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Entrevista a Daniel Vargas, candidato a la convención constitucional en el distrito 3- Antofagasta

Esteban Valdebenito

Entrevista a Daniel Vargas, candidato a la convención constitucional en el distrito 3- Antofagasta

Esteban Valdebenito

Ideas de Izquierda

“Vivimos en una región, que hasta hace unos años la llamaban la Dubái de Latinoamerica, porque había mucha plata y edificios modernos, colegios para hijos de gerentes, pero sin embargo, la población vive en condiciones miserables, creando toda clase de trabajos precarios pagados con sueldos de hambre, que giran alrededor de la minería, dando la impresión de hacer de Antofagasta, Calama y toda la segunda región un gran campamento minero con los más altos índices de cáncer al pulmón en todo el país”.

Daniel Vargas, Tocopillano y abogado de DDHH del Comité de Emergencia y Resguardo Antofagasta, y militante del Partido de Trabajadores Revolucionarios, hoy se presenta como candidato a la convención constitucional en la lista de jóvenes y trabajadores revolucionarios que prepara el PTR en el distrito 3 de Antofagasta de cara a las elecciones de abril 2021

Un defensor incondicional de los derechos e intereses de la clase trabajadora, incluso antes de recibirse de abogado, una profesión que Daniel ejerce ya hace más de 5 años al servicio de la lucha de los trabajadores, contra los despidos, las persecuciones y acompañando la pelea de los sindicatos contra el abuso y el despotismo empresarial; consiguiendo una importante victoria judicial contra el grupo Luksic en el FCAB, poniendo en evidencia el modelo Multirut con el que Luksic evade impuestos, junto con dividir y precarizar a los trabajadores ferroviarios, marcando un precedente a nivel nacional. A su vez, Daniel tuvo una participación destacada en la rebelión de octubre defendiendo a los detenidos noche a noche en las comisarías, y que junto a la comisión de DDHH que organizó el Comité de Emergencia defendió el derecho a la protesta y a la manifestación del pueblo contra la represión estatal del gobierno, una lucha que hoy se mantiene, en la pelea por la libertad de los presos políticos de Antofagasta.


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1- E.V.: Daniel cuando se repetía “no son 30 pesos, son 30 años”, qué lectura hacés de esa definición que hizo el movimiento de masas en la rebelión, si pudieras definir en concreto, cuales son los motores y el problema central que hay tras la crisis que abre Octubre y como se expresa concretamente en Antofagasta.

-Daniel Vargas: Hay un libro del profesor Julio Pinto, en el que hace de recopilador, llamado “Las largas sombras de la Dictadura”, donde se analizan varios aspectos que hacen sentido al pensar que “no eran 30 pesos, eran 30 años”; el libro se escribe a propósito de los 30 años del plebiscito y pasa revista a elementos interesantes del régimen neoliberal chileno, donde no solamente se dejó armada una legislación que favorece a los grandes empresarios y sus negocios como el Código del Trabajo, el decreto de ley 3.500 que rige las AFP, o la misma constitución que establece toda una serie de trabas que impiden al pueblo la participación en términos políticos. En él, hay un capítulo muy interesante sobre el derecho de aguas donde se expresa cómo el sistema de conjunto se armó para convertir un bien tan preciado como el agua, en un negocio para los grandes capitalistas del país. Pero también hay otro factor sobre el partido de los 30 años que también es tratado en este libro, que es sobre el rol de la Nueva Mayoría (ex Concertación) y la emergencia de “partidos nuevos de cocinas viejas” como los partidos que integran el Frente Amplio, que jugaron un factor para la conservación de este régimen de los 30 años de injusticias.

Esto tiene una expresión directa de lo que pasa en Antofagasta. Son más de 30 años de desarrollo empresarial que significaron que la ciudad pasará a depender en última instancia de los intereses de los grandes empresarios como el clan Luksic, dueño del ferrocarril, del puerto, de la CCU y diversas mineras de la región (además de navieras, canal13, banco chile, etc), o como de BHP, el mayor representante del capital extranjero en la región, controlador de Minera Escondida; o la familia Ponce Lerou, con SQM controlando Maria Helena, y Tocopilla.

