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Red Internacional
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SOLIDARIDAD CON PALESTINA. Este 27S organicemos una gran huelga contra el genocidio en Palestina, el racismo y la complicidad del gobierno “progresista”

Los sindicatos CGT y Solidaridad Obrera junto a varias asambleas estudiantiles surgidas de las acampadas han convocado una huelga en solidaridad con Palestina. Desde Contracorriente y Pan y Rosas nos sumamos a esta convocatoria y llamamos a construirla en cada centro de estudio y de trabajo.

Martes 3 de septiembre

El genocidio contra el pueblo palestino perpetrado por el estado de Israel continúa en marcha. Solo en los últimos diez meses la cifra de palestinos asesinados en la Franja de Gaza supera los 40.000, entre los cuales se encuentran más de 16.400 niños y niñas. Sin embargo, el número de víctimas totales podría ser muy superior, tal y como apunta el estudio realizado por The Lancet, tomando en cuenta las consecuencias indirectas de los ataques como el hambre, las enfermedades y la destrucción de infraestructura sanitaria. La investigación apunta a 186.000 palestinos y palestinas asesinadas, una cifra equivalente a casi el 8% de la población en Gaza.

Un genocidio que se está llevando a cabo desde el principio con la complicidad de EE. UU. y la Unión Europea, incluido el Estado español. No sorprende, pues fueron las potencias imperialistas quienes promocionaron la creación del Estado de Israel para defender sus intereses en la región. Contra todos ellos, se levantó alrededor del mundo un movimiento en solidaridad con Palestina y decenas de acampadas en universidades de todo el mundo. Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, México, Chile… Los gobiernos respondieron con represión y la casta que dirige las universidades se puso de su lado. En el Estado español, miles de estudiantes tomamos ejemplo en Valencia, Barcelona, Madrid, Bilbao, Zaragoza, Sevilla y Granada entre otras universidades y campus. La juventud nos pusimos en pie para decir basta al genocidio.

Este nuevo curso arranca con una fecha señalada en el calendario: el 27 de septiembre. Ese día, los sindicatos CGT y Solidaridad Obrera, junto a varias de las asambleas surgidas de las acampadas, han convocado huelga general y jornada de lucha en solidaridad con el pueblo palestino. Desde Contracorriente y Pan y Rosas nos sumamos plenamente a la huelga y apoyamos sus reivindicaciones, tal y como venimos haciendo desde los comités por Palestina y las acampadas de las que participamos en nuestros centros de estudio.


¡Organicemos la huelga en cada centro de estudio y de trabajo!

Que sindicatos de clase llamen a los trabajadores a solidarizarse con sus propios métodos de lucha con el pueblo palestino es una buena noticia. Solo la clase trabajadora tiene la capacidad de pararlo todo, incluidos los envíos de armas y material bélico a Israel, como mostraron las iniciativas de los estibadores de Génova, Bélgica o Barcelona.

Lamentablemente, CCOO y UGT se han negado a convocar la huelga. Su apoyo hacia las acampadas se han quedado en gestos, pues a la hora de la verdad han rechazado la propuesta de organizar el paro y cualquier otra forma de lucha efectiva. Las direcciones de los grandes sindicatos que se han mantenido pasivos ante la subida de los precios del alquiler, la caída real de los salarios y los recortes en los servicios públicos vuelven a situarse del lado del gobierno “progresista” cómplice del genocidio en Palestina.

Nada tienen que ver las y los trabajadores con los burócratas sindicales que dicen representarlos. Seguiremos luchando junto a los trabajadores y exigiendo a CCOO y UGT que rompan con su pasividad y política de pactos con la patronal e invitamos a que el resto de las organizaciones estudiantiles y sindicales combativas se sumen a esta exigencia.

Nos parece fundamental que la juventud se sume a apoyar la convocatoria de huelga y jornada de lucha del 27 de septiembre, vaciando las aulas y llenando las calles ese día tal y como hicimos en las anteriores huelgas estudiantiles por Palestina.

Para que eso ocurra hay que construir la huelga desde abajo impulsando asambleas en cada de centro de estudio donde nos unamos estudiantes, personal docente y no docente para debatir sobre nuestras reivindicaciones y cómo hacer efectiva la huelga. Estudiantes y trabajadores debemos unirnos no solo en la fecha de convocatoria, sino también para organizar acciones con las que golpear juntos.

En ese sentido, llamamos al resto de acampadas que todavía no han mostrado su apoyo público a la huelga y a las organizaciones juveniles y estudiantiles que participan en esta lucha, como el Sindicato de Estudiantes, el SEPC, Abrir Brecha, el Frente de Estudiantes y aquellas que forman parte del Movimiento Socialista entre otras a sumarse a la huelga del 27 de septiembre y prepararla organizando en común grandes asambleas en las facultades e institutos. En los centros de trabajo, animamos a los sindicatos convocantes a organizar asambleas de trabajadores para que sean ellos y ellas quienes decidan sobre los paros y las acciones de lucha durante la jornada.

