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Red Internacional
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Coronavirus. Escándalo y renuncias en Perú por vacunación irregular de funcionarios

La confirmación de que el expresidente peruano Martin Vizcarra, su esposa y un grupo de funcionarios se habrían dado la vacuna de Sinopharm en forma irregular hace meses, mientras que el país vivía una catástrofe sanitaria, generó un escandalo nacional que ya se cobró las renuncias de la canciller y la ministra de Salud.

Lunes 15 de febrero de 2021 09:52

Perú atraviesa un nuevo escándalo y crisis por la vacunación irregular de funcionarios durante la gestión del expresidente Martín Vizcarra, en los últimos meses del año pasado.

Además del expresidente Martín Vizcarra y su mujer, varios altos funcionarios peruanos recibieron en secreto vacunas de Sinopharm, lo que ha levantado profundas dudas sobre todo el proceso experimentación y aprobación de la vacuna en Perú.

En las últimas horas se conocieron las renuncias de la canciller, Elizabeth Astete, así como del viceministro de Salud Pública, Luis Suárez, que siguieron al de la ministra de Salud Pilar Mazzetti el viernes pasado, después de que la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, exigiera saber quiénes se habían inmunizado de forma irregular con esas dosis.

Mediante un comunicado público, la Universidad Cayetano Heredia (UPCH) confirmó que el expresidente Martín Vizcarra y su esposa no formaron parte de los voluntarios para el ensayo de la vacuna de Sinopharm en Perú, por lo que no les correspondía ser vacunados contra el Covid-19.

El expresidente Vizcarra, hoy candidato al Congreso por Somos Perú, dijo la semana pasada que sí formó parte de dichos ensayos. Con esta mentira Vizcarra buscaba justificar el privilegio de haber sido vacunado contra el Convid-19 valiéndose de un lote de vacunas experimentales donadas adicionalmente por la empresa China Sinopharm. Esas vacunas estaban destinadas al personal de salud encargado de realizar los ensayos.

El escándalo llevó a que Pilar Mazzetti renuncié al Ministerio de Salud ya que, como lo hizo público el nuevo ministro Oscar Ugarte en un programa noticioso, ella tenía conocimiento de este hecho y nunca lo hizo público. También renunció Elizabeth Astete al cargo de ministra de Relaciones Exteriores del actual Gobierno de Sagasti, debido a que ella aceptó haber recibido las dosis de la vacuna en enero de este año.

La ahora exministra Mazzetti, había mentido al declarar ante el Congreso que ella no tenía conocimiento de que se habían vacunado a altos funcionarios y mucho menos al expresidente Vizcarra. Mazzetti, pretendiendo confundir a la población, señaló que “quienes tienen un nivel de decisión, como el presidente, no deben participar en los ensayos clínicos”. Sin embargo, todas esas mentiras se cayeron cuando salió a la luz el comunicado de la Universidad Cayetano Heredia y el accionar del expresidente Vizcarra quedó develado. Esa fue la razón real que llevó a que Mazzetti renunciara apresuradamente el pasado sábado 13 de febrero.

Como lo demuestran ahora las investigaciones, antes de la firma del contrato con el laboratorio Sinopharm, llegaron al Perú dos lotes de vacunas. El primer lote que contenía 12.300 dosis entre placebos y vacunas estaba destinado para las y los voluntarios anotados.

En el segundo lote, llegaron 3.200 vacunas. Este lote debió ser destinado para aplicarse a personas vinculadas con la investigación. De esta cantidad, 1.200 dosis fueron aplicadas entre el equipo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad Cayetano Heredia. Llama la atención que 1.200 dosis de este lote hayan sido destinadas a la embajada China en el Perú, donde los funcionarios no superan las 80 personas. Las otras 800 dosis que quedaron “libres”, habrían sido aprovechadas irregularmente por Vizcarra y el grupo de funcionarios de su gobierno.

Una investigación del programa Cuarto Poder, accedió al registro de las fechas en las cuales Vizcarra se habría vacunado. La primera dosis le fue inoculada el 2 de octubre del 2020 y la segunda el 29 de octubre del mismo año. Esta segunda dosis la recibió justo antes de ser destituido de la presidencia.

Antes de revelarse todo el escándalo los medios de comunicación hegemónicos de propiedad de los grandes empresarios y algunos sectores políticos cercanos al actual presidente Francisco Sagasti, pretendieron defender a la exministra Mazzetti aduciendo que su salida del ministerio de Salud obedecía a un “ardid golpista del Congreso”. Como se puede percibir ahora, todo eso estaba orientado a tapar la corrupción de los funcionarios del Ejecutivo y del mismo expresidente Vizcarra quien, como se recuerda, gobernó de la mano de estos mismos empresarios agrupados en torno a la cámara empresarial (CONFIEP).

El escándalo desatado lleva a pensar que podría haber otros acuerdos de corrupción debajo de la mesa con estos laboratorios que proveen las vacunas contra el Covid-19, más aún si tenemos en consideración que Mazzetti tiene antecedentes de malos manejos de recursos públicos cuando fue ministra de los gobiernos de Alejandro Toledo y de Alan García.

La desastrosa gestión de la pandemia en Perú fue uno de los elementos que alimentó la profunda crisis política que terminó con la caída de dos presidentes en tan solo una semana a fines del año pasado. Todos se caracterizaron por garantizar los negocios de los consorcios privados valiéndose de los recursos del estado, al tiempo que denigraron a los trabajadores y trabajadoras de la salud y a los esenciales que tuvieron que llevar adelante sus tareas en condiciones de absoluta inseguridad frente a la pandemia. La actual gestión de Francisco Sagasti no es una excepción en esta misma lógica. Las renuncias de tres funcionarios en pocos días, que venían de gestiones anteriores y formaron parte del actual Gobierno, muestra lo central de la continuidad entre una y otra gestión mientras que el país atraviesa una segunda ola de la pandemia con un fuerte impacto sobre los trabajadores y los sectores populares.

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