Es decir podemos ver como la historia de la ciudad, y de la región, y todo el desarrollo urbano, ha sido puesto al servicio de los intereses de las grandes patronales de la minería; la focalización en sectores financieros y del negocio inmobiliario y no en el sector de viviendas de los más pobres como sucede hoy, obviamente moldean una ciudad y una región, que hasta hace unos años la llamaban la Dubái de Latinoamerica, porque había mucha plata y edificios modernos, colegios para hijos de gerentes, pero sin embargo, la población vive en condiciones miserables, creando toda clase de trabajos precarios pagados con sueldos de hambre, que giran alrededor de la minería, dando la impresión de hacer de Antofagasta, Calama y toda la segunda región un gran campamento minero con los mas altos indices de cancer al pulmón en todo el país.

El mismo Luksic que es un mega millonario que tiene a sus trabajadores laborando en condiciones miserables, precarias, trabajando de manera flexible, con turnos esclavos bajo el régimen de Multirut; en BHP decenas de miles trabajadores contratistas sin derechos, bajo el modelo que perfeccionó la ex Concertación, el famoso subcontrato. Entonces, se ve como en cada comuna de la región, en cada lugar, en la construcción urbana en el desarrollo de los barrios, en la forma en que tiene el trabajo, en cada elemento vemos como se expresa el sistema neoliberal resguardado por las leyes y la constitución, vemos cómo el sistema capitalista moldea todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo donde podemos vivimos, lo que comemos y lo que no podemos comer, etc.

En tal sentido, estas contradicciones que tiene la región dan cuenta de demanda urgentes que tienen que ver con la renacionalización de los recursos naturales, y todas las empresas estratégicas, para ponerle fin al saqueo del capital extranjero y las 12 familias y abrir así, un camino para el desarrollo de una industria nacional que permita romper con el atraso, la dependencia y el modelo monoexportador. Una tarea que, claramente, los capitalistas ya no hicieron en los siglos de historia. Por esa razón, pensamos que para un desarrollo industrial y tecnológico en Chile es fundamental poner todos estos medios productivos bajo la gestión directa de sus trabajadores y las comunidades, y así garantizar una economía que se ponga al servicio de las demandas más sentidas del pueblo, financiando planes de obras públicas que permitan radicar a las más de 7000 familias que viven en campamentos, sin acceso a servicios básicos como agua o luz. Así también acabar con el subcontrato y todo el trabajo precario, peleando a igual trabajo, igual salario, para todos los trabajadores, incluyendo a nuestros hermanos migrantes, a terminar con el abuso patronal; a la vez dar la pelea por una jornada laboral de 6 horas, 5 días a la semana, de esa forma podremos repartir el trabajo entre ocupados y desocupados y terminar con el desempleo

2- E.V.: En ese sentido, según tu visión, ¿crees que es posible resolver estos nudos y problemas estructurales a través de la Convención Constitucional? El Partido Comunista sostiene que esta Convención cumple el mismo rol que una asamblea constituyente, y el problema pasaría por poder reformar la ley 21.200, en cuanto a los quórums que rigen este proceso.

-Daniel Vargas: Uno de los problemas que hay, es que el Partido Comunista le quiere hacer creer a la población que los grandes empresarios van esperar sentados como se les cambian las reglas del juego. En tal sentido, basta ver la negativa que hubo por parte de la Ex Concertacion y el FA a propósito del proyecto sobre los “2/3”; en este proyecto Camila Vallejo planteaba la posibilidad de votar una ley en donde se modificase la regla de 2/3 para alcanzar las mayorías necesarias para concretar acuerdos en la Convención Constitucional. A pesar del portazo, el PC no se propuso combatir por su propuesta, se cruza de brazos, sin impulsar una sola marcha, ni una lucha seria.

