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Red Internacional
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Movimiento de mujeres. Este 8 de marzo, a las maestras nos sobran razones para regresar a las calles

A las maestras y trabajadoras de la educación nos prometieron un cambio y consideramos necesario movilizarnos y organizarnos, escuela por escuela y zona por zona para conseguirlo. ¡Únete a nosotras para defender nuestro derecho al pan y también a las rosas!

Miércoles 6 de marzo

Las maestras y maestros sacamos adelante la educación del país, con bajos salarios,
precarización y super-explotación laboral, hacinamiento en las aulas, rezago
educativo, con carga laboral a contra turno y enfrentando amenazas de las
autoridades, violencia y hostigamiento laboral y sexual, así como falta de acceso a la
salud pública, cultura, etc. Más, las tareas domésticas en los hogares, dos o tres
trabajos malpagados para llegar a fin de mes, así como el cuidado de familiares,
enfermos, hijas e hijos.

¿En qué contexto llega este 8 de marzo?

En el Día Internacional de las Mujeres, miles saldremos a las calles en diversos de países, para seguir denunciando el brutal genocidio de mujeres, infancias y de todo el pueblo palestino, en garras del ejército sionista de Israel con el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos y los miembros de la OTAN.

En México, este 8 de marzo llega cruzado por las elecciones del 3 de junio. Por primera vez en la historia de nuestro país, dos mujeres encabezan las candidaturas presidenciales, mientras que cientos más competirán por cargos públicos a nivel municipal, estatal y nacional. Esta decisión de los partidos del régimen es sin duda, un intento por conquistar el apoyo político del movimiento de mujeres y personas LGBT+, que tiene legitimidad y fuerza a nivel nacional debido a su lucha contra la violencia, por el derecho al aborto legal y contra el conservadurismo de los gobiernos y partidos del régimen, tanto de la derecha como de Morena y la 4T.

Y es que en este sexenio hubo avances importantes en materia de políticas públicas con perspectiva de género, el reconocimiento del derecho a la Educación Sexual Integral (ESI) y leyes contra la violencia de género. Pero estas acciones aún son insuficientes ante los embarazos adolescentes y la violencia sexual a la que estamos expuestas dentro y fuera de las aulas, es por ello que las maestras y trabajadoras de la educación, desde el nivel básico hasta la universidad, junto a nuestros compañeros docentes, seguimos llamando a organizarnos en las escuelas para definir junto a nuestra comunidad escolar y las madres y padres de familia, qué tipo de educación sexual necesitamos y qué medidas son necesarias para prevenir que nos sigan arrebatando a nuestras niñas, adolescentes y a compañeras docentes.

Veamos la docencia a través de los ojos de las maestras

En los últimos meses en la Ciudad de México hubo diversas luchas en el sector educativo, como lo fue la Huelga de 50 días del Sindicato Independiente de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SINTCB), así como los paros magisteriales de educación básica, donde participamos maestras de primarias, preescolar y algunas secundarias protagonizando nutridas movilizaciones, en donde la principal demanda fue el aumento salarial. Sin embargo, hay más demandas que motorizaron nuestro descontento y llevan nuevamente a manifestarse en las calles a miles de maestras y maestros. Pero ¿Qué impide a las y los docentes que se mantenga esa organización?, y principalmente a las maestras ¿Qué las imposibilita a participar constantemente en la organización?

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El magisterio mexicano está mayoritariamente conformado por mujeres: de los 2 millones 10 mil 989 maestros que reporta en Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 69.9% corresponde a plazas de mujeres y 30.1% a plazas ocupadas por hombres; no obstante, la presencia femenina en la docencia es mayor en los niveles iníciales y se reduce en la educación superior. Esta composición también expresa una brecha en los salarios, pues en los niveles con total composición femenina como es preescolar, no se llega a salarios de 16 mil pesos mensuales.

La docencia en México es una profesión mal pagada y los datos de la OCDE nos ayudan a confirmar esta deplorable situación: los docentes mexicanos ganamos 87.5% menos que en los países mejor pagados, como lo son Luxemburgo. ¿Esto es la revalorización del magisterio?

Esta situación ha orillado a que la gran mayoría de los y las docentes tengan un segundo trabajo ya que los salarios y la única forma de sobrevivir, es con otro empleo que no siempre está relacionado con la educación. Esto sumado a que la gran mayoría de docentes son mujeres, que muchas veces tienen otra jornada laboral con las labores de la casa, el cuidado de los hijos, etc. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT), las mujeres mexicanas destinamos 39.7 horas a las labores del hogar, sin recibir un ingreso por dicho trabajo.

Entonces podríamos decir que, algunas maestras a diario tenemos 3 trabajos -dos mal pagados y uno sin paga-. A esta situación se suma la carga de trabajo que genera la labor docente y que se hace fuera del horario laboral, como las planificaciones, la elaboración de material didáctico, así como evaluaciones, actividades para el CTE, platicas con padres de familia, etc.

¿Qué pasó con la dignificación docente en la 4T?

