El jueves 12 de noviembre en la ciudad de Tacna miles se movilizaron ante la nueva crisis política que se vive en el país. Aquí, como en el resto de ciudades del Perú, la juventud fue el factor más dinámico y numeroso. Las consignas contra Merino y Vizcarra fueron una constante, así como la exigencia de una Asamblea Constituyente para acabar con la Constitución de 1993.
Viernes 13 de noviembre de 2020
Fotos: redes sociales
La vacancia de Vizcarra y la asunción de Manuel Merino han generado masivas movilizaciones en todo el país desde hace cuatro días. En ese entender, para el jueves 12 de noviembre se convocó a una gran movilización nacional. En Tacna la concentración central de la marcha se dio en Plaza Zela. Desde las cuatro de la tarde las y los manifestantes llegaron a este punto y empezaron a organizarse para el desplazamiento.
Los grandes medios de comunicación han pretendido instalar en la opinión pública la idea que las movilizaciones son “a favor de Vizcarra”. Las calles han dicho que “esto no es por Vizcarra” y en Tacna las consignas más voceadas fueron: Ni Merino, ni Vizcarra por Nueva Constitución y Asamblea Constituyente, lo cual demuestra que el grueso de los manifestantes no apoya a Vizcarra y mucho menos esta por su retorno, ya que este hace parte de los políticos al servicio de los intereses de los empresarios al igual que quienes hoy han tomado el ejecutivo y pretenden gestionar el estado para el beneficio de los empresarios extranjeros y de la CONFIEP.
Participaron de la movilización en Tacna jóvenes, trabajadores, colectivos de artistas, organizaciones sociales, las y los militantes de la Corriente Socialista de las y los Trabajadores, entre otros.
Conversamos durante la marcha con Cecilia Quiroz, dirigente de la Corriente Socialista de las y los Trabajadores CST, y nos dijo:
“Esta crisis hace parte de la profunda crisis del régimen del 93, una vez más a quedado demostrado que este Estado está configurado para privilegiar las ganancias de los empresarios, que la corrupción en las obras publicas y los sobornos a los gobernantes está a la orden del día. Frente a esta crisis, la clase trabajadora tiene que irrumpir en la escena, las centrales sindicales tienen que convocar a implementar un plan de lucha hacia a un gran paro nacional que nos permita imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, decimos libre porque debe surgir sobre las ruinas del régimen del 93 y de la mano de espacios de auto organización obrera y popular y decimos soberana porque tendrá funciones ejecutivas y legislativas y no dependerá de ningún poder constituido. Solo una Asamblea Constituyente Libre y Soberana en perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores nos permitirá avanzar hacia una salida favorable para el pueblo trabajador”.