Conversamos con Mariano Féliz, economista, docente de la Universidad Nacional de La Plata, investigador del CONICET, militante de Comuna en el Frente Popular – Darío Santillán – Corriente Nacional sobre la crisis sanitaria y su relación con la economía.
Viernes 17 de abril de 2020 12:37
¿Qué carácter tiene la crisis del covid-19 y cuál es su impacto en comparación con las previas (1930, 2008)?
El surgimiento del Coronavirus lo que hizo fue acelerar estos tiempos de la explosión de este capital ficticio, de esta burbuja especulativa, aceleró los tiempos y detuvo de una manera brutal los procesos de valorización del capital a escala internacional. Es importante entonces tener en cuenta que en este marco con estos datos, la crisis acelerada por el Coronavirus está llevando al capitalismo global a una situación muy similar allá a la del 2008 en términos de profundidad de la crisis pero mucho más intensa en términos de aceleración, de manera tal que no sería extraño que esta sea una crisis de una magnitud, de formas bastantes más parecidas a la crisis de fines de los años 20/principios de los años 30 del siglo XX, con una intensidad mucho mayor por el volumen de integración del gran capital a escala internacional y la globalización del todo el capital en todas sus formas.
¿Cómo repercute en América Latina en particular? ¿Y en Argentina?
En el caso de la Argentina, el impacto se da en varias dimensiones simultáneamente. Por un lado, con la caída de los precios de exportación de los productos de la agricultura fundamentalmente. Al mismo tiempo, detiene la demanda global de productos de exportación argentina, no solamente hay una caída de precios, sino una reducción muy fuerte en la demanda global de esos productos en particular porque son productos que se venden al país más importante en el inicio de esta crisis, que es China. Así que se espera una violenta caída en la producción, en el PBI a lo largo del año, en particular en este primer semestre de 2020 y con suerte si la economía mundial empieza a recuperarse hacia el segundo semestre, la economía argentina podrá empezar a recuperarse hacia finales de este año. Además de este impacto vinculado a la inserción internacional de la economía argentina, juega un rol muy importante el impacto que está teniendo la cuarentena que reduce drásticamente la actividad económica en todo el país, va a tener un impacto brutal en los mercados de trabajo locales y regionales en toda la Argentina y va a facilitar desde el punto de vista del capital el avance sobre las condiciones de trabajo.
¿Cómo afecta esta crisis al sector trabajador? ¿Cómo impacta a un sector informal que viene de fuertes golpes en el último tiempo?
Las acciones del gobierno para paliar parcialmente este embate de la expansión de la crisis sobre los sectores populares son bastante limitadas si se tiene en cuenta la profundidad que esta crisis está asumiendo.
¿Creés que debido a esta crisis se producirán conflictos sociales?
La cuarentena hace muy difícil la organización o el desarrollo de las organizaciones de su trabajo en las barriadas populares, en los lugares de trabajo y eso dificulta fundamentalmente las posibilidades de rechazar el avance sobre nuestras condiciones de vida y trabajo.
Pero, poco a poco vamos encontrando formas de re articular nuestros procesos organizativos y de resistencia y se empiezan a vislumbrar en distintos lugares exigencias de mejorar las condiciones de trabajo en el marco de la crisis, de aumentar las transferencias para garantizar la reproducción de la vida en los espacios vitales (particularmente en las barriadas populares), mayores demandas para que el Estado deje de reprimir a la población en los barrios y hacer que recursos materiales y económicos para poder garantizar sobre todo las tareas de reproducción y cuidados que son una de las más abandonadas y las más difíciles de realizar en un marco de cuarentena y de “aislamientos social” como gusta llamar al gobierno. Este aislamiento, esta separación de los distintos sectores de la clase trabajadora hace que esas tareas de cuidado sean muy dificultosas y en eso estamos tratando de recomponer esas relaciones y poder llevar adelante estas tareas de la mejor manera posible mientras dure este proceso.
¿Cómo podría pensarse una salida favorable para los sectores populares y el pueblo trabajador?