El movimiento de las acampadas en todo el mundo y también en las distintas universidades del Estado Español fue un revulsivo. Las protestas en los campus son los primeros pasos que nos ponen ante el desafío de levantar un movimiento estudiantil antiimperialista intransigente con las universidades colaboradoras con Israel y contra el gobierno imperialista de PSOE y Sumar, cómplice del genocidio. Pero el desarrollo de las acampadas mostró que para continuar la lucha es fundamental extenderla, unificar a los sectores que pelean en defensa del pueblo palestino y sobre todo, tratar de trazar una hoja de ruta que permita vencer. En nuestra opinión esto pasa porque el movimiento en solidaridad llegue a los centros de trabajo, solo así podremos tocar los intereses de las grandes empresas y del gobierno que apoyan el genocidio. La unidad de estudiantes con trabajadores, la unidad obrero estudiantil, es estratégica: nos acercará a las “palancas” de la producción, parando la fabricación y envío de armas. La enorme muestra de solidaridad internacional de les estudiantes sabemos que es contagiosa, ¡contagiemos también de la necesidad de parar la producción en los lugares de trabajo!

Pelear por organizar la huelga en todos los centros de estudio y hacer efectiva la unidad con los trabajadores dará más combatividad al movimiento, dando una expresión a la preocupación de amplios sectores de la clase trabajadora que rechazan el genocidio. Esto es una lucha que combate al mismo tiempo al gobierno de la OTAN y a las direcciones sindicales que llevan más de 12 años sin convocar una huelga general y que no han impulsado ningún paro, ni siquiera simbólico, contra el envío de armas y contra el Gobierno que no rompe relaciones. Damos la mano a todas las organizaciones estudiantiles a colaborar con esta tarea desde las universidades y a no a replicar el rol de la burocracia sindical en el movimiento estudiantil. Desde nuestras humildes fuerzas, tenemos que hacer todo lo posible porque la huelga general por Palestina se haga notar en todos los centros estudios del Estado, al mismo tiempo tenemos que mostrar nuestra solidaridad y apoyar a los centros de trabajo que decidan parar. Porque obreros y estudiantes ¡unidos y adelante!



Basta de complicidad con el genocidio. ¡Ruptura ya de todas las relaciones con Israel!

El Banco Santander, con importantes negocios en las universidades españolas, invirtió más de 1.500 millones de euros en compañías que se están lucrando con el genocidio. Telefónica, AXA, HP o Siemens son algunas más de las multinacionales bien presentes en las universidades y que hacen negocios en Israel.

No pensamos aceptar que nuestras universidades mantengan relaciones con instituciones y empresas israelíes ni tampoco con las multinacionales que allí hacen negocio. Muchas de estas empresas se encuentran representadas en los Consejos Sociales de nuestras universidades, donde tienen el poder de decidir sobre los presupuestos, la investigación y qué estudiamos. Ni queremos una educación al servicio de los capitalistas ni mucho menos cómplice del genocidio ¡Fuera las empresas de la universidad, empezando por las que financian y se lucran con el genocidio!

Las movilizaciones estudiantiles y las acampadas han logrado sacudir las instituciones universitarias obligando a los rectores a pronunciarse. Algunas universidades han anunciado la ruptura de algunos acuerdos como es el caso de la Universidad de Granada o el ejemplo de la Universidad de Barcelona donde, gracias a la lucha de la acampada en unidad con el profesorado, lograron que la universidad se posicionara e iniciara un proceso para romper relaciones.
Sabemos que estas conquistas son limitadas, pues no se han generalizado a todas las universidades, continúan los acuerdos con empresas que hacen negocios con Israel y además todas las promesas de revisar acuerdos pueden quedarse en papel mojado. Así que es vital seguir movilizándonos para hacerlas efectivas pues no tenemos ninguna confianza en las bondades de la casta universitaria.

Pero esto va más allá de las universidades. El gobierno del PSOE y Sumar se posiciona en los hechos junto a Israel. Desde el 7 de octubre, el gobierno “progresista” ha destinado más de 1.000 millones de euros para comprar armamento israelí “probado en combate”, es decir sobre las cabezas de la población palestina. El reconocimiento del Estado palestino por parte del gobierno español, si bien es una concesión al masivo movimiento por Palestina, no es más que una medida cosmética que mantiene los acuerdos comerciales milmillonarios con Israel, particularmente la compraventa de armas. En ningún caso el gobierno de Pedro Sánchez cuestiona, sino que avala la ocupación colonial y el apartheid sobre el que se basa el Estado sionista de Israel desde sus inicios.

