Es necesario enfrentar la propuesta constitucional de la extrema derecha que contiene ataques contra las grandes mayorías. Pero esta constitución conservadora no cayó del cielo: es el resultado de un fraude que fue pactado desde el Partido Comunista hasta por Kast. Levantemos una fuerte campaña ligada a nuestros lugares de estudio y de trabajo contra la Constitución de Kast, el fraude de conjunto y toda la herencia de la dictadura.
Viernes 24 de noviembre de 2023
Todo Chile Vamos junto a Republicanos se cuadraron en defensa del texto. Lo propio han hecho los principales gremios empresariales que se han sumado al coro de la necesidad de “aprobar” el nuevo texto para “cerrar” el capítulo constitucional y la consecuente incertidumbre que este trae a las inversiones y a la estabilidad política del país. Y por lo tanto, también lo han hecho sectores de la ex Concertación íntimamente ligados al gran empresariado, como Eduardo Frei, Demócratas de Ximena Rincón o Amarillos.
Han centrado su campaña en la demagogia de una Constitución que de seguridad, alimentando un clima autoritario, xenófobo, anti migrante, anti pobres y represivo. A su vez, usan como chantaje la idea de que con el voto “A Favor” se cierra la discusión constitucional.
Lo cierto es que la propuesta de Constitución de los Republicanos es un texto anti mujeres, anti trabajadores y anti sectores populares: tiene cuestiones absolutamente aberrantes como la constitucionalización de las AFP, de las ISAPRES, un modelo de salud para ricos y otro para pobres, el mercado de la educación; a su vez propone un modelo de partidos más anti democrático que elimina partidos que no lleguen al 5% de la votación, eliminando incluso que sus parlamentarios electos, en caso de haberlos, puedan asumir su cargo (lo que viene del texto de la Comisión de Expertos); por otra parte, relativiza la continuidad del aborto en tres causales con el concepto de “defender la vida de quién está por nacer” o con la “objeción de consciencia institucional”, y ataques contra los trabajadores al limitar el derecho a huelga solo a la negociación colectiva. A su vez contiene aberraciones autoritarias y represivas como la expulsión “en el menor tiempo posible” a quien ingrese irregularmente.
La propuesta constitucional de Kast contiene ataques inaceptables y llamamos a votar “En Contra” este 17 de diciembre. Es absolutamente falso el chantaje de la derecha de que votar “En Contra” es votar por la actual Constitución: fue en la rebelión popular del 2019, en las calles, y después en el plebiscito de entrada que ya la mayoría se pronunció en contra la Constitución vigente de Pinochet, la misma que durante más de 30 años han mantenido todos los viejos partidos del régimen. Hay que derrotar este intento de avanzar sobre los mínimos derechos que se han conquistado con décadas de lucha y organización. Y a la vez exigimos a los grandes sindicatos, federaciones de estudiantes, C8M y las demás organizaciones populares, a retomar el camino de la movilización y dejar la pasividad y subordinación al falso gobierno “progresista” de Boric. Esta pasivización sostenida por Apruebo Dignidad y las burocracias es un factor central para que siga avanzando la derecha. Votamos en contra este nuevo intento de constitución, para denunciar toda la herencia de la dictadura militar, incluida la Constitución que fue reformada y profundizada por Lagos, y buscando retomar el camino de la organización para hacerles frente, porque tenemos claro que de triunfar el “En Contra” la derecha está lejos de sufrir una derrota a su proyecto más de conjunto, ya que se mantendrá la Constitución de Lagos-Pinochet y su orden neoliberal, ahora protegido por el gobierno de Boric.
Por su parte, los partidos del oficialismo y de la centro izquierda (de la DC al PC) han avanzado a ubicarse contra el texto, argumentando que Republicanos “pasó la aplanadora” y es “incluso peor que la actual Constitución”, según señalan diferentes dirigentes de los partidos de gobierno.
El nivel de malmenorismo en el oficialismo tiene diferentes graduaciones, pero es transversal: desde sectores de la ex Concertación que plantean que el camino será realizar reformas en el Parlamento a la actual Constitución (principalmente para hacer más restrictivo el sistema político), pasando por el gobierno mismo que declaró que no se abrirá ningún nuevo proceso, hasta algunos dirigentes del Partido Comunista, que sin mucha convicción dicen que el tema constitucional seguirá abierto y lo patean para un futuro indefinido. ¿Repetirán recetas fracasadas de procesos constitucionales sometidos a los poderes constituidos?
Lo cierto es que el primer derrotado del proceso es el “Acuerdo por Chile”, que fracasó rotundamente. Los partidos políticos tradicionales, oficialismo y oposición, fueron incapaces de llegar a un texto común para buscar “cerrar” el debate constitucional.
