Las entidades de las patronales agrarias convocan a un cese de comercialización de granos y hacienda por 24 horas y harán movilizaciones en distintos puntos del país. Con el reclamo por la escasez del gasoil suman exigencias en favor de los empresarios del agro como una mayor rebaja de impuestos y más ajuste. Una acción para marcar la cancha en un contexto de precios internacionales y ganancias récord ara el agropower.
Martes 12 de julio de 2022 22:25
Las entidades que nuclean a los empresarios rurales convocan a un cese de comercialización este miércoles 13. Foto: Telam.
Este miércoles 13 de julio las cuatro entidades de la Mesa de Enlace que nuclean a los empresarios agrarios realizarán un lock out patronal en todo el país con cese de comercialización de granos y ganado por 24 horas. Inicialmente convocaron la medida por los faltantes de gasoil que dificultan realizar la producción en determinadas regiones, pero los fundamentos centrales de la protesta se vinculan con la defensa de los intereses patronales: por menor presión impositiva y más beneficios para el sector. Habrá movilizaciones en diferentes puntos, pero anuncian que no cortarán las rutas.
El acto central se desarrollará en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú al mediodía, adonde acudirán los titulares de las asociaciones ruralistas: los presidentes de Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino; de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes; de Federación Agraria (FAA), Carlos Achetoni; y el vicepresidente de Coninagro, Elbio Laucirica.
En el texto de la convocatoria indicaron que “resulta urgente el acceso al gasoil y a los fertilizantes para evitar una parálisis total del aparato productivo”. Y agregaron que “también es necesario que haya menos intervenciones dañinas, que se baje el gasto público y que se ponga fin a la crisis energética”.
"Va a ser histórica. Todo el sector va a estar diciendo lo que le pasa al campo", dijo Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). "Es un grito de desesperación. El campo no da más. No solo por la presión impositiva, sino que también por la presión que se siente por la falta de políticas. Hay incertidumbre y desconfianza", agregó. Los dichos del titular de CRA contrastan con la actitud especulativa que llevan adelante gran parte de empresarios de granos, quienes están reteniendo la producción en silobolsas a la espera de una devaluación del tipo de cambio oficial para exportar, que mejore su ecuación de las ya abultadas ganancias. El Gobierno, por las dudas, ya afirmó repetidamente que no aumentará las retenciones a las exportaciones, mucho menos avanzará con medidas más estructurales en defensa de la soberanía de los recursos y alimentaria, como el monopolio del comercio exterior por parte del Estado.
Para Chemes, al Gobierno no le importa la producción. "No solo agropecuaria, sino a todos los que producen. Lo ven como una fuente de recursos para recaudar", apuntó. Nuevamente, aparece la tensión por las retenciones y la apropiación de la renta extraordinaria de la tierra. Los niveles de las retenciones a la exportación de granos son históricamente bajos en términos de sus precios y al tipo de cambio real vigente, permitiendo a las patronales del campo aumentar sus ganancias.
El economista y especialista en temas agrarios, Diego Fernández, en "El campo argentino en pandemia", calcula que en 2015 la presión fiscal de las retenciones sobre las mercancías agrarias era un 33% más alto que ahora.
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Por su parte, este año la recaudación por derechos de exportación apenas se incrementó un 35,1 % en términos nominales (muy por debajo de la inflación promedio, que la duplica) respecto al 2022 (de acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso), a pesar de los precios internacionales récord, expresando la menor liquidación de granos que han hecho los productores con una probable retención a la espera de un alza del tipo de cambio.
"Como sector tenemos claro que somos parte de la solución a tantos problemas que agobian a la Argentina y que solo necesitamos que nos den oportunidades, que no nos sigan sumando trabas", agregó en el mismo sentido de presionar por una mayor devaluación y/o rebaja de retenciones, el presidente de Federación Agraria, Carlos Achetoni.
Desde el Gobierno, el ministro de Agricultura y amigo de las patronales agrarias, Julián Dominguez, defendió la gestión del oficialismo en materia de combustible y de los beneficios otorgados al sector. "Este es un momento de cooperación; la confrontación con los productores paraliza", dijo Dominguez en relación a la medida convocada por la Mesa de Enlace.
"El estado de ánimo de los productores no se condice con lo que expresan los dirigentes de la Mesa de Enlace". A su vez destacó que, en materia de maquinaria agrícola, durante el primer trimestre del año, la venta de tractores aumentó el 26,5% en forma interanual, la de cosechadoras el 43,5 %, y la de sembradoras el 19,2%.
"Siempre es el momento del diálogo y más aún frente a un conflicto mundial, con crisis de producción a nivel global y aumento en el precio de los insumos. Estamos trabajando codo a codo con los productores desde el gobierno nacional en las soluciones que requieren para fortalecer las capacidades nacionales", agregó, mostrándose como un interlocutor que canaliza hacia el Gobierno las exigencias de los empresarios rurales.
El reclamo por el "aumento de la brecha" cambiaria no es más que un pedido para que el Gobierno acelere el ritmo de devaluación diaria del tipo de cambio oficial, de manera de aumentar los beneficios al exportar. Los elevados precios internacionales de granos en el contexto de la guerra de Rusia en Ucrania han sido una fuente de formidables ganancias para el sector.
Mientras millones de familias trabajadoras están sufriendo las consecuencias de la inflación de los alimentos, en un país con 17 millones de pobres, las grandes patronales del agro, propietarios de tierras y empresarios rurales, buscan sacar una mayor tajada de sus ganancias.