Si bien la represión contra los activistas propalestinos no ha llegado al nivel de Francia o Estados Unidos, tampoco ha estado ausente. Hemos visto cargas, detenciones y desalojos contra quienes protestábamos contra el genocidio en las facultades. En Catalunya, la Generalitat de ERC actuó en la misma línea, dejando claro que poco se diferencia de la derecha catalana sionista de Junts. Por su parte, Ayuso en la Comunidad de Madrid, como respuesta a las acampadas, prepara una nueva ley contra el movimiento estudiantil profundizando la Ley de Convivencia Universitaria del anterior gobierno del PSOE - Unidas Podemos también conocida como Ley Mordaza Universitaria.
Basta de complicidad de las instituciones universitarias y del gobierno. Movilicémonos por la ruptura de las relaciones económicas y políticas del gobierno del PSOE y Sumar con el Estado de Israel, así como por el fin del comercio de armas y por la retirada de las tropas españolas en Oriente medio.

Todos estos son los motivos por los que desde Contracorriente llamamos a las y los estudiantes y a las organizaciones juveniles a construir la huelga desde el primer día del curso y a vaciar las aulas y llenar las calles este 27 de septiembre. Confluyamos estudiantes, profesores y trabajadores por el fin del genocidio contra el pueblo palestino, contra la barbarie del Estado sionista de Israel y por el fin de toda colaboración de nuestros gobiernos y rectorados.



Contra la catástrofe imperialista ¡levantemos una juventud antirracista, socialista y revolucionaria!

El apoyo a Israel como parte de la defensa de los intereses del imperialismo en la región está ligado al rearme en curso que están protagonizando las grandes potencias. No olvidamos que el anterior gobierno, del PSOE-UP aumentó los presupuestos militares de manera histórica. Mientras nos dicen que no hay dinero para sanidad o educación, destinan 27.000 millones de euros al año a gastos militares. Nos hablan de defender los “valores” para justificar la militarización de las fronteras a la vez que avalan un genocidio. El gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz blinda las fronteras contra quienes huyen del hambre y la miseria provocada por el expolio de las multinacionales, entre ellas las españolas.

Ante este clima que avala y fomenta la persecución a las personas migrantes, la derecha españolista y racista avanza. PP, Vox, Alvise, Orriols, los grandes medios de comunicación y los grupos ultraderechistas como Desokupa criminalizan a los jóvenes que migran solos, llaman a enviar el ejército contra los cayucos y difunden bulos sobre supuestos colapsos de la sanidad debido a los inmigrantes o sobre cómo estos vienen a quitar el trabajo y delinquir. Muchas de las posturas que defienden al Estado colonial de Israel y el genocidio al pueblo palestino encuentran su sustrato en estas ideas racistas y arabefóbicas.

Pero la realidad es que, por mucho que a la derecha españolista le cueste reconocerlo, el gobierno “progresista” le toma prestado parte de su política. Las redadas contra los manteros en Barcelona con el Ayuntamiento de Collboni, la traición definitiva al Sáhara Occidental por parte del PSOE y Unidas Podemos o el envío del ejército a Ceuta para la devolución en caliente de menores durante la anterior legislatura son muestra de ello.

Si la Sanidad pública está colapsada no es por las personas migrantes, sino por los recortes llevados a cabo por el PP y el PSOE desde las distintas Comunidades Autónomas y con la ministra de Sanidad, Mónica García de Sumar, negándose a tocar un pelo del sistema privado. Ni viven de las ayudas ni vienen a robarte el trabajo: ocupan los trabajos más precarios, peor pagados y con jornadas más largas. No son una invasión, huyen del hambre y del expolio imperialista. Gracias a acuerdos entre el Estado español y la Unión Europea con países como Marruecos, Senegal o Mauritania, los pesqueros europeos saquean las costas del África Occidental dejando a millones de personas sin recursos.

Las personas migrantes no son enemigas de la clase trabajadora, son uno de sus sectores más explotados. Luchar contra la división que quiere imponer la derecha entre explotados y oprimidos va más allá de la solidaridad, pues somos todos nosotros —la juventud, las mujeres, las migrantes y el conjunto de los trabajadores— quienes salimos perdiendo y es la patronal la que sale ganando. Por eso, pelear contra el racismo es también defender la derogación de las leyes de extranjería, acabar con la militarización de las fronteras, movilizarse contra el rearme imperialista en curso y contra el genocidio al pueblo palestino. Nuestros problemas son las matrículas impagables los curros precarios con sueldos miserables, los alquileres por las nubes y los servicios públicos infrafinanciados.

La extrema derecha solo nos ofrece recortes en las libertades y derechos conquistados y división entre explotados y oprimidos para debilitarnos. El “progresismo” en el gobierno precariedad, rearme y más fronteras. No tienen nada que ofrecernos a la juventud y a la clase trabajadora.
Desde Contracorriente no apoyamos ni a la extrema derecha y los “progresistas” que le abren el camino. Luchamos por una salida socialista y revolucionaria a la crisis del capitalismo. Si compartes esta perspectiva, te animamos a organizar con nosotres la huelga del 27-S y a levantar juntos una gran juventud antiimperialista, antirracista y socialista que luche junto a la clase trabajadora.