La candidatura de Contracorriente y Pan y Rosas se propone desenmascarar el carácter antidemocrático, patriarcal, capitalista e imperialista de la Universidad Complutense de Madrid, la tercera universidad de Europa.
Viernes 8 de abril de 2022 21:53
El 6 de abril, las agrupaciones juveniles impulsadas por la Corriente Revolucionaria de Trabajadoras y Trabajadores (CRT) junto a independientes, lograron entrar a Junta en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, y a Junta y Claustro en la Facultad de Filología, con una candidatura antiimperialista, feminista, por la autoorganización estudiantil, antiburocrática y junto a la clase trabajadora.
No solo son unos buenos resultados en las primeras elecciones estudiantiles en las que participan las dos agrupaciones, sino una gran noticia para el movimiento estudiantil combativo.
En Junta de Facultad y Claustro, esos escaños se proponen ser una posición de combate y denuncia política al servicio del movimiento estudiantil. Desde las agrupaciones de Contracorriente y Pan y Rosas expresaron que "somos conscientes de que realmente no se puede cambiar nada desde dentro de esta institución antidemocrática. De hecho, la representación estudiantil no sirve de nada puesto que las decisiones realmente importantes y que afectan a les alumnes se toman en los Consejos Sociales y Consejo de Gobierno formados por grandes empresas y casta universitaria". En el caso de la Complutense, esos consejos están formados por representantes de El Corte Inglés, la COPE, Repsol, Telefónica, o la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
"Además -afirmaron- en Junta y Claustro los estudiantes tan solo podemos ocupar un 25% de los escaños, estando totalmente infrarrepresentados. Por ley, más del 51% del hemiciclo lo ocupan docentes fijos y catedráticos. Cada voto de esta casta endogámica y patriarcal amiga de las empresas vale más de 30 veces el voto de une alumne".
Conscientes de esto, afirmaron que su objetivo es utilizar los órganos como un altavoz para sus ideas revolucionarias, con el pie puesto en las calles y no en los despachos, "para que nuestro escaño sirva para formar un movimiento estudiantil fuerte y anticapitalista".
En las elecciones a Junta en el campus de Somosaguas, un centenar de estudiantes mostraron su apoyo a estas ideas en estas elecciones. "Es un gran resultado y seguiremos avanzando. Solo la lucha de les estudiantes, junto a la clase trabajadora, puede conquistar la universidad que queremos", dijeron desde las agrupaciones.
Esto es importante para entender las candidaturas y su programa. Ninguna voluntad de gestionar esta institución, y sí el objetivo de desenmascarar ante les estudiantes su carácter antidemocrático, patriarcal, capitalista e imperialista (ante la Guerra en Ucrania hay que destacar que la UCM es una de las universidades del Estado español con más acuerdos con el Ministerio de Defensa y la industria militar). Al contrario que otras asociaciones cuyo objetivo es llegar a los órganos de gobierno universitario para legitimarlos asumiendo un rol administrativo de una institución capitalista y patriarcal, manejar las migajas que dejan los catedráticos o, lo que es peor, tomarlo como entrenamiento para hacer carrera política y engrosar su currículum universitario; Pan y Rosas y Contracorriente se presentaron con una idea clara sobre el funcionamiento de estos órganos y con el objetivo de salirse de las normas del juego.
Con estas ideas impulsaron la campaña en Ciudad Universitaria, en la Facultad de Derecho, en la Facultad de Filosofía, y en la Facultad de Filología. Asimismo, en Somosaguas se presentaron en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología.
En éste ultimo campus, hace poco más de una semana, los estudiantes organizados en asamblea lograron impedir una provocadora charla del partido ultraderechista VOX en la facultad. Gracias a la unidad estudiantil a través de la Asamblea de Somosaguas salió adelante una confrontación en bloque y masiva que hiciera de cortafuegos físico ante la entrada de los ultraderechistas y que dejó en claro que las estudiantes se oponían al discurso de odio, machismo, lgtbifobia y clasismo que tenían intención de exponer en la universidad.
En Filología ganaron con creces, siendo la primera fuerza de la facultad. La candidata entró en Junta y Claustro, mientras en políticas sacaron un 12% de los votos totales y consiguieron un asiente en Junta.
En todas las facultades en las que se presentaron lograron muy buenos resultados en lo que fueron las primeras elecciones a las que se presentaron en la UCM, con apenas un año y medio de presencia en esta universidad.
Según Pan y Rosas y Contracorriente, su reconocimiento como agrupaciones combativas en la lucha política tiene que ver con "las importantes luchas que hemos dado en este tiempo contra las Leyes Castells (LOSU y LCU) del Gobierno del PSOE y UP, nuestra cobertura de la Huelga del Metal en Cádiz enviando a nuestros compañeros, nuestro apoyo a las compañeras obreras en huelgas como la de Marktel y por la readmisión de los sindicalistas que luchan, nuestro cortejo de más de 400 personas bajo la bandera del feminismo antiimperialista y contra la guerra en el 8M, las discusiones ideológicas a través de las Cátedras Libres Karl Marx, nuestra lucha contra la Guerra en Ucrania, etc".
A partir de esta victoria, queda avanzar y construir un movimiento estudiantil combativo que se una a la clase trabajadora para frenar a la extrema derecha, al mismo tiempo que combata las medidas neoliberales de los “progresistas” del Gobierno, que intenta reprimirlos con las leyes Castells o con recortes en la educación pública, mientras profundiza su giro militarista.
"Continuamos nuestra lucha, que no quiere limitarse al activismo estudiantil, sino que busca acabar con toda forma de explotación y opresión. Queremos ser una minoría en un movimiento estudiantil de miles de estudiantes que pelean por la revolución y, por tanto, por la confluencia con la clase trabajadora. Nuestras prometedoras primeras elecciones nos sitúan más cerca de este objetivo. ¡Paso a nuestras candidatas revolucionarias!"