Sin embargo, este no es el problema principal del PC. El problema es estratégico y tiene que ver con la concepción que el PC le asigna a la lucha de clases y la relación con los empresarios. En este sentido el PC tiene una estrategia de colaboración de clases con sectores de la burguesía y los partidos patronales de corte progresista (ejemplo de esto es su participación en el Gobierno de la Nueva Mayoría). Hoy, buscan una alianza con el Frente Amplio, pero para medir fuerzas con la DC y desde ahí replantear la alianza con los partidos de los 30 años, como el PS, PPD, o el PRSD. Así el PC apuesta un nuevo pacto social, que sobre la base de conseguir más “derechos sociales” en la Constitución, se garantice la gobernabilidad del país, sin afectar los intereses de las trasnacionales y el gran capital. Es lo que quieren dejar en claro, cuando dicen que no pretenden “afectar los derechos de propiedad”. No olvidemos que antes de Jadue, el candidato presidencial del PC, era Alejandro Guillier, hoy senador de la ex Concertación.

Ésta estrategia hace subordinar los intereses de la clase trabajadora a los intereses de los empresarios en donde la clase trabajadora es una base de maniobra para el desarrollo de reformas parciales, utilizando la presión y los llamados de paro nacional, solo con el objetivo de conseguir mejores condiciones en negociaciones, ya sea con el gobierno o con sus aliados de la ex concertación. Esta es la idea que cruza la hipótesis del PC de “desbordar” la Convención Constitucional, en donde pretenden convertir la Convención en una Asamblea Constituyente, reforzando ilusiones en que con un pie en la calle y un pie en la institucionalidad el sistema se “auto regulara”, y que de allí podrá emerger una asamblea constituyente, con legitimidad, donde el pueblo pueda decidir.

Ellos tienen la dirección de la CUT y de diversos sindicatos mineros, industriales, del sector público y el metro junto, entre algunos de los más importantes que destacan en el país; sin embargo su estrategia de subordinar al movimiento obrero y popular, a la política de los partidos de la burguesía progresista, los terminó transformando en un enorme freno en la rebelión de octubre, el mismo Jadue lo señaló en “A esta hora se improvisa”, que ellos no están por sacar a Piñera antes que termine su mandato, ni hoy, ni tampoco lo estuvieron en noviembre del 2019.

El PC, si bien no fueron parte de la firma del pacto por la paz, si lo terminaron aprobando por omisión, en palabras de Tellier, no es “el acuerdo” que ellos hubiesen elegido, pero se dedicarían a reformarlo en el parlamento. Abandonando la perspectiva de derrotar al gobierno, eliminando el “Fuera Piñera” de los programas de la movilización, frenaron el desarrollo levantaron el paro nacional que inició el 12N, abortando la perspectiva de la huelga general hasta la caída del gobierno. Reemplazaron este camino por la convocatoria a paros aislados y discontinuos, manteniendo la paz social en los lugares de trabajo, mientras al pueblo lo traicionaban y le arrancaban los ojos; es decir fueron una pieza clave para la operación del desvío.

Es un gran engaño, pues se nos quiere hacer creer que con Piñera gobernando, con la ley anti barricadas funcionando, con los empresarios saqueando el país, con violadores de los derechos humanos sueltos ¿se puede pretender que el pueblo va a decidir?

Entonces no se trata de convertir esta “convención trucha en una convención popular”, maquillando uno u otro aspecto. El problema que hay tras esta esta concepción que tiene el PC, es que pasa por alto la existencia de “poderes reales”; poderes de los cuales, los políticos del régimen son solo sus “funcionarios” me refiero al gran empresariado, las 12 familias dueñas de Chile, junto a las grandes corporaciones y capitales trasnacionales, como los de las AFP, que van a defender con uñas y dientes este sistema; o capitalistas como el mismo Piñera que está tras las triangulaciones de Hábitat, los dueños del mar, el Consejo Minero, y distintos entes patronales que van a hacer todo lo posible por poder conservar este régimen, incluyendo echar mano a métodos golpistas, como fue el bombardeo de la Moneda en el 73, donde los grandes capitalistas se pusieron tras un golpe de estado sanguinario para proteger sus intereses.

Es imposible pensar una verdadera asamblea constituyente libre y soberana, sin enfrentar a los partidos de los 30 años y sus jefes, los dueños de Chile.

