Cada año somos testigos del colapso de los centros sanitarios cuando llega el invierno, y con él las infecciones respiratorias. Este año Mónica García ha presentado a las CCAA un plan "infalible" para evitar dichas infecciones. Sin embargo, una vez más, plantea soluciones en modo “parche” que no tocan ni mínimamente las condiciones de los trabajadores que harán frente al colapso.
Viernes 18 de octubre
El ministerio de sanidad se prepara para un nuevo colapso de los centros sanitarios. Algo lógico teniendo en cuenta el comienzo de este año, con el sistema sanitario al borde del colapso debido a un repunte de las infecciones respiratorias. Las urgencias hospitalarias y los centros de atención primaria se vieron ante una situación crítica, que la ministra trata de evitar este año. No podemos negar que tratar de prevenir una situación tan fatal es absolutamente necesario, pero veamos cuáles son las medidas que proponen desde el ministerio.
De forma simplificada, porque la propuesta no da para más, proponen instaurar de forma anticipada el uso de mascarillas y recomendar a la población medidas de higiene, y el autoaislamiento en caso de padecer síntomas. Si algo nos demuestra un año más Mónica García, es que no se ha enterado de cuál es realmente el problema. No puedes evitar que se propague un virus pidiéndole a la clase trabajadora que se encierre en casa, teniendo en cuenta que tenemos unas facturas y un alquiler que pagar, y para ello debemos ir a currar. Es mucho más sencillo que tratar de disminuir los contagios con una varita mágica. La solución real viene por reforzar los centros sanitarios. Mientras los servicios esenciales y todos sus trabajadores y usuarios se encuentran en una situación de abandono, García considera que la medida más eficaz para resolverlo es implementar medidas de prevención, dejando a un lado a los profesionales. Aunque las medidas de prevención son necesarias, es un parche una vez que el mal ya está hecho. Cabría preguntarse cómo llegamos a esta situación. La sobrecarga de trabajo, las malas condiciones de contratación y la escasez de financiación son síntomas de una gestión que sigue apostando por reforzar la sanidad privada en lugar de blindar la pública.
Nos encontramos ante un ministerio que sólo puede ver una única salida al colapso sanitario: prevenir los contagios. ¿No sería mucho más eficaz reforzar la plantilla de todos los centros sanitarios, contratando a más personal para poder atender a toda la población enferma? Ya vimos el anterior invierno como las urgencias colapsaron y los trabajadores asumieron cargas de trabajo inhumanas. Sin embargo, la única medida que se implantó entonces fue las mascarillas obligatorias. No obstante, no es de extrañar que los planes del gobierno “progresista” no pasen de las falsas promesas. No solo empeora la Sanidad Pública cuando gobierna la derecha. El “gobierno progresista” no ha dado ni un solo paso para revertir las privatizaciones de los últimos años ni para reforzar el sistema público. Más bien al contrario: la subida de presupuesto en los PGE 2023 apenas compensó la inflación de ese año mientras el militarismo aumentó un 26% su presupuesto. Tampoco sorprendían las declaraciones de Mónica García, donde sostenía que “siempre le he tenido mucho respeto a la sanidad privada”. Por lo tanto, nos encontramos ante una situación por la que apuestan descaradamente gobiernos como el de Ayuso en la Comunidad de Madrid, pero que también incentiva el nuevo gobierno con una gestión privatizadora.
Lo que realmente necesitamos es poder atender a todos los enfermos sin que tengan que esperar 10 horas en una sala de espera, y para ello necesitamos más personal. Pero nosotras no nos quedamos ahí. Sí, necesitamos urgentemente aumentar la plantilla en todas las categorías profesionales. Pero también una mejora de las condiciones laborales, para que los sanitarios no huyan fuera y más concretamente de la Comunidad de Madrid, o incluso abandonen la profesión. Necesitamos más personal para disminuir la carga de trabajo y dar una atención de calidad, pero también necesitamos estabilidad en nuestros contratos de trabajo, poner fin a la temporalidad de una vez por todas. Además, para conquistar un sistema de calidad que soporte los picos de infección es necesario financiarlo de forma eficaz, desde la atención primaria hasta la hospitalaria, aumentando drásticamente los presupuestos.
Ante esta problemática, debemos exigir también a los sindicatos mayoritarios, que agrupan a gran parte de los trabajadores sanitarios, un plan de lucha urgente para revertir el desmantelamiento y las condiciones terribles de los trabajadores. Un plan de lucha y una huelga general que los trabajadores junto a los usuarios llevemos adelante. La unidad de la plantilla de las distintas categorías, así como la de usuarios y trabajadoras, es fundamental a la hora de poder derrotar a la casta del gobierno central y de los gobiernos autonómicos que pretenden convertir la sanidad en un negocio privado en manos de unos cuantos buitres capitalistas.