Un día antes del 4 de julio, día de la independencia de Estados Unidos, el embajador organizó una fiesta donde asistieron varios ministros, miembros del Poder Judicial, empresarios y periodistas de “elite”. Ellos asistieron para celebrar su propia fiesta patria: la del poder político y económico, contra el pueblo trabajador.

Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Sábado 7 de julio de 2018

Alfombra rojas, recibimiento con vinos, champagne y platos exquisitos, todo inalcanzable para los sueldos del pueblo trabajador. Ese fue el escenario en la residencia de la embajada, el Palacio Bosch.
En consonancia con el acuerdo firmado con el FMI, la ideología y la política tanto interna como exterior de Macri, estuvieron presentes la inefable ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el rabino Sergio Bergman -ministro de medio ambiente-, el ministro de Agricultura Miguel Etchevehere, que debió ir muy contento porque el festejo era doble: ese mismo día Macri anunció que las retenciones al campo seguirían bajando, mientras el ajuste y la inflación son armas contra la población trabajadora.
Podes leer: Para ellos no hay ajuste: Macri prometió que seguirán bajando las retenciones a la soja
Otro asistente del Gobierno nacional fue el Secretario de DDHH Claudio Avruj. ¿Habrá esbozado alguna crítica a la política de Trump sobre los inmigrantes, con niños separados de sus padres, encerrados en jaulas? Algo, además de aberrante, absolutamente contrario a cualquier mínimo derecho democrático. Es fácil deducir que la respuesta es, definitivamente, no.
Pero la lista de personalidades invitadas, que detentan o se codean con el poder, sigue. Estrecharon la mano de Edward Prado, el embajador del país imperialista, personajes del Poder Judicial. Elena Highton de Nolasco, miembro de la Corte Suprema de Justicia, estuvo entre los invitados al festejo fastuoso. Junto con ella se hicieron presentes los jueces Claudio Bonadio, Rodolfo Canicoba Corral, Sebastián Casanello y el fiscal Carlos Stornelli.
¿Habrá Ferrero Rocher? pic.twitter.com/dbBn9H6L9W
— Myriam Bregman (@myriambregman) 6 de julio de 2018
¿Por qué los jueces y fiscales federales de Argentina van a fiestas y recepciones de la Embajada de Estados Unidos?
— Myriam Bregman (@myriambregman) 6 de julio de 2018
Tuits de Myriam Bregman, diputada del PTS/FIT, a propósito del festejo en la embajada norteamericana
Estos jueces no necesitan mucha presentación, entre ellos mucho menos Bonadio. El juez de la servilleta, durante décadas supo cómo arrimarse al poder de turno y responder a él, en función de sus propios intereses, que sabe cómo alinear con los intereses del Gobierno de Trump, por ejemplo con su insistencia en que los autores de la voladura de la AMIA, fueron iraníes.
Canicoba Corral no se queda atrás en eso de ser ladero del poder de turno. Hace poco salió a la luz que se benefició, junto con el ministro de Trabajo Jorge Triaca, de haber ordenado la intervención al Sindicato Marítimos Unidos.
También te puede interesar: Crece el escándalo por la intervención del SOMU: el juez también hizo entrar parientes
Casanello también es conocido porque el año pasado, en la causa que se le seguía a Macri por los Panama Papers se declaró incompetente. Esto le dio una “manito” al Presidente, ya que en su fallo afirmaba: "al haber descartado la hipótesis de lavado de dinero", lo que correspondería sería "declarar la incompetencia del fuero federal".
Tal vez el personaje más conocido sea Stornelli, quien fuera ministro de Seguridad de Scioli. Stornelli tuvo la misma política para la Provincia de Buenos Aires, que el actual ministro de Seguridad de la Gobernadora Vidal: atestar de policías el territorio.
Pero su paso por ese ministerio le dejó otra mancha, todos recordamos “el caso Pomar”. Cuando un matrimonio con sus dos hijas, por un accidente volcaron en la ruta 31 y murieron. Nadie los hallaba, Carlos Stornelli puso a su hombre de confianza, el secretario de investigaciones Paul Starc, a dirigir la búsqueda.
Tardaron casi un mes en dar con el auto que estaba al costado de la ruta, el caso se podía seguir casi por cadena nacional, los medios lanzaban mentiras sobre los Pomar, a la velocidad de la luz, apoyados en versiones que salían de los subordinados de Stornelli. A la familia ya fallecida la terminó encontrando un albañil de la zona. Luego de un tiempo Starc le confesó a la madre de la mujer fallecida: “Señora, yo tengo hijos, estoy arrepentido, me mandó Stornelli a mentirle”.
Estos personajes fueron parte del festejo de lo que para ellos parece ser “la madre patria”: Estados Unidos, que considera a Latinoamérica su patio trasero.
Prado por esa misma consideración hizo lo que en las leyes está vedado a los embajadores, opinar sobre el curso de la política del país donde radican. Pero si las leyes, creadas por la clase empresarial, siempre que es necesario son infringidas por ellos mismos, cuánta importancia le puede dar a eso el representante de EEUU, sabiendo que está en el país que tiene casi el 70% de su economía extranjerizada –esto ya era una realidad en el gobierno de Cristina Kirchner- , y sobre todo en un país cuyo Gobierno se dispone a seguir los requerimientos del organismo internacional, usurero por excelencia, que es manejado por esa principal potencia imperialista.
Así Mr. Prado decía: "hablo de la inflación; de la cosa económica, es algo que tienen que arreglar. Tienen que tener unos cambios para ver qué pueden hacer. No es fácil y no hay una solución sencilla al problema, pero las cosas que está haciendo el presidente Macri creo que van en la dirección correcta”.
Por supuesto que al festejo no faltaron los mayores exponentes del empresariado.
Si se observan los invitados a esa fiesta, nada es casualidad. Representantes del Gobierno de Macri, empresarios y miembros del Poder Judicial en la “casa” de Estados Unidos.
Ellos elaboran el plan de guerra contra los trabajadores y el pueblo pobre y siguen al pie de la letra el conocido refrán: “hacete amigo del juez”.