3- E.V.: Daniel tú que al igual que millones, viviste la rebelión de octubre desde las calles, y que en a través de RRSS, has explicado en innumerables oportunidades en que consiste toda la letra chica y las trampas del proceso constituyente actual, denunciando su origen, en el pacto que salvo el gobierno de Sebastián piñera, porque aun así te presentaras en estas elecciones para la convención.

-Daniel Vargas: Efectivamente, tanto como militante del Partido de Trabajadores Revolucionarios, como miembro del Comité de Emergencia y Resguardo en Antofagasta, durante el estallido me dedique al estudio de lo que se venía, porque había un “acuerdo por la paz” que ya estaba instalado, donde se fijaban a grandes rasgos las normas que terminaron cristalizadas en la ley 21.200, que no implicó ninguna solución a las demandas del estallido, sino una maniobra para desviar la movilización, que se firmó con la impunidad de los violadores de DDHH, un pacto que avaló un proceso constituyente con cientos de presos políticos. La denuncia a la ley 21.200 la hicimos y la mantenemos, y a través de la campaña electoral la vamos a seguir ampliando.

Nosotros creemos todavía que es necesario luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana (ACLS), que mediante la huelga general podamos hacer caer a Piñera y podamos instalarla, para poder imponer la voluntad de las verdaderas mayorías. Aun así, nosotros nos hemos puesto en carrera de impulsar una campaña electoral, de participar en la Convención, porque creemos que estos pequeños espacios democráticos, que la clase dominante permite, debemos utilizarlos para instalarnos como tribunos de la clase obrera y los sectores populares para instalar las demandas de octubre, luchar por la libertad de los presos políticos, y utilizarlo para pelear por una verdadera ACLS. Nosotros queremos ganar un cargo de elección popular que permita mejorar nuestras posiciones para luchar, que permita desarrollar la movilización extra parlamentaria, que desarrolle la fuerza del pueblo trabajador. Es precisamente por eso que nosotros nos lanzamos a elecciones, porque estamos convencidos que nuestras demandas no van a ser conquistadas de la mano de los mismos de siempre, de los partidos de los 30 años.

Por esto pensamos que no hay ninguna contradicción en presentarse como candidato a la Convención, para llevar estas demandas, y la lucha de los trabajadores y el pueblo a un espacio importante como lo va a ser la Convención Constitucional, la voz de los revolucionarios, tiene que estar, para denunciar cada trampa, y evitar un nuevo fraude histórico, para retomar las calles, con la fuerza de los trabajadores y abrir un camino que permita terminar con el Chile de los empresarios que construyo Pinochet y la Concertación.

Sin embargo, esto es parte de una perspectiva más profunda. No solo pretendemos conquistar derechos que hoy no tenemos, sino que queremos transformar la sociedad y la forma en que vivimos, porque los capitalistas han demostrado, con pandemia y todo, que gobiernan el conjunto de la sociedad en torno a sus intereses egoístas de generación de mayores riquezas para su provecho personal mientras el resto del mundo padece hambre y enfermedad, dispuestos a enfermarnos, o dejarnos morir con tal de conservar sus millonarios negocios.

Pensamos, entonces, que esto no tiene porqué ser así, si Chile despertó y es urgente pensar otro tipo de sociedad en donde las enormes riquezas del país sirvan para satisfacer las necesidades del conjunto de la población, nacionalizando los recursos naturales y centros estratégicos, como los puertos y las minas, bajo gestión de sus trabajadores y comunidades, con recursos frescos para financiar educación, salud, pensiones y vivienda, etc. Medidas de este tipo sólo pueden ser llevadas adelante por un gobierno obrero que, con el respaldo de la movilización social que enfrente la resistencia de los grandes capitalistas, invierta las prioridades.

Nuestras candidaturas y la política que pretendemos impulsar en esta campaña va en el sentido de prepararse para el futuro, en donde estas candidaturas, y una eventual elección, nos puede permitir llegar mejor preparados a un nuevo momento de lucha, que permita poner en función de la movilización las distintas posiciones, sean parlamentarias, sindicales, etc., para desarrollar y ampliar nuestra organización, en perspectiva de una huelga general que eche por tierra al gobierno criminal de Piñera.

