El miércoles de esta semana, en la Comisión de Energía y Minería del Senado, se aprobó la idea de legislar sobre el proyecto del royalty minero. Senadores del oficialismo votaron en contra, diciendo que el proyecto es inconstitucional, pidiendo la intervención del Gobierno. Pero, también, quien al día siguiente esgrimió declaraciones descaradas en contra del proyecto y que salió en defensa de los saqueadores de las últimas décadas, fue Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero. Ante el debate de una cuestión mínima como el royalty, y los tiempos de sobra que los parlamentarios le dan a los grandes empresarios de la minería y sus políticos para las indicaciones, es necesario poner sobre la mesa la discusión de nacionalización de los recursos naturales bajo el control de trabajadores y comunidades.
Viernes 3 de septiembre de 2021
Han pasado cuatro meses desde que comenzó el debate por el proyecto de royalty minero, el que plantea un impuesto correspondiente al 3% del valor de venta de recursos no renovables extraídos como el cobre y el litio. El miércoles, la Comisión de Energía y Minería del Senado aprobó la idea de legislar después de la presentación y opinión de 73 invitados que participaron de audiencias y seminarios; entre ellos representantes de las grandes mineras transnacionales que durante décadas han saqueado nuestros recursos como son el grupo GMP-10 de la gran minería, agrupadas en el Consejo Minero como Antofagasta Minerals, Mantos Copper, Minera Candelaria, BHP, Freeport y Teck Resources.
Durante la instancia, senadores del oficialismo como Alejandro García Huidobro de la UDI y Rafael Prohens de RN, votaron en contra, argumentando que el proyecto es inconstitucional y solicitaron la intervención desde el Ejecutivo en esta materia.
Pero las posturas en contra fueron más allá de los oficialistas, sino que encontró en el representante y presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, a uno de los más acérrimos opositores del proyecto, defendiendo obviamente sus intereses y los de las grandes mineras que, a costa del medio ambiente, la salud y la precarización del trabajo, han sido los grandes ganadores del saqueo del cobre de los últimos 30 años.
Villarino, en una entrevista aRadio Duna, disparó contra todo y todos quienes avalan el royalty minero. Primero, bajo el argumento de que “el proyecto técnicamente es muy malo” y segundo bajo un descaro sin precedentes posicionando a los grandes saqueadores del cobre como las víctimas del proyecto, con pasajes que parecieran salir de una película de ficción como que “lejos de ser sólo el 3% sobre las ventas, que ya es bastante dramático para algunas industrias o para algunos sectores mineros”, “la verdad es que en determinados márgenes el Estado se lleva todo”, “los privados que han asumido el riesgo (..) que han pasado los períodos de vacas flacas, han sufrido cuando la libra de cobre está a US$2, los que han hecho todas las filas para obtener todos los permisos, no se llevan nada en los tiempos de vacas gordas, que digamos cuando uno revierte la situación de períodos malos”.
Esta blasfemia descarada de Villarino, busca y muestra con desesperación que las empresas imperialistas transnacionales y empresas nacionales privadas como las del clan Luksic, buscarán a toda costa que no se toque nada de sus intereses y ganancias. Las declaraciones del rostro visible del GMP-10, omite que estos mismos fueron los grandes ganadores en medio de la crisis sanitaria, los grandes ganadores de la pandemia como Luksic que duplicó su fortuna o BHP que durante este último año aumentó en un 155% sus ganancias, y todo esto a costa de exponer y arriesgar la vida de las y los trabajadores y su familias.
Es más, Villarino para seguir victimizando a los saqueadores planteó que “en los últimos 20 años la minería ha generado US$480.000 millones, lo que se ha vendido desde la Gran Minería del país. De eso, la minería ha retirado entre un 18 y 19%, el resto se ha pagado con un 50% a proveedores y trabajadores, o sea, prácticamente US$240.000 millones, y el resto entre un 10 y 12% en impuestos directamente al fisco, reinversión. Sólo un 18% es lo que se han llevado los inversionistas, es decir, la minería deja mucho en el país, no sólo hay que mirarlo por la ventanita del royalty”.
Pero, nada dice respecto a que las 10 mineras privadas más grandes de cobre, las mismas que él representa, entre los años 2005-2015, se llevaron más de US$120 mil millones con un precio similar al actual. Es decir, en 10 años se llevaron el doble de lo que en 20 años la gran minería del cobre aportó al Estado chileno.
Nacionalización de los recursos naturales como el cobre, el litio y el agua bajo control de trabajadores y comunidades
En torno a las declaraciones de Joaquín Villarino, el trabajador y candidato a diputado por la región de Antofagasta, Lester Calderón expresó que “las palabras de este representante de los grandes magnates de la minería metálica del cobre, expresan que los capitales nacionales y transnacionales, ante un derecho tan mínimo como es la retribución por la explotación de nuestros recursos no renovables, buscarán todas las formas incluso las mentiras para defender sus ganancias”.
Además agregó que “es irrisorio que Villarino busque victimizar a los grandes saqueadores de estos 30 años, ocultando primero que estos fueron los grandes ganadores de la explotación de nuestros suelos, favorecidos por la herencia de la constitución de la dictadura. Y segundo, oculta que todas las riquezas que han llevado a sus arcas, han sido a costa del esfuerzo de cientos de miles de trabajadores, a quienes se les impuso la precarización del trabajo, como lo vemos a través del subcontrato que vino a amortiguar los costos de los grandes empresarios de la minería a costa de la flexibilización y baja en la calidad de condiciones laborales y de vida de miles”.
Por último, Calderón expresó que “aquí por una cuestión mínima democrática como es el royalty, los más afectados no son los grandes capitales mineros como estos señores nos quieren hacer ver. Quienes sí han sido afectados por la explotación y saqueo a destajo, durante estos último 30 años, han sido las familias trabajadoras, las comunidades aledañas a los territorios donde se sobre explotan nuestros suelos, lo que se expresa también en la devastación a nuestro medio ambiente afectando la flora y la fauna, y los territorios cada vez más numerosos que son zonas de sacrificio”, agregando que “es necesario ante la discusión del royalty como algo mínimo, comenzar a discutir la importancia de que los recursos naturales como el cobre, el litio y el agua sean nacionalizados, pero bajo el control de las y los trabajadores junto a las comunidades. Esta medida es la única que puede, por una parte, mitigar el impacto ambiental bajo otra modalidad de producción racional y democrática, y también como fuente para que las riquezas que se generan en estos sectores, vayan destinadas a los reales y profundos problemas de las y los trabajadores y el conjunto del pueblo, basta de llenarle los bolsillos a los grandes empresarios que más que víctimas son los grandes ganadores del saqueo de estos 30 años”.