Desde que asumió como intendente de la Plata hay conflicto en todos los sectores del municipio por despidos, falta de pago de salarios y maltrato laboral. Los sindicatos, que vienen mirando para otro lado, tienen que ponerse al frente con un plan de lucha definido en asamblea en defensa de todos los derechos.
Domingo 18 de febrero 15:56
Julio Alak asumió como intendente de La Plata el 12 de diciembre 2023; hubo que esperar al recuento definitivo y que se abrieran varias urnas para que fuera proclamado ganador por 600 votos sobre Julio Garro que llevaba 8 años al frente de la municipalidad.
Alak vuelve después de haber sido intendente durante 16 años, de 1991 a 2007 y funcionario nacional y provincial del Frente de Todos. Como se plantea acá llevó adelante las políticas de Menem, Cavallo, Duhalde, los Kirchner y Kicillof.
Bajo su gestión como intendente fundió el Banco Municipal, avanzó con el Código de Planeamiento Urbano a favor de la especulación inmobiliaria y, en sintonía con la flexibilización laboral del menemismo en los´90, promovió la sanción de la ley 11.757 (conocida como “la Ley de la Inestabilidad”) dejando como saldo de su gestión al 80% de los municipales precarizados, sin carrera administrativa, con salarios de pobreza y con una caída del pago de antigüedad del 3% al 1%.
“No somos ñoquis, no somos la casta. Somos municipales que cobramos salarios por debajo de la línea de indigencia.”
Con una campaña al mejor estilo mileista, desde que asumió arremetió contra los y las trabajadoras municipales tratándolos de ñoquis, de lo que se hicieron eco varios medios de prensa de la región, encabezados por el diario El Día. Como hizo Garro en 2016 que despidió a más de 4.000 trabajadores entre cooperativistas y planta temporaria (que con movilizaciones y plan de lucha lograron en parte revertir), Alak despide a miles de trabajadores que están distribuidos en casi todas las dependencias: en el Bioparque (ex Zoo), en el Parque Ecológico, en Control Urbano, en la Justicia de Faltas, en el área de Tierras, Vivienda y Hábitat, en Tránsito, Niñez, Políticas de Género, en las delegaciones municipales.
El desconcierto entre los y las trabajadoras es grande porque nadie tiene asegurado su puesto laboral. Muchos se enteran luego de haber trabajado varias semanas que han sido despedidos y a otros se los entrevista para extenderles la jornada laboral con igual salario o se les propone, siendo de planta, pasar a ser contratados monotributistas o cooperativistas, perdiendo estabilidad, antigüedad, obra social, etc.. Atentando así contra la propia legislación laboral que establece el principio de progresividad por el cual ningún cambio en las condiciones laborales puede implicar pérdida de derechos.
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Pero además están implementando el control biométrico en cada dependencia, como lo hizo Vidal en la provincia de Buenos Aires cuando gobernó el PRO y contra lo que luchamos porque implicaba hacer más inseguros, ante una emergencia, los sectores de trabajo al instalar molinetes. Los municipales son los trabajadores peor pagos de la administración estatal, y los de La Plata los que perciben salarios más bajos de la PBA, la mayoría cobra entre $ 60.000 y $ 150.000. Con salarios de indigencia, incluso más bajos que un plan social, esa situación se compensaba con flexibilidad en la carga horaria.
Asambleas en los sectores de trabajo, asamblea general, paro y plan de lucha
Frente a estos ataques hasta ahora se hicieron paros y retenciones de tareas por lugar de trabajo. Los sindicatos (ATE, UPCN, Sindicato de Trabajadores Municipales de La Plata y el SOEMLP), cuando están, dividen la lucha y hasta han llegado a boicotear las medidas definidas en asambleas autoconvocadas, sembrando esperanzas en reuniones con los funcionarios que sólo responden con despidos o más precarización laboral. No es una novedad, en el caso de ATE han hecho campaña a vela desplegada por la candidatura de Alak y por eso vienen avalando esta situación.
Desde la Marrón Clasista creemos que hay fuerzas para enfrentar este brutal ajuste y que los sindicatos están a tiempo de cambiar el rumbo. Hay que hacer asambleas en cada sector de trabajo y asamblea general para definir paro activo y plan de lucha hasta lograr la reincorporación de todos los trabajadores, el pago de salarios y aumento salarial al valor de la canasta familiar.
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Plata hay, Alak triplicó las tasas municipales a costa del bolsillo de los pequeños propietarios de la ciudad en lugar de cobrar impuestos a la especulación inmobiliaria y de terminar con el negocio de la basura que se lleva gran parte de presupuesto municipal, con un pésimo servicio para los barrios y asentamientos populares de la periferia.
Hay que organizarse, a la par que le exigimos a los gremios que se pongan al frente de la pelea, y participar para coordinar con otros sectores que se vienen organizando en la Asamblea del cacerolazo y en la comisión de estatales que se reúnen todos los miércoles a las 18 hs en 7 y 50, que fueron parte de las acciones que tiraron abajo la Ley ómnibus y que siguen en lucha hasta que caiga el plan motosierra de Milei. Así luchar por la más plena democracia desde abajo y la independencia política de los sindicatos para que sean instrumentos de lucha de los trabajadores por todos los derechos.