4-E.V.: Respecto a tu profesión, cuéntanos un poco de él porque tomaste la decisión de orientarla a la defensa de los derechos de los trabajadores. ¿Cuál es el rol que para ti juegan los trabajadores en la sociedad?

-Daniel Vargas: Yo decidí que poner mi carrera a disposición del a lucha de los trabajadores, porque en algún momento de mi vida universitaria empecé a estudiar el marxismo, donde se explica que el sistema capitalista tiene clases fundamentales, con diversas capas subalternas, pero existen 2 clases fundamentales, los trabajadores y los empresarios.

Los empresarios son una casta parasitaria, que vive de todo el esfuerzo social, de todo el trabajo social, acumulando riquezas a costa de la pauperización de las condiciones de vida de amplias franjas de la población, de todos los sectores populares, incluyendo a la clase obrera. La clase trabajadora en cambio, es la clase que vive del trabajo, es la clase responsable de poner en movimiento toda sociedad, desde la electricidad, la salud, hasta la industria tecnológica y la alimentación, etc. El secreto está en que, no solo es la clase que podría bajar todas las palancas, para terminar con el capitalismo, sino, en que es la única clase que puede replantear, y reorganizar toda la producción para una nueva sociedad, un nuevo orden sin explotación ni opresión.

Esto me significó poder ligarme a sindicatos, dedicarme a la instrucción sobre el derecho laboral, hacer relaciones con muchas organizaciones sindicales y del mundo obrero, participar de negociaciones colectivas muy interesantes, como lo fue ser parte de la huelga portuaria del 2013, yendo a dormir al campamento de los portuarios en Mejillones, porque yo entendía que aun siendo estudiante el aclarar “los misterios” de la legislación burguesa a los trabajadores les mejora sus condiciones de lucha, les permite ganar confianza sobre sus propias fuerza y también evita que caigan en los engaños de las leyes. Todos los que estudiamos derechos tenemos claro que las leyes están hechas para los empresarios, ellos las escribieron, y tienen planteles completos de técnicos para redactar leyes que benefician sus intereses. No por nada sabemos que empresas como CORPESCA le dictan a los parlamentarios de la UDI, como a Jacqueline Van Riselbergue o a Jaime Orpis le mandaban las leyes redactadas. Por eso creo que es importante que más estudiantes y más jóvenes, más profesionales dediquen sus profesiones al servicio de la lucha, de la movilización de la clase obrera.

A la vez que se hizo común ya el visitar las comisarías, colaborar con otros abogados para la defensa de los presos políticos. Esto es algo que para mí es gratificante, y no por un sentido de justicia, vocación, o porque me guste, sino porque estoy convencido de que esto fortalece la lucha de la clase trabajadora, sus organizaciones y sus instituciones, y fortalece la idea de construir una herramienta política para enfrentar a los capitalistas. Es por lo mismo que yo también me organizo en una organización política, como el PTR, porque pensamos la clase obrera necesita su propia organización política y nuestra organización se pone a disposición de avanzar con todas las personas y demás organizaciones que compartan esta perspectiva para poder construir ese partido en Chile y el mundo entero; entonces pienso es que es a través de esto que podemos transformar la vida como es hoy, sin reformar minucias, aspectos parciales, o cosas puramente formales, sino cambiar la vida, transformarla para que valga la pena vivirla, que la población no tenga que estar pasando hambre, viviendo sin techo, sin trabajo, o teniendo que mendigar en la seguridad social o en la calle. Pienso que nadie que haya abierto los ojos en el estallido, quiere volver a vivir como antes, y para dejar de vivir como antes, nuestra perspectiva no puede estar solo en un cambio de constitución respetando “los mil tratados y los mil peros de los empresarios”, para que los dueños del país sigan robando y saqueando. No, hay que plantearse la necesidad de hacer una revolución para que sea el pueblo y los trabajadores los dueños de sus propios destinos y no un puñado de capitalistas que nos roban la vida, el tiempo, el medio ambiente, la libertad.

5- E.V.: Por último, cómo ves esta situación, que a 4 meses de las elecciones siga habiendo cientos de presos políticos en las cárceles y centros del sename de chile.

