De acuerdo a los estudios realizados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), pese al crecimiento resaltado por distintos analistas nacionales durante lo que ha sido, y seguirá siendo el 2021, nuestro país sufrirá una caída significativa en el 2022, a cifras similares a las que acontecieron antes de la pandemia del Covid-19.
Miércoles 1ro de septiembre de 2021
Ya comienzan a colocarse los primeros paños fríos respecto al crecimiento económico, el cual se ha transformado en un caballito de batalla del gobierno de Sebastián Piñera, luego de la enorme crisis económica y sanitaria producto de la pandemia, con el hundimiento de los partidos tradicionales del régimen de los 30 años, y con una Convención Constitucional a cuestas.
De acuerdo a los estudios realizados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), pese al crecimiento resaltado por distintos analistas nacionales durante lo que ha sido, y seguirá siendo el 2021, nuestro país sufrirá una caída significativa en el 2022, a cifras similares a las que acontecieron antes de la pandemia del Covid-19. Una tendencia que también será compartida por prácticamente Latinoamérica en su conjunto.
“Más allá del crecimiento de este año, la región tiene que revertir la dinámica de bajo crecimiento que ya traíamos desde antes de la pandemia”, refirió la secretaria general de la CEPAL, quien destaco que el nivel de crecimiento vivido en América Latina, era de alrededor del 0,3%, entre el 2016, y el 2019, un ritmo menor incluso durante la Gran Recesión, o la Primera Guerra Mundial, según lo signado por El Mercurio.
En lo que refiere a la recuperación a nivel nacional, al igual que distintos analistas coloca hincapié, en el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y el retiro de los ahorros previsionales, que para ella “ha jugado un rol importantísimo”. Una cuestión que se explica totalmente, ya que la reactivación económica se ha generado en gran parte, por la utilización de los fondos del propio pueblo trabajador, para capear la crisis a la que nos enfrentamos. Respecto a esto, de acuerdo a El Mercurio, señala que los ahorros previsionales han implicado una inyección de US$50.000 millones, es decir un 20% del PIB, y que se ha destinado principalmente “al consumo, pago de deudas, mantenciones, cuentas corrientes de ahorro”, agregando que “la dinámica del consumo y de la inversión personal se podría mantener incluso hasta 2022″.
La burbuja en la que vive el gobierno y la derecha vs la realidad del pueblo trabajador
No cabe duda que la disminución en la taza de contagios producto del Covid-19, ha sido un enorme salvavidas para el gobierno de Sebastián Piñera. Y si bien, hoy la discusión sobre el cuarto retiro de las AFP, la Convención Constitucional, y las próximas elecciones se han vuelto un terreno espinoso sobre el cual caminar, el crecimiento económico ha sido un elemento que el gobierno a buscado resaltar una y otra vez.
Sin embargo detrás de todo este espejismo de progreso que intenta instalar el gobierno, la situación que se vive nacionalmente sigue siendo tremendamente cruda, con una baja en la tasa de desempleo, pero que se mantiene cerca del 9% respecto a los meses de abril-mayo-julio. Ha sido evidente el enorme impacto que han significado los retiros de los fondos de pensiones, y por más que el gobierno se ha mostrado permanente reacio a esta clase de medidas, les ha jugado a favor, aunque las aseguradoras hayan comenzado a colocar el grito en el cielo.
Es la realidad el pueblo trabajador, que no cabe en la burbuja idílica del gobierno, que no es más que una pantalla para seguir perpetuando el modelo de explotación y precarización que se vive diariamente, con leyes a la medida de los grandes empresarios y la casta enquistada en el parlamento, con una Convención Constitucional que ha mostrado replicar los mismos vicios de los partidos de los 30 años.
Es por eso que frente a las actuales y venideras batallas, resulta fundamental la auto-organización de la clase trabajadora, juntos a los distintos sectores en lucha, retomando el camino de la movilización, el que ha mostrado ser el único método para dejar en jaque al gobierno, y conquistar nuestras demandas.
