Palabras de un trabajador de alcaldías en apoyo y solidaridad con la pelea por continuidad laboral y plenos derechos laborales de trabajadorxs de la Secretaría de Cultura.
Martes 29 de marzo de 2022
Formo parte del área de Atención a la Juventud. Luché junto a mis camaradas por nuestra reinstalación en 2019. Sí reinstalación, pues el gobierno de la transformación de cuarta nos puso en la calle por exigir estabilidad laboral y plenos derechos laborales.
En el DIF (Sistema de Desarrollo Integral de la Familia) laboraba en condiciones altamente precarias, jodidas. Desarrollábamos actividades recreativas y culturales en la Argentina y la Bonfil, los alrededores de metro Tacuba, zonas reconocidas por su violencia y nosotrxs sin seguro social. Una vez me asaltaron y golpearon de camino a mi centro de trabajo.
En las oficinas estábamos hacinados, compu con compu, codo con codo, el centro se inundaba; a veces no servían los baños y estas circunstancias no les importaba a los directivos. Vivíamos hostigamiento laboral; la Comisión Nacional de Derechos Humanos lo tiene constatado y no hizo nada.
Podría seguir con los ejemplos de cómo es trabajar dentro del Estado. De cómo no les importan nuestras vidas, pero no es el caso. Son las razones por las que luchábamos, nos gustaba lo que hacíamos aparte de ser necesario. Nos gustaba ver los procesos en campo, apoyar, canalizar, incitar sana convivencia donde primaban las balas.
Vivo lo que viven lxs trabajadorxs de la Secretaría de Cultura con sus matices, no había guerra, ni crisis económica ni pandémica. Sé qué es que nos dejen a la deriva, que a la juventud le impongan bajos salarios, inestabilidad en el empleo, nulos derechos laborales pero también sé que organizarse con más personas es la clave, juntar la rabia y dirigirla. Estaba y estoy seguro que hay que demostrar que con nuestra generación habrá respuesta nítida y contundente como lo hacen hoy en día lxs promotores culturales, talleristas, etc.
La campaña Queremos Trabajo Digno de la que formo parte, junto a otras organizaciones, dimos una dura batalla con actividades político-culturales, cierre de avenidas, mítines, movilizaciones, etc. por nuestra reinstalación denunciando las pésimas condiciones de trabajo. La pelea la ganamos. El estado nos puso en la calle y por luchar guardamos el puesto de empleo. Ahora tengo Nómina 8 con algunos derechos como el seguro social.
Como trabajador estatal, agradezco a lxs trabajadorxs que estuvieron en los puntos de vacunación que aún sin todas las medidas sanitarias pusieron cuerpo en lo álgido de la pandemia. Respaldo la lucha que están dando al día de hoy, pienso que retoman una demanda sentida por el grueso de la población: acabar con la precarización laboral sea el gobierno que sea. Desde que empezó su movimiento han contado con mi completa solidaridad, nos seguiremos viendo en las calles.
Por último dejo sobre la mesa una reflexión colectiva a partir de nuestro proceso de despido en el DIF: la unidad de los sectores que hemos luchado en contra de los recortes presupuestales a la salud, educación y cultura y los despidos tanto masivos como políticos tenemos que cerrar filas. El gobierno ha dejado claro de qué lado se posiciona. No le importa tener en la calle a decenas de familias en un contexto turbulento de crisis pandémica y capitalista. Sus intereses y los nuestros se contraponen. Fortalezcamos las filas de la unidad de los sectores, que no hay tiempo que perder.