El 32% de las madres de 14 a 19 años a nivel nacional tienen hasta la primaria completa. Un 8% no tuvo instrucción o no completó la primaria. Mientras, el Gobierno y el peronismo avanzan con un Presupuesto de ajuste sobre educación y salud.
Jueves 15 de noviembre de 2018 21:43
En la última semana La Izquierda Diario denunciaba la muerte de una adolescente de 13 años perteneciente a la comunidad quom -embarazada de 32 semanas tras ser abusada- y que llegó al hospital en la ciudad de Resistencia en condiciones de salud deplorable. Una adolescente más que no tuvo el derecho a información para consentir su embarazo y a decidir por su vida en una de las provincias más pobres del país.
Datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación en un boletín especial con indicadores de salud para la población de 10 a 19 años, muestran las dimensiones de la situación. Los nacimientos de madres menores de 20 años registrados en 2015 superan los 111.000. En la provincia de Buenos Aires, donde reside el mayor volumen de población, éstos ascienden a 33.940, el número más alto registrado.
Los nacimientos de niñas y adolescentes representan el 15% del total de nacimientos a nivel nacional. Si se mira por provincia, se reflejan las peores situaciones en las del norte y noreste donde los porcentajes rondan y en algunos casos superan el 20%: Formosa, 24%; Chaco, 23%; Misiones, 22%; Santiago del Estero, 21%; Corrientes y Salta, 20%; Catamarca y Jujuy, 19%.
El total de estas adolescentes tienen entre 14 y 19 años y casi un tercio alcanzaron niveles educativos más bajos acorde a su edad. Así 8.829 (8%) no asistieron a la escuela o tienen primaria incompleta y 25.925 (24%) completaron dicho nivel. Los bajos niveles educativos se acentúan en el caso de algunas provincias como Misiones donde alcanzan a más del 50%. En esa provincia se registra el mayor porcentaje de madres adolescentes que no completó la primaria (23%), seguida por Chaco (17%), Entre Ríos (13%), Mendoza y Santiago del Estero (12%) y Corrientes (10%). El desfasaje educativo también se observa en el caso de la Ciudad de Buenos Aires donde 4 de cada 10 adolescentes que tuvo un hijo en 2015 sólo había finalizado el nivel primario.
La educación adolescente a nivel mundial
Un informe publicado este año por el Fondo de Población de Naciones Unidas evidencia las desigualdades en la situación educativa de los niños y adolescentes a nivel mundial. Desigualdades que también se manifiestan en la cantidad de embarazos de niñas y adolescentes.
Dicho informe resalta que Latinoamérica es una de las regiones del mundo con mayor nivel de fecundidad adolescente y particularmente Argentina se encuentra entre unos de los países con mayores tasas. La escolarización está altamente asociada a la postergación de la maternidad y a la reducción en la cantidad de hijos.
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Un indicador utilizado para medir la asistencia en el sistema escolar es la tasa de escolarización o matriculación neta en cada uno los niveles educativos que tiene en cuenta las edades oficiales o teóricas en que la población ingresa y cursa cada uno de éstos. Este indicador da una estimación del porcentaje de niños, adolescentes y jóvenes que asisten y están matriculados en el nivel correspondiente a su edad.
En el nivel de enseñanza primaria, se pueden ver las brechas existentes entre grandes regiones y las diferencias entre varones y mujeres existentes en algunas de ellas. Así, mientras en Europa Oriental y Asia Central, América latina y el Caribe, y Asia y el Pacífico los porcentajes de niños y niñas matriculados superan el 90% y las diferencias entre niños y niñas son de uno o dos puntos porcentuales incluso a favor de las niñas, en otras regiones las proporciones descienden y resultan aún menores en el caso de las niñas: África Oriental y Meridional 86% niños y 83% niñas, Estados Árabes 85% niños y 82% niñas, África Occidental y Central 79% niños y 70% niñas.
La situación resulta más alarmante cuando se trata del nivel secundario, en todas las regiones el porcentaje se ubica por debajo del 90% y muestra un nivel menor al 40% en el caso de África Occidental y Central (varones 39% y mujeres 33%) y África Oriental y Meridional (varones 33% y mujeres 31%. Si se distingue por países, resaltan los porcentajes al interior de América latina y el Caribe en Guatemala, Honduras y Nicaragua con tasas que oscilan entre el 42% y 53%.
A la situación de retraso en relación al nivel en que asisten los adolescentes se suma el abandono de la escuela, muchas veces vinculado a la necesidad de trabajar para poder ayudar en el hogar y en el caso de las mujeres el tener que hacerse cargo de tareas del hogar y cuidado de otros familiares o la dificultad de continuar frente a un embarazo, situaciones que terminan condicionando sus proyectos de vida.
Los últimos datos disponibles del Ministerio de Educación estiman que de cada 100 adolescentes que cursaron la Secundaria en 2015, alrededor de 9 no se volvieron a inscribir al año siguiente siendo Formosa y San Juan las provincias con los porcentajes más alto de deserción (12%). Estos valores aumentan si se focaliza en los tres últimos años que conforman el denominado ciclo orientado, más que duplicándose en el caso del último año para el total nacional (21%)
Frente a esta situación nos el Presupuesto nacional aprobado en el Senado determina un gran aumento de lo destinado al pago de intereses de deuda externa mientras se profundiza el recorte en áreas como Educación, Salud y Ciencia y Tecnología y resulta ínfimo lo destinado a programas de derechos de las mujeres como el de prevención del embarazo adolescente y la diversidad sexual que se verán aún más afectados por la inflación. El nuevo ajuste implica un recorte de 10% en educación y cultura, 77% menos a infraestructura escolar, 35% menos en becas para estudiantes, 55% menos para la prevención y erradicación de la violencia hacia las mujeres y 76% menos para la atención de la madre y el niño.
Lejos de atacar el problema que hunde a miles de niñas y adolescentes en situaciones de alta vulnerabilidad llevándolas a la marginación social, el gobierno recorta presupuesto nacional según los dictados del FMI. Pero no está solo, cuenta con el aval de los gobiernos provinciales y con una oposición que es dadora serial de gobernabilidad y que, mientras la marea verde sale a las calles a pelear por el aborto legal, seguro y gratuito, llama a las mujeres a que “no se enojen con la iglesia”, la misma iglesia que perpetua el mandato patriarcal sobre la vida de las mujeres.