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El socialismo en la crisis actual: Un llamado a la juventud revolucionaria

David Diez

El socialismo en la crisis actual: Un llamado a la juventud revolucionaria

David Diez

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En primer lugar, quiero externar lo feliz que estamos todxs por la excelente asistencia que hay el día de hoy para conocer este material, el cual cuenta con la participación virtual de dos de sus autores. Consideramos que este folleto es de suma importancia en los tiempos que estamos viviendo. Contiene catorce preguntas y respuestas que nos permite conocer la perspectiva que los revolucionarios tienen qué decir frente a la derecha internacional, que se llena la boca de mentiras diciendo que el socialismo sólo puede traer miseria en medio de un mundo muy convulso con importantes acontecimientos en la lucha de clases, inestabilidad económica, confrontaciones de las potencias, etc.

Este libro, que si bien fue escrito en Argentina, ha sido presentado en diversas escuelas, tanto con jóvenes como con trabajadores, en varias latitudes y, además, nuestros compañerxs de otrxs países también están preparando presentaciones en sus propias regiones.

Me gustaría comenzar abordando una cosa que me parece fundamental para contrastar la necesidad que tiene el hoy marxismo en la lucha por acabar con el capitalismo. Al leer el folleto que escribieron lxs compañerxs Matías Maiello, Arianne Díaz y José Montes, encontramos que hace alusión a un texto que escribe Engels en 1847, que aborda cuestiones similares mediante un formato de preguntas y respuestas, donde se expone cuál es la sociedad por la que luchamos y se plantean respuestas sobre cómo creemos que debería configurarse.

Al releer dicho libro llamado Principios del Comunismo, escrito por Engels en el contexto de la Revolución Industrial, observamos que, en todo momento, él plantea que las tareas de los comunistas por llevar adelante de manera revolucionaria, deben orientarse en desarrollar la industria para que la humanidad tuviera las capacidades necesarias para satisfacer nuestras necesidades.

Yo creo que la pregunta que hoy nos tenemos que hacer y hacerle al resto de nuestrxs compañerxs es si no creen o creemos que hoy esa tecnología y la industria han avanzado lo suficiente como para satisfacer las necesidades de las grandes mayorías. Si la respuesta es que sí, que, spoiler, el folleto dice que sí, entonces ¿por qué de todo eso que se produce sólo se benefician unos pocos?

Es importante cuestionarnos el por qué es posible que una minoría acapara las riquezas que producimos la mayoría de la población, por qué la sociedad no es capaz de cumplir sus necesidades, después de que sabemos que una minoría es inmensamente rica y vive lujos a costa de que la clase trabajadora y los sectores populares y empobrecidos vivamos como vivimos, por qué no se puede vivir sin hambre siendo que se desperdicia un tercio de la producción mundial de carne, por qué los capitalistas tienen fincas o inmensos inmuebles mientras la mayoría de la población a nivel mundial vive sin derecho a una vivienda digna, por qué se sigue produciendo a costa de seguir expoliando a la naturaleza y a los pueblos originarios. Por qué si pasamos, históricamente, de las crisis por escasez a tener crisis de sobreproducción, se siguen exacerbando las desigualdades de clase, por qué los pobres se hacen más pobres y los ricos más ricos.

Es decir, los problemas por los que hoy se queja la juventud en redes sociales o por los que sale a las calles a luchar se desarrollan en un mundo globalizado, donde las fuerzas productivas, integradas por primera vez en un único sistema de producción, han generado avances tecnológicos sin precedentes. El desafío, yo creo, que enfrentamos hoy es develar ante la clase trabajadora en manos de quién está la producción, cómo se decide qué se produce y, sobre todo, que eso no es algo dado, cómo no es algo fijo, sino que puede cambiar.

Es necesario explicar que es posible otra sociedad, una donde decidamos colectivamente cómo, qué y para quién producimos. En esta nueva sociedad, la clase trabajadora debe tomar conciencia de que puede tomar en sus manos la naturaleza y las herramientas para producir para sí misma y crear; es decir, que toda la creatividad y su trabajo físico y mental sea desarrollado de manera libre, para crear y recrearse a sí mismo y no por un salario que sea para regresar al trabajar el día siguiente. Que la lógica de producción deje de ser la lógica de la acumulación de ganancias de unos pocos bolsillos y cuentas de bancos, por la de satisfacer las necesidades de todxs por igual, además siendo amigables con el ambiente.

Si la clase trabajadora decidiera tomar el manejo de la industria, los servicios de reparto, las telecomunicaciones y otros servicios de uso cotidiano, veríamos la manera de que a nadie le falte lo indispensable para vivir. Como ya decía, hoy es posible eso, es posible que no haya gente muriendo de hambre, pero se desperdicia un tercio de la producción de carne, porque a los capitalistas no les genera ganancias.

