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Red Internacional
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XXI CONGRESO PCE. Enrique Santiago y Alberto Cubero ¿Luchar por el socialismo bajo el gobierno imperialista del PSOE?

El próximo congreso del PCE se realizara los días 8, 9 y 10 de julio. No será un congreso más, sino que estará marcado por los debates fruto de la participación histórica del PCE en un gobierno central del régimen de 78’. Alberto Cubero, actual secretario político del PCE de Aragón y concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza, se postula para ser el próximo secretario general del PCE contra el actual secretario general Enrique Santiago, actual Secretario de Estado para la Agenda 2030.

Carlos Muro

Carlos Muro @muro_87

Jueves 30 de junio de 2022

Los movimientos en el tablero político de la izquierda española se siguen produciendo y es clave seguirlos. El fracaso de Unidas Podemos y la pérdida de influencia, los constantes giros a derecha del gobierno y la adaptación a ellos por parte del PCE, aceleran su integración al régimen. En cierta medida la candidatura de Alberto Cubero trata de “salvar los muebles” de un partido con un fuerte desgaste político que está generando cierta crispación en sectores del PCE. Ahora bien ¿Cubero expresa un giro comunista de 180º? No, más bien expresa un giro de 360º para llegar al mismo punto que Enrique Santiago y su partido.

¿Puede la juventud y la clase trabajadora luchar por el comunismo integrando un gobierno con el PSOE?

En una reciente entrevista del diario Público, Cubero respondía a la pregunta de si él creía que el PCE debía participar en el gobierno de coalición, afirmando claramente que “estamos a dos tercios de la legislatura. El debate de si hay que estar o no en el gobierno ahora mismo aporta poco.” Es decir, ni el PCE, ni Enrique Santiago, ni Cubero tienen ninguna intención de abandonar un gobierno social liberal imperialista garante del régimen monárquico…eso sí como dice Cubero “hay que ser más pedagógicos que propagandistas”. ¿Alguien puede imaginarse a Lenin o Rosa Luxemburgo entrar como ministros a un gobierno comandado por el PSOE? Imposible.

Para los candidatos es posible “dar pasos hacia el socialismo” pactando con la monarquía y el ala “progre” del capitalismo español. Nadie puede imaginarse a Lenin justificar tal aberración. Incluso al principio de la legislatura, el PCE hablaba de que de esta manera el objetivo de entrar al gobierno era hacer más difícil “a las fuerzas del capital” consolidar un nuevo régimen “más antisocial y autoritario que el del 78”. La política malmenorista les ha llevado más bien a todo lo contrario, es decir, al fortalecimiento del propio régimen monárquico y al PSOE que gracias a este apoyo ha evitado su pasokizacion y “sorpaso”.

Cuando de forma irresponsable Cubero habla de que cuando no se cumplen promesas hay que ser más “pedagógicos”, desde el gobierno que reivindica, los únicos que se acaban fortaleciendo son la extrema derecha gracias a las políticas social liberales del gobierno que acaban pauperizando a las clases obreras y populares. Como han evidenciado las elecciones en Andalucía, el resultado de apoyar al gobierno del PSOE ha sido el avance de las derechas.

La lógica malmenorista de apoyarse en la burguesía “progre” contra la extrema derecha ha sido no solo un evidente fracaso sino la mejor vía para fortalecer a los regímenes capitalistas bipartidistas y frente a futuras crisis un régimen “más antisocial y autoritario que el del 78”. Pensar, como defienden los dos candidatos, que con el PSOE y con las instituciones del régimen heredo de Franco se puede luchar contra la extrema derecha es la mejor garantía para ello.

Si estás en el gobierno, que permite de forma descarada una impunidad total a Juan Carlos I, quien se fortalece es el régimen y sus alas reaccionarias, no la clase obrera ni ningún partido revolucionario. Si se apoya la última reforma laboral (que el mismo expresidente José María Aznar reivindicó) quien se fortalece no es la clase trabajadora que tiene que sufrir además bajos salarios y un aumento de precios históricos. Y tres cuartos de lo mismo pasa si cuando salen a protestar los trabajadores en Cádiz se les reprime con tanquetas mientras Enrique Santiago les pedía confianza en el gobierno.

Sin mencionar claro está que: no se ha derogado ninguna reforma neoliberal contra la educación pública; incluso determinadas leyes han sido parte de las conquistas del movimiento feminista y no del gobierno; los aparatos represivos –policial y judicial- se han fortalecido con la crisis del espionaje; no se ha derogado la ley mordaza y se persigue a activistas y militantes independentistas, se acepta la renovación de la casta judicial; el PCE ha sido parte de la política reaccionaria de restaurar el orden monárquico en Catalunya.

Por si fuera poco, el imperialismo español se ha fortalecido: el gobierno ha vendido al Sáhara, por mucho que Cubero este en contra, el gobierno que apoya fortalece al imperialismo español. El mismo PCE justificó la política represiva en Ceuta contra las y los inmigrantes y ahora sus ministrois también guardan silencio ante el asesinato de 37 personas inmigrantes en Melilla. Se ha duplicado el gasto militar y la participación en la estructura militar de la OTAN y el mismo Enrique Santiago declaraba que “preferiríamos no estar en la OTAN (…) pero hay que cumplir con las obligaciones”.

Por mucho que se opongan al aumento del gasto militar y que cínicamente marchen en la manifestación contra la OTAN, los dos candidatos opinan que hay que estar en el gobierno y cumplir “con las obligaciones”. Nada que ver con la política antiimperialista de Lenin.

