Detenido desde el 28 de abril de 2022, ha sido liberado en un intercambio de prisioneros con Rusia.
Jaime Castán @JaimeCastanCRT
Jueves 1ro de agosto
Imágenes de Pablo González subiendo al avión en Turquía con destino a Moscú.
Pablo González, periodista de nacionalidad rusa y española ha sido puesto en libertad tras más de dos años y cinco meses en una cárcel de Polonia, desde su detención en la ciudad de Rzeszow, acusado de espionaje. Su liberación se da en el marco de un intercambio de prisioneros entre Rusia y la OTAN, en el que González junto a otros prisioneros, han sido trasladados desde Turquía a Moscú, donde han sido recibidos por el propio Vladimir Putin.
Momento en el que el periodista español Pablo González aborda el avión que lo trasladó a Rusia desde Turquía luego del canje de esta jornada. pic.twitter.com/6teX9NvtKH
— Aliana Nieves (@AlianaNieves) August 1, 2024
Según una carta transmitida por la defensa del periodista: “el intercambio ha sido posible gracias a intensas negociaciones entre las partes implicadas y a un exhaustivo trabajo jurídico que ha asegurado un marco legal adecuado para su materialización garantizando el respeto a los derechos y la dignidad de los periodistas involucrados”. A su vez, denuncian que “las autoridades rusas han demostrado un interés real en buscar una solución a esta situación, mientras que otros se han centrado principalmente en criminalizar a Pablo González en lugar de defenderle y proteger sus derechos como periodista”.
La libertad de prensa fue también una de las primeras víctimas de la Guerra de Ucrania y el encarcelamiento de González supuso un ataque brutal a ella y a los derechos humanos, permitido tanto por el Gobierno español, como por la Unión Europea en su conjunto. Como señaló para este medio Juan Teixeira, periodista y compañero de González, el Estado polaco acusó “ de un delito muy grave sin pruebas a un periodista”, mientras las autoridades españolas abordaban “el tema de una manera muy muy tibia, lavándose las manos”.
La liberación ha sido celebrada por la Asociación y el Colegio Vasco de Periodistas, que ha comunicado lo siguiente: “Pablo ha estado casi 900 días encarcelado en una prisión polaca dura, de máxima seguridad, en régimen de aislamiento, con los derechos básicos restringidos para él, para su familia y siendo objeto de rumores y filtraciones interesadas que no han sido capaces de probar nada. Una falla democrática en suelo europeo imperdonable”.
“Asociaciones, colegios profesionales y otros organismos internacionales nos hemos movilizado reclamando una activación de las vías diplomáticas, mayor celeridad en el proceso, presentación de pruebas y un juicio justo. Nos hubiera gustado que su puesta en libertad, canje de periodistas norteamericanos por periodistas rusos, hubiera sido obra de las autoridades españolas en la defensa y cuidado de sus ciudadanos”, añadían en relación a las responsabilidades del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos primero, y con Sumar en la coalición actual.
"Los periodistas no deben ser utilizados como peones políticos. Ahora, Pablo González tiene la palabra y tiene ante sí una ardua labor: recuperar su vida, restablecer su reputación y retomar su profesión". Con estas palabras cerraban su comunicado las asociaciones periodísticas vascas.