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Red Internacional
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CASO ANTONIA. Fallo de Pradenas: Justicia patriarcal y de clase mostrando la herencia Pinochetista

Durante la reciente jornada del pasado Miércoles el conjunto del régimen político estaba preparado para entregar una concesión importante por medio del Congreso, en la discusión del Senado con respecto al retiro del 10% de los fondos de pensiones y así mantener la “tranquilidad”, esto no se cumplió debido a que otro poder del Estado, el judicial, mostrando su cara conservadora, patriarcal y de clase, luego del fallo de Pradenas en el caso de Antonia Barra y la denuncia de otras 5 mujeres, por violación y abuso sexual respectivamente.

Jueves 23 de julio de 2020

Durante los días Martes y Miércoles de esta semana, vimos en vivo y en directo cómo actúa un sistema judicial patriarcal que culpabiliza a las víctimas y naturaliza las agresiones sexuales, la violencia hacia las mujeres y los femicidios. El juez Federico Gutiérrez fue el encargado de presidir la audiencia de formalización contra Martín Pradenas, que se extendió durante estos dos días. Este hecho político que ya se convirtió en un hecho nacional se encuentra enmarcado, en el debate que se estaba gestando al interior del Congreso, donde Senadores y Senadoras discutían la aprobación del retiro del 10% de los fondos de pensiones, que se ha encontrado sobre la palestra, estas últimas semanas, en medio de la pandemia del coronavirus, el régimen político contrario al Gobierno y propinándole una derrota política, estaba preparando una concesión para oxigenar un régimen político en crisis, para evitar mayores movilizaciones a las que ya venían sucediendo la semana pasada tanto por el retiro del 10%, como por las condiciones de los presos políticos mapuche, más precisamente la situación de huelga de hambre del Machi Celestino, en medio de la exigencia de su liberación, pero fue otro poder del Estado, el conservador, patriarcal, racista y basado en privilegios hacia la clase de los empresarios, el sistema Judicial que mostró su verdadera cara en el fallo de Martín Pradenas, que demostró que quién tiene la plata e influencias, puede comprar esta justicia basada en falsos principios “igualitarios”.

Justicia patriarcal y de clase: Otra herencia del Pinochetismo.

Un juez conservador, machista y fiel representante del patriarcado en un sistema Judicial que perpetúa esta lógica y se encuentra encargado de sostener un sistema social en base a la opresión y la explotación, puede decidir cuál monarca de qué manera se abordarán las denuncias, fallos y sentencias con respecto a los casos de violencia machista, abusos sexuales y violaciones. El cuestionamiento a la justicia patriarcal apunta contra una institución reaccionaria avalada por este régimen político que hoy mantiene a más de 2000 presas y presos políticos desde la revuelta, muchos de ellos “por desórdenes”, conocido es el caso del Profesor Roberto Campos, quien por romper un torniquete en el metro se mantuvo durante un poco más de 3 meses en prisión preventiva, o el caso de la Machi Francisca Linconao, procesada por la ley antiterrorista durante el año 2016, por los mismos tribunales de la Región de la Araucanía, una de las regiones más pobres del país, pero también la más reaccionaria, donde los latifundistas junto con las forestales además de robar las tierras ancestrales al pueblo mapuche, busca perseguirles y criminalizarles constantemente, incluso por vender hortalizas en el centro de la ciudad de Temuco, negandoles incluso el derecho a poder subsistir, donde tanto Carabineros como los comandos especiales de Fuerzas Especiales junto a los tribunales de justicia, constantemente dejan ver su carácter racista y en beneficio de los empresarios locales. Justicia que en este caso, defiende al agresor, pese a quedar de manifiesto que la familia de Pradenas buscó desarrollar testimonios falsos contra Antonia, que “justificasen” la agresión, además de la destrucción del celular de este, para así desaparecer los mensajes de amenazas y hostigamiento de Pradenas.

¿Pero puede surgir desde esta justicia una solución a la violencia contra las mujeres, los abusos y las violaciones?

Una de las tareas del feminismo ha sido desnudar que la opresión de las mujeres consiste, precisamente, en la naturalización de una subordinación sexual o de género, que transcurre en el ámbito de la vida privada de las personas. Más precisamente, que la opresión de las mujeres consiste en la jerarquización de la diferencia entre sexos o géneros. En el acto de exigir el reconocimiento de estas formas de violencia por parte del sistema penal burgués, se obtuvo otro resultado al que se buscaba conseguir, por medio de esta justicia, dirigida por las clases dominantes. Porque, aunque se consiguió poder tipificar estas conductas como delitos siendo así visibilizados los padecimientos de miles de mujeres, el sistema penal funciona mediante la atribución de responsabilidades individuales en la causación de daños.

Tal como señala Andrea D’ Atri en Patriarcado, Crimen y Castigo: "Judicializar la opresión patriarcal restringe su definición, limitando los alcances de la punición a una serie de conductas tipificadas de las que solo pueden ser responsables algunos individuos, de manera aislada. Desde aquí que poner fin a la violencia no puede ser el producto de algunas reformas legales, más algo de asistencia y una pizca de psicoterapia, sino de un cambio de raíz en las relaciones de poder patriarcales. Es decir se relaciona con un problema de clase."

Esta pelea debe ser de conjunto contra el sistema patriarcal y capitalista.

El acompañar el legítimo reclamo de justicia para las víctimas de femicidios, o agresiones de carácter sexual, al igual que exigir al Estado el cumplimiento de políticas de atención integral a las víctimas de violencia antes de que se transformen en víctimas fatales, al igual que denunciar constantemente la revictimización provocada por los propios agentes del Estado al momento de dar testimonios o en el curso de las investigaciones, al igual que continuar exigiendo la legislación de derechos de carácter fundamental de los que aún somos privadas millones de mujeres en estas democracias capitalistas, son una lucha legítima por mejorarla vida de millones de mujeres. Pero debemos ser conscientes que ver esos aspectos como el objetivo único y final de la lucha, contra la opresión y la violencia machista ha conducido a la situación actual, donde la violencia patriarcal sólo se recrudece y adquiere nuevas formas moldeadas y avaladas por el capitalismo.

Una perspectiva que nos abre la respuesta del movimiento de mujeres, con masivas movilizaciones en la ciudad de Temuco y tantas otras en diferentes ciudades de nuestro país, denunciando el carácter de esta justicia para ricos y enemiga de las mujeres, frente al caso #JusticiaParaAntonia, es no sólo quedarnos en el marco judicial, sino que abre la necesidad de enfrentar al sistema patriarcal y quienes lo sostienen, esta debe ser una perspectiva que el movimiento de mujeres debe tomar en sus manos, para que el #NiUnaMenos y el #VivasNosQueremos, deje de ser sólo una reivindicación legítima y necesaria, para también convertirse en una realidad, es que debemos pelear contra el patriarcado y capital, para de una vez por todas terminar con esta alianza criminal.