Lo que queremos hacer es retejer y abonar a los hilos de continuidad de la que nuestra generación es heredera, de luchas como la del 68 y el 71 que hoy son grandes fechas para denunciar la represión, la militarización, pero también viendo la necesidad de la unidad obrero-estudiantil sin la que esos movimientos no hubieran tenido la fuerza que conquistaron, como la huelga del 99 en la UNAM que no sólo defendió la gratuidad de la educación sino que lo hacía abiertamente teniendo una lucha contra el imperialismo y su impulso de las políticas neoliberales, siendo uno de los mayores ejemplos en nuestro país de lo que la autoorganización puede lograr, así lo fue también la APPO, y de igual manera las luchas protagonizadas por la juventud precarizada, como las luchas por sindicalización en EE. UU. donde participaron jóvenes que vienen de la lucha por el #BlackLivesMatter y que hoy se posicionan del lado de la liberación por Palestina, al igual que la juventud al rededor de todo el mundo.

La juventud hoy tiene que voltear a ver el pasado y notar que, en su mayoría, las cosas por las que peleamos o que le duelen hoy por ser cosas que siguen irresueltas, como la falta de vivienda, la crisis ambiental, el hambre, la violencia, etc., seguirán existiendo mientras no logremos articular un potente movimiento que dé un golpe mortal al capitalismo. Para eso nos preparamos los revolucionarios. Por eso es tan importante recuperar el análisis y el método de intervención marxista, desde ahí es que queremos aportar a la lucha que hay hoy en diferentes partes del mundo.

Yo creo que en estos días, en donde salen los mayores enemigos de la cultura woke y de la izquierda en general, así como del socialismo, tomando el poder del país imperialista más importante junto a uno de los empresarios más famosos, haciendo un saludo nazi frente a medios internacionales y, del otro lado del continente, uno de los presidentes abiertamente neoliberales de los últimos tiempos diciendo que a los zurdos de mierda nos van a perseguir hasta el lugar donde nos encontremos, yo creo que hoy tenemos que llevar la tarea de decirle al mundo, y en primer lugar a la gente que tenemos alrededor, que otro mundo es posible, por eso es tan importante el folleto.

Porque este folleto no son 14 preguntas de lo maravilloso que es el socialismo sino que, al igual que explicaba Engels, así como, en otros momentos, Marx, Lenin, Trotsky, etc., explica cómo está configurado el sistema actual y cómo podría funcionar un mundo construido por los históricamente oprimidos y explotados. Este folleto tenemos que usarlo de una forma para explicarle al mundo por qué los socialistas no vemos el mundo a través de cuántas vacas tenemos, sino que tenemos un profundo análisis de cómo funciona este sistema, el cual nos permite ver todos los males que éste acarrea y, también, por qué queremos cambiarlo.

Como decía, en la historia encontramos ejemplos de lucha que triunfaron, otras que fueron derrotadas o, simplemente, no fueron más allá en la resolución de los problemas de raíz. Nuestra tarea actualmente es construir una organización llena de juventud, de mujeres, de miembros de la clase trabajadora que logre guiar a los sublevados a la victoria y a la construcción de un mundo libre.

Un mundo en donde las jornadas de trabajo no sean extenuantes, donde la consigna de las 40 horas sea superada con creces y no veamos al trabajo de manera enajenada, sino que nos realicemos como seres humanos a través de éste, pero que también tengamos tiempo para otro tipo de actividades recreativas y de ocio, donde la supervivencia de la vida humana no sea a costa de la naturaleza, donde los bombardeos orquestados por intereses capitalistas por las disputas de territorios no estén a la orden del día, donde tengamos una vida digna.

En México nos encontramos ante uno de los gobiernos más fuertes en la historia del país y, cuando volteamos a los lados, permea una idea de que confiar es lo mejor que podemos hacer; sin embargo, ¿cómo podemos confiar en un gobierno que militariza el país y precariza a nuestra generación? Un gobierno que, al final del día, no rompe con la subordinación a los países imperialistas. Como mayor muestra está el despliegue de los 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera ante los chantajes arancelarios de Trump en sus primeros diez días de gobierno.

Lejos de confiar en los políticos y defensores de la burguesía hacemos el llamado a confiar en que nuestros sueños son perfectamente realizables y otro modo de producción sí es posible. Tenemos que confiar en nuestras propias fuerzas y en que la clase obrera puede transformar la realidad. A la par de que avanza la derecha, también lo van haciendo los discursos en los que se cuestiona al capitalismo y al imperialismo, es decir, las ideas del marxismo resurgen y tienen un potencial enorme para que millones de jóvenes vean en él la salida, esto lo demostró la gran asistencia que tuvimos a las Jornadas de Debate marxistas que tuvimos en Ciudad Universitaria, los círculos de estudio que llevamos adelante en Acatlán, en la UAM y también en el IPN.

Por esto les presentamos este folleto, este pequeño libro, para usarlo como herramienta no sólo de estudio como nos enseñan en la escuela a los viejos revolucionarios, sino como un texto que condensa discusiones y que habla de que podemos organizar a la sociedad económica y políticamente de forma distinta.

Para que todo esto se haga realidad, creemos que es necesario, y les queremos hacer la invitación, a que construyamos juntxs una juventud revolucionaria que se dispute los espacios ideológicos dentro de las aulas y en las universidades y bachilleratos. Una juventud que participe activamente en las luchas de los trabajadores y los pueblos oprimidos, junto a las disidencias y los cuerpos oprimidos y racializados. Les invitamos a que sean parte de la Agrupación Juvenil Anticapitalista.


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