias, como las que hacen muchos importadores para acceder a dólares baratos del Banco Central, o, del otro lado, las que practican los exportadores, como hacía Vicentin o ahora las mineras del litio, que subdeclaran exportaciones para no ingresar los dólares al país. El comercio exterior debería funcionar bajo administración obrera para terminar de raíz con todas esas maniobras.
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