Experiencias como consejeros “comunistas” de gobiernos capitalistas

Lo cierto es que estos 42 años de democracia del 78, IU y el PCE han ensayado diversos intentos para acceder a cualquier tipo de gobierno o acuerdo institucional. Las experiencias en multitud de ayuntamientos y comunidades autónomas, tanto en la etapa inicial de la democracia como muy especialmente a partir de 1999 o en esta última etapa de las “candidaturas ciudadanistas”.

Cubero mismo fue concejal en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza y demostró ser un buen gestor de los intereses privados, “de forma progre” eso sí. El no pago de la deuda se convirtió en el pago religioso de la deuda; el derecho a la vivienda y la lucha contra los desahucios en agua de borrajas, ni siquiera se planteó un medida anticapitalista básica como expropiar las viviendas vacías usurpadas por bancos y fondos de inversión. No se quiso avanzar en la remunicipalización de los servicios públicos en ninguna de las ocasiones, que hubiera permitido asestar un golpe a los empresarios y fortalecer las posiciones del movimiento obrero. Y qué decir de las y los trabajadores más precarios de la ciudad como las Kellys, los repartidores de comida como Deliveroo, Globo, Telepizza, los trabajadores de la hostelería, del comercio y un largo etcétera que salieron a la lucha. Todos siguen padeciendo precariedad laboral, bajos salarios, recortes sociales y ataques a sus derechos democráticos. Ni una sola medida anticapitalista. Todo esto deberían ser pruebas suficientes de que más bien la “táctica” ministeralista y de gestión de cargos en los gobiernos capitalistas siempre va a favor del mantenimiento del régimen político y no de su ruptura, y de lo esencial de las políticas neoliberales con rostro “progre”.

Seamos leninistas, construyamos verdaderos partidos comunistas revolucionarios

“Lo que hay que hacer en este tercio de legislatura que queda es exigir el cumplimiento absoluto del acuerdo de gobierno”, plantea Cubero. Si uno revisa los acuerdos, Cubero y cualquier miembro de la dirección del PCE reconocerán que ni de lejos es un programa anticapitalista. Incluso no existe grandes reformas de distribución de la riqueza ni de las horas de trabajo, es decir un programa típicamente socialdemócrata. Bajo la lógica de que “todo vale” contra la extrema derecha se ha acabado aceptando un programa social liberal del PSOE solo porque así se frena “algo” a las derechas cuando ha sido todo lo contrario.

Ahora bien, más delante de la entrevista Cubero cínicamente plantea que “es necesario tener una estrategia clara, definida, de ruptura y que solo desde esa ruptura del régimen del 78 se puede conquistar la alternativa social, feminista y ecologista que planteamos desde el Partido Comunista de España”. Aquí se plantean varios problemas. En primer lugar, no existe “predisposición a la ruptura” contra el régimen del 78´. Porque si fuera así lo mínimo que tendrían que hacer es romper con el gobierno imperialista del PSOE. Lo más seguro que se nos alegaría que de hacer eso facilitaríamos una crisis de gobernabilidad, y nosotros diríamos que los comunistas buscamos precisamente la crisis del régimen el 78´ y sería una gran oportunidad levantar la más amplia movilización para plantear que se habrán procesos constituyentes para decidir absolutamente todo. El segundo problema es que Cubero, no busca ni quiera una ruptura revolucionaria para imponer una república obrera sino una república con rostro “progre” capitalista, y ya en un futuro muy muy muy lejano luchar, si eso, por el socialismo.

Teniendo en cuenta todos estos elementos ¿Cuál es la valoración de Cubero sobre la actuación del PCE en el gobierno?: “Hay cosas, como digo, que se han conseguido y cosas que no, pero yo creo que la valoración, dentro de los márgenes de la actuación dentro de un Consejo de Ministros, es positiva”. Justamente, el marxismo revolucionario y los partidos comunistas se forjaron en la lucha incansable contra el ala derecha de la socialdemocracia, es decir los Bernstein y los Kautsky. Lucharon contra la idea utópica de que se podía luchar contra el Estado de los capitalistas ingresando en los mismos ministerios burgueses, y de esa forma ir ampliando los “espacios democráticos” de dicho Estado avanzando pacíficamente hacia el socialismo. Rosa Luxemburgo o Lenin lucharon contra esta lógica. Rosa Luxemburgo advertía precisamente que “con la entrada de un socialista en el gobierno, la dominación de clase continúa existiendo, el gobierno burgués no se transforma en un gobierno socialista, pero en cambio un socialista se transforma en un ministro burgués”. O Lenin en 1919 recordaba que “cualquiera sea la forma con que se encubra una república, por democrática que sea, si es una república burguesa (…) entonces ese Estado es una máquina para que unos repriman a otros. Y debemos poner esta máquina en manos de la clase que habrá de derrocar el poder del capital.”

El tercer problema que existe, es que tanto Cubero como Enrique Santiago apuestan por un frente amplio con su ministra de trabajo Yolanda Díaz que nada tiene que ver con un frente anticapitalista que diga y haga claramente una ruptura revolucionaria con este régimen. Es muy probable que muchos jóvenes hayan entrado honestamente a militar al PCE para luchar por el socialismo, es decir por una sociedad liberada de la esclavitud asalariada y la opresión estatal. Pero lo cierto es que bajo la estrategia de las dos candidaturas no es más que la estrategia para el fortalecimiento del ala “progre” de régimen del 78´. Estamos seguros de que no son pocos los militantes que comparten las aspiraciones y la necesidad de luchar bajo un programa anticapitalista y revolucionario. Por ello animamos a abrir la discusión con todos aquellos que vean este momento como una gran oportunidad para reformular y romper con la estrategia del PCE y empezar a construir un verdadero partido comunista revolucionario.


Carlos Muro

Nació en la Zaragoza en 1987. Es estudiante de Historia en la UNIZAR. Escribe en Izquierda Diario y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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