Por eso mismo es inaceptable que los partidos de gobierno solo responsabilicen a Republicanos y sus “excesos identitarios” como le han llamado, cuando ha sido el propio oficialismo el que firmó el “Acuerdo por Chile” e impulsó este proceso anti democrático desde su origen, defendiendo la Comisión Experta (de 24 miembros designados), los 12 bordes constitucionales firmados por los partidos tradicionales y el Consejo antidemocrático. El gobierno y el oficialismo le han abierto el camino a la derecha con su política de concesiones y negociaciones, lo que le da más fuerza a la extrema derecha para avanzar con sus políticas. El Frente Amplio y el Partido Comunista se convirtieron en los principales defensores de los orígenes del anti democrático “Acuerdo por Chile”, defendiendo el borrador de la Comisión de Expertos, que era una reedición de la Constitución de Lagos - Pinochet, ante las medidas anti populares que han llevado adelante las derechas.
Sectores de izquierda extra gobierno junto a miembros del PC (como Hugo Gutiérrez y Daniel Jadue) ya han comenzado a levantar la campaña por el voto “En contra” bajo el lema de “Chile vota en contra”, a la cual se han sumado burocracias sindicales de la CUT y dirigentes de movimientos como NO + AFP o el Colegio de Profesores. Esta campaña tiende a confundir, ya que se centra exclusivamente en el resultado electoral y en la votación del plebiscito, sin denunciar el conjunto del fraude constitucional y está lejos de denunciar y revelar el rol totalmente subordinado a la derecha que jugó el propio gobierno.
Muchos y muchas quieren ver derrotado a Kast y su proyecto constitucional en las urnas, cuestión que compartimos. Ahora bien, es imposible entender el fortalecimiento de Kast sin partir por el desvío constitucional que pactaron los partidos tradicionales a la revuelta popular, incluido después el propio “Acuerdo por Chile” y al papel de verdadero pasivizador que ha jugado el gobierno de Gabriel Boric.
Votamos contra la Constitución de Kast, pero sabemos que para enfrentar a la derecha no es suficiente. A los republicanos y Chile Vamos no les derrotaremos solo en elecciones o en el plebiscito. Menos aún les haremos frente con “acuerdos”, consensos o 12 bordes, ni pactando nuevos procesos constitucionales por arriba, ajenos a las necesidades populares, como en algún momento la izquierda oficialista pareció querer hacernos creer.
De fondo, no hay nada que pueda sustituir la fuerza y organización de la clase trabajadora y el pueblo. Por el contrario, esperar los resultados electorales nos ha llevado a más de un callejón sin salida. Tenemos que organizarnos en común, por una amplia campaña que defienda el “En Contra”, ligada a los lugares de estudio y de trabajo, que permita re articular y volver a organizar y coordinar a sectores, en la perspectiva de retomar el camino de la organización desde abajo y la movilización unitaria en las calles, exigiéndoles a los dirigentes burocráticos de los sindicatos, del movimiento estudiantil y del movimiento de mujeres que rompan con su pasividad e inactividad, para avanzar en la perspectiva de la movilización por las urgencias populares.
Al fin y al cabo, se apruebe o rechace el proyecto constitucional, la pelea por las demandas de la revuelta que no han sido resueltas sigue latente, ya que las condiciones de vida que se denunciaron en las calles no sólo no han mejorado, sino que se han profundizado la precariedad laboral, salarial, de pensiones. Demandas como el fin de las AFP, educación y salud gratuitas, poner fin a la crisis habitacional, el derecho al aborto legal y tantas otras, seguirán pendientes. Estos dos años de procesos constitucionales fallidos, donde el pueblo trabajador no ha tenido pito que tocar, han demostrado que no podemos seguir postergando las demandas, exigencias y luchas por educación, salud, pensiones y tantos otros temas, por darle prioridad a una discusión constitucional controlada por los partidos tradicionales.
Por eso vamos por retomar la organización desde abajo, con un programa unificado por las demandas del conjunto de la clase trabajadora y el pueblo: salarios y jubilaciones dignas, vivienda para todos, fin a la precarización, educación y salud pública y gratuita, fin a las leyes represivas y autoritarias, el fin a la violencia contra las mujeres y el derecho al aborto legal libre seguro y gratuito. Esto podremos conquistarlo con la fuerza de los y las trabajadoras y la movilización, en la perspectiva de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que sólo podrá ser tal basada en la movilización y la caída del régimen heredado de la dictadura para poder discutir y decidir qué hacer con los recursos estratégicos, la educación, salud, etc., en la perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores basado en sus propios organismos de lucha que se proponga poner fin al dominio del capitalismo y el poder de los grandes grupos económicos y trasnacionales en Chile.