-Daniel Vargas: Me parece el colmo de la hipocresía. Con un nuevo caso de trauma ocular, como lo fue el de Felipe hace tan solo unos días en Santiago. Y lo que es escandaloso, cómo fue que hace unas semanas Andrés Allamand se paseaba por Europa, por España, muy feliz contando como el ejemplo de Chile, era un “ejemplo mundial de democracia”, porque a pesar de la rebelión y la pandemia, volvíamos a ser unos jaguares. Yo no sé a qué país imaginario se refiere Allamand, o si es el país imaginario de Hermogenes Pérez de Arce, ese que está en las 3 comunas que votaron rechazo, pero Chile no es así. En Chile esta fiesta democrática que todos celebran, diciendo que somos un país tan democrático que a pesar del llamado estallido, las demandas se terminan por encauzar dentro de las reglas normales del parlamento y las instituciones tradicionales. Pero esto es una gran mentira.

Para empezar hay miles de procesados por montajes, con una Ley anti barricadas hecha para criminalizar y prohibir la protesta; aquí hasta un tecito rebelde, un sitting, o cualquier manifestación que implicase afectar el tránsito, se transformaba inmediatamente en una “barricada”. Algo clave para que carabineros lo señalarán en el parte policial e implica que en la fiscalía los tipifican como delitos graves, y que los detenidos pasarán a control de detención. Es decir, al tramitarse esta ley llegamos a tener 60, 70 detenidos en Antofagasta, con el grueso pasando a control de detención, por solo haber participado en una marcha, acusados por la fiscalía de haber tirado piedras, prender fuegos, de armar barricadas, todo eso decían los partes policiales. Y aquí no estamos hablando de sólo jóvenes de primera línea, estamos hablando de señoras, gente adulta, incluso de tercera edad, gente que era detenida y denunciada por cosas insólitas, y los únicos testigos eran carabineros.

Leyes como estás, fabricadas para criminalizar la protesta, son flacos favores que nos han hecho los partidos de los 30 años, contra la movilización del pueblo. Incluso el Frente Amplio vota esta ley y después da excusas y dicen que se arrepienten, que fue un error. Por ejemplo, cuando condenaron a “libertad vigilada” a este chico de Punta Arenas, Mauricio Mandujano, Gabriel Boric lo fue a saludar, pero nada sirve un saludo y la foto, esos parlamentarios deberían poner sus bancas a favor de una ley de amnistía o un indulto general, que permita la libertad de todos los presos políticos, sin ninguna condena; no sirve solo un par de palmaditas en la espalda. Porque hoy existen responsables de la represión, y también cómplices, cómplices pasivos como puede ser el Frente amplio, y todo tipo de cómplices en general que le permiten gobernar a Piñera en base a la represión y políticas autoritarias, con leyes represivas, y la extensión del estado de excepción, que en ningún caso se justifica como medida sanitaria, sino que es una medida restrictiva para el control social.

Entonces, nos parece solo hipocresía hablar de democracia en Chile, siendo que hay leyes que prohíben la protesta y tenemos presos políticos, donde su encarcelamiento es utilizado para generar miedo en la población. Esto es algo que ha sido señalado por diversos teóricos e intelectuales, como Claudio Nash, que señala la existencia de un uso político de la prisión preventiva, tanto para escarmentar a la población, como para el control social. Algo incluso reconocido en su momento por organismos de DDHH a nivel internacional, que reconocían la existencia del uso indiscriminado de la represión, de las detenciones masivas, de los disparos a los ojos, del uso de perdigones, bombas lacrimógenas, etc., como una forma de introducir miedo a las movilizaciones.

Yo soy de la posición que los presos que están detenidos, son presos políticos, son muchos jóvenes que son perseguidos por ser pobres. Ya vimos como la justicia asegura impunidad no solo a los ricos, sino a sus perros guardianes, como lo son los policías, como estos 2 policías que entraron pegando tiros a un centro del Sename; o bien a este grupo de extrema derecha que se define “La vanguardia” que dedicado a aterrorizar a una fiscal, “portaba” utensilios como les llamó el subsecretario Galli.


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Esteban Valdebenito