Aborto Legal. Estefanía Veloz ¿aborto en casa o aborto legal en el hospital?

El video publicado por la abogada, conductora y feminista, en sus redes sociales, fue motivo de un sinfín de opiniones que la volvió tendencia durante varias horas. En el contenido del vídeo se le ve señalando uno a uno los pasos para interrumpir un embarazo con misoprostol, con la melodía del himno nacional de fondo, la cereza del pastel para que la derecha provida y compañía perdiera la cabeza.

Maravilloso e informativo, gracias @EstefaniaVeloz 💚✨ aquí para quien lo necesite: pic.twitter.com/DSFtLQT5Li

— AM (@ENTROPlA) December 7, 2020

El video fue publicado a propósito de la propuesta del diputado de Nuevo León Carlos Leal quien, de acuerdo a Estefanía, hace unos meses propuso sancionar la difusión de información sobre el aborto. Éste rápidamente se difundió entre la derecha, grupos religiosos y grupos próvida que la tundieron en redes sociales con comentarios negativos y volvieron tendencia el hashtag #EstefaníaAsesina. Nada nuevo.

Los datos de este pequeño “tutorial” se basan en una guía de la Coalición Internacional por la Salud de la Mujer, una organización estadounidense que suele publicar artículos de la OMS. Así Veloz justificó el contenido de su vídeo recordando que el uso de este medicamento, es también recomendado para la interrupción de un embarazo por dicho organismo internacional.

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— Estefanía Veloz (@EstefaniaVeloz) December 7, 2020

Aborto Legal, un tema de salud pública

La realidad es que más allá del alcance que el vídeo de Veloz tuvo, esta especie de tutoriales son comunes entre sectores del feminismo que tratan de "asesorar" a mujeres para realizarse un aborto desde casa, toda vez que este sigue siendo un derecho negado para las mujeres, asegurando que este tipo de prácticas resultan seguras.

Sin embargo, la realidad es que dada la desinformación que existe, la mala calidad de los medicamentos que se distribuyen y sobre todo las diversas reacciones que pueden tener los cuerpos de las mujeres, es una realidad que la información de internet no sólo es insuficiente para realizar un aborto, si no que puede poner en riesgo la vida de las mujeres.

En México el misoprostol es únicamente distribuido con receta médica, y aunque es uno de los mecanismos más comunes en los centros de interrupción legal del embarazo (ILE), la atención y el asesoramiento médico es fundamental para su uso.

En nuestro país, sólo la Ciudad de México y desde 2019 el estado de Oaxaca ha despenalizado la alternativa de las mujeres y personas gestantes a decidir sobre su cuerpo y su maternidad. A pesar de esto, el ILE no es tratado aún como un tema de salud pública, pues son pocas las clínicas que realizan interrupciones de manera gratuita, y en todos los casos, las pacientes son enviadas a casa, sin asistencia médica oportuna, únicamente con una serie de recomendaciones y advertencias, que sugieren que sólo en caso de complicaciones la paciente deberá volver al centro de salud.

En el caso de las clínicas privadas, esta alternativa es la más económica y el procedimiento es prácticamente igual, mientras una interrupción quirúrgica por sedación (un procedimiento de 15 minutos, que no presenta dolor, ni molestias posteriores para la paciente) puede costar por lo menos cuatro mil pesos. Una vez más, decidir sobre nuestros cuerpos y no exponer nuestras vidas, se vuelve un privilegio.

Ni hablar de los 30 estados restantes, en donde todos los abortos son practicados en la clandestinidad, lo cual expone la vida de las mujeres que no tienen recursos para pagar clínicas privadas, y en el peor de los casos puede llevar a la mujer a la cárcel.

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Es por esto que el aborto legal, seguro y gratuito en todo el país es una exigencia vigente, pues aunque muy bien intencionada la información difundida en redes sociales y en muchos casos por redes de apoyo de mujeres, resulta insuficiente para garantizar este derecho a todas las jóvenes, trabajadoras, indígenas y campesinas que desean decidir sobre su maternidad y no tienen acceso a esta información o los medios para realizarlo de manera segura.

Además, estas iniciativas no pueden suplir el papel y la responsabilidad que el Estado tiene sobre la vida y la salud de las mujeres.

Hablar de aborto legal, seguro y gratuito, además de la exigencia de que se legalice en todo el país, implica exigir el incremento al presupuesto de salud para garantizar infraestructura y personal capacitado, que brinde además de atención médica, atención psicológica para quienes lo requieran, así como educación sexual Integral y no heteronormada desde educación básica para que todes les niñes conozcan cabalmente los métodos anticonceptivos que les permita desarrollar su vida sexual de manera libre.

Estefanía ¿socialista?

En reiteradas ocasiones Estefanía Veloz se ha declarado una férrea defensora de la 4T, y tratando de posicionarse como el ala a izquierda de los sectores juveniles que apoyan al nuevo gobierno, esta joven abogada de 26 años, además se ha declarado feminista, demócrata … y socialista, nada más lejos de la realidad.

Como lo hemos dicho en múltiples ocasiones la 4T se suma a la lista de gobiernos que con un discurso “progresista”, se ha colgado de las demandas de las mujeres para ganar influencia y aceptación.

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Sin embargo, de esta misma manera, a AMLO y su gabinete no le ha temblado la mano para hacer alianzas reaccionarias con la derecha recalcitrante y clerical, para ganar popularidad, como lo hizo en 2018 con el PES, permitiendo así que se fortaleciera (por beneficio mutuo) un proyecto político que abiertamente se ha declarado en contra del derecho a decidir de las mujeres y los derechos de la comunidad sexodiversa.

Esto sin mencionar las ocasiones en las que su propia bancada ha votado en contra del derecho al aborto, en congresos locales.

Aunque el proyecto político de AMLO se ha vuelto una “alternativa” para una juventud que se siente cada vez menos representado por los partidos políticos tradicionales, pues se posiciona como lo más a “izquierda”, la conclusión política de la juventud debe ser la necesidad de la independencia política de los partidos del régimen, de los degradados PRI, PAN y PRD, pero también del Morena que se ha construido, en gran parte, a base de los residuos de estos partidos, y que durante estos dos años ha demostrado representar los intereses del empresariado nacional y extranjero.

Quizá si algo habrá que reconocerle a Estefanía, es su oportuna lectura de que los tiempos que corren requieren de un feminismo socialista, pero para hacer esto efectivo hace falta mucho más que una etiqueta al presentarse.

El feminismo socialista, ve en las mujeres trabajadoras y en el potencial de la alianza de éstas con los varones de su clase, la vía para la transformación social. Esto, mediante una revolución obrera y socialista que se apueste a terminar con el sistema capitalista actual y sentar las bases de una sociedad nueva, sin opresión, ni explotación.

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Es decir que el feminismo socialista lucha por la aniquilación del orden existente, la buena intención de reformar al Estado capitalista, sus instituciones y sus partidos políticos, como aspira Veloz a sabiendas de que figuras componen hoy el MORENA, es simplemente feminismo reformista, no importa las etiquetas que use.

El mejor ejemplo que la historia nos ha dado del potencial transformador del socialismo ha sido la Revolución Rusa de 1917, acaecida hace más de 100 años. En ella las mujeres no sólo jugaron un rol protagonista, sino que esta otorgó derechos para nosotras antes que cualquier otra democracia burguesa, como el derecho al aborto garantizado por el Estado de manera gratuita para las mujeres campesinas y trabajadoras. Esa es la perspectiva del feminismo socialista por el que pelea Pan y Rosas.

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