Luego de 40 años de ofensiva neoliberal, la educación pública estuvo fuertemente subordinada a las necesidades del mercado y la ideología empresarial. En los sexenios anteriores, las maestras y maestros sufrimos duros ataques a nuestros derechos y la degradación de las condiciones de trabajo, así como de los contenidos educativos -diseñados para formar mano de obra barata-. Por ello, fuimos protagonistas a lo largo y ancho del país de enormes paros, luchas y movilizaciones en 2013, 2014 y 2016, que pusieron contra las cuerdas a los gobiernos en turno y cuestionaron al charrismo sindical de nuestro sector.

Este hartazgo y descontento hacia los partidos del PRI, PAN y PRD implicó que muchas maestras y maestros, generaran enormes expectativas y otorgarán su confianza y apoyo político a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el MORENA, con la promesa de un cambio radical.

Es innegable que el gobierno de la “Cuarta Transformación”, genera grandes ilusiones s entre sectores de masas y particularmente, dentro del magisterio y trabajadores de la educación que aspiran dejar atrás la política neoliberal en la educación. Y es que la tan anhelada promesa de la dignificación docente estuvo acompañada de la propuesta de una “revolución educativa”, a través de la Nueva Escuela Mexicana (NEM).

Las maestras y maestros que siempre hemos estado comprometidas con nuestros estudiantes, sacamos adelante la educación pública incluso en momentos tan difíciles y críticos como la pandemia y con estrategias poco funcionales como el “Aprende en casa”. Por ello, cuando el presidente nos hizo la promesa de que ningún trabajador o trabajadora iba a ganar menos de 16 mil pesos al mes, hubo un gran júbilo y nuevas expectativas. Sin embargo los meses pasaron y el fin del sexenio llegó, y el tan anhelado y necesario aumento salarial no llegó para la mayoría del magisterio y trabajadores de la educación.

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Lo que si aumentó mucho fue la carga laboral y administrativa, las horas de planeación, el rezago y la deserción escolar, la violencia dentro y fuera de las escuelas, la precarización de la labor docente, la violencia de género y feminicida, los abusos en menores y embarazos adolescente, el autoritarismo en las escuelas y los abusos de los charros que no defienden nuestras demandas. Se trata de una larga lista de problemáticas que hacen a la crisis en el sector educativo, donde los medios de comunicación, autoridades y gobiernos, nos siguen responsabilizando, mientras siguen negándonos el presupuesto necesario para una educación pública y gratuita, acorde a las necesidades de nuestras comunidades escolares.

¡Salgamos a las calles este 8M!

En los brigadeos, movilizaciones y diálogos con las maestras y maestros de nuestras escuelas, hemos visto mucha disposición a organizarse en favor de nuestras demandas, pero hay preocupaciones que se vuelven una traba.

Ante estas problemáticas los y las maestras de la Agrupación Nuestra Clase - Pan y Rosas, vemos la necesidad de conformar Comités de Lucha con nuestras compañeras y compañeros, que sean espacios que nos permitan hablar sobre nuestras problemáticas, integrar nuestro pliego de demandas y exigencias que ayuden a que las maestras podamos tener más tiempo para organizarnos, proponiendo por ejemplo, proponer que nos brinden comedores, lavanderías y guarderías gratuitas y subsidiadas por el Estado.

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Consideramos que hay que mantener el impulso de asambleas en nuestras escuelas, integrando a todas las y los maestros, y sí las autoridades y los representantes sindicales nos niegan ese espacio y las autoridades nos impiden reunirnos en los planteles, podemos proponer intercambios en los CTE o reunirnos cada 15 días o 1 vez al mes en línea o en un espacio público.

Asimismo, vemos necesario coordinarnos escuela por escuela en cada zona operativa para vincular nuestras demandas y unirnos con los demás trabajadores del sector estatal.

Bajo ese espíritu unitario, proponemos que las maestras impulsemos el llamado a marchar este 8 de marzo, contra el genocidio a mujeres, infancias y al conjunto del pueblo de Palestina, repudiando los feminicidios, la violencia, por plenos derechos y demandas de las mujeres trabajadoras, por ESI en todas las escuelas y en defensa de la educación, pública, gratuita y no sexista.

Actualmente, estamos viendo que tener una mujer al frente de la Secretaría de Educación Pública, no necesariamente es una garantía de un cambio sustancial a nuestras condiciones, porque son autoridades que no terminan de resolver las demandas de la educación pública, ni tampoco ha revertido el ataque a nuestros derechos laborales, ni a contrarrestado hasta el final la política pedagógica heredada de los gobiernos abiertamente neoliberales al interior de las aulas.

Así que en el tiempo de las mujeres que promueve la coyuntura electoral, proponemos confiar en nuestras propias fuerzas y con independencia política de los partidos del régimen, sigamos siendo el corazón de la lucha magisterial junto a nuestros compañeros, estudiantes y madres y padres de familia. Te invitamos a marchar con las maestras de Pan y Rosas, este 8 de marzo en la Ciudad de México, nos veremos a las 3:30 pm en la glorieta de las mujeres que luchan. Contáctanos en nuestras redes sociales:

Agrupación Magisterial Nuestra Clase

Pan y Rosas México