Por otro lado, es necesario plantear desde otro lugar la solución a la crisis capitalista que estamos atravesando que, como dijimos, es una crisis que tiene una expresión sanitaria o médica, pero en realidad es una crisis más profunda de las relaciones de producción del capital a escala internacional. Estas demandas que necesitamos construir, masificar y buscar imponer en políticas públicas también tienen que ver, por un lado con reconocer la necesidad de poner en el centro del problema la reproducción de la vida y desplazar la reproducción capitalista como eje articulador de las políticas estatales pero va más allá del debate de si es la economía o la vida lo que está en el centro. La vida está en el centro porque es el centro de la economía. La reproducción capitalista no puede realizarse sin la vida de las personas, nuestras vidas jugando un rol central en ella. Así que es necesario poner la sustentabilidad de nuestras vidas en el centro de las políticas estatales. Las políticas de cuidado tiene que amplificarse en todos lados y en particular en las barriadas populares donde hay más dificultades y el Estado tiene que concentrar recursos y esfuerzos en articular estas políticas de cuidado con las organizaciones que realmente existen en los territorios y que desarrollan estas tareas cotidianamente, son quienes tienen la experiencia, la llegada a los barrios, etc, sin la necesidad del uso de las fuerzas de seguridad en este tipo de políticas.
Por otro lado, es fundamental encontrar modalidades de financiamiento de toda esta intervención pública, en este sentido diferente, que tienen que incorporar la mayor carga impositiva sobre los sectores más acomodados de la sociedad (los que hoy podríamos denominar dominantes), quienes tienen la capacidad de apropiar rentas y beneficios extraordinarios y que tienen que aportar a contribuir a la salida de esta crisis, por otro lado también en el mismo sentido, el Estado tiene que reorientar el conjunto de su actividad y sus gastos hacia la reproducción de la vida y, por lo tanto, reducir al mínimo indispensable los gastos vinculados a otras actividades como puede ser el financiamiento al subsidio a actividades capitalistas de alta intensidad como es el desarrollo de Vaca Muerta. Hay que cancelar ese proyecto y dejar de aportar recursos públicos ahí. Lo mismo con el problema que tenemos y que el gobierno sigue poniendo en el centro como es el problema de la deuda externa que hay que desarticularlo suspendiendo la idea de que la sostenibilidad de la deuda es el eje central de cualquier política de desarrollo.
En realidad, la deuda odiosa, esta deuda injusta e ilegal que estamos sufriendo hay que dejar de pagarla para poder aplicar los pocos recursos que disponemos al desarrollo de estas actividades de cuidado que involucran multiplicidad de tareas incluyendo, por ejemplo, la producción pública de medicamentos a escala nacional, y desarrollo y la conformación de un sistema integrado de salud pública universal que desarticule este sistema fracturado en obras sociales, prepagas, y sistemas de hospitales mal financiados, y lo mismo en otras áreas vinculadas a las actividades de cuidado. Estas son las actividades que hay que, por un lado, impulsar y sostener también en el sentido de plantearse un camino distinto para salir de esta crisis que permite ir desarrollando nuevas actividades que son centrales en la reproducción de la vida y el financiamiento y estructuración del sistema de salud pública, de ciencia y tecnología, entre otras prioridades que hay que apuntar para crear una estrategia de producción de vida diferente.
También podemos agregar la necesidad de poner en el centro de la vida, poner en el centro la producción de alimentos sanos para el conjunto de la población, y esto supone desarmar el proyecto extractivista de exportación de productos producidos con agrotóxicos, de todo lo que es la agroindustria, y re ordenar este esquema en favor de la producción de productos de calidad sin el uso de químicos y agrotóxicos en exceso promoviendo, a la vez y simultáneamente, el desarrollo de la agricultura familiar. Estas son algunas de las líneas hacia donde hay que articular un discurso y un debate respecto a las tareas para encarar la salida de esta crisis.
*Entrevista realizada el 31/03/2020.