Conversamos con Fernando Colina, referente de salud mental en el Estado español y en diferentes países de Latinoamérica, a propósito de la reforma psiquiátrica española de la cual fue partícipe. El contexto histórico en el que se desarrolló y la contrarreforma posterior. Las tareas para la actualidad y un modelo centrado en la comunidad: “trabajo en la comunidad y con la comunidad”, en contraposición al giro positivista centrado en la medicalización y hospitalocentrico con una fuerte injerencia de la industria farmacéutica.
Lunes 14 de febrero de 2022 11:00
Entrevista al psiquiatra español Fernando Colina - YouTube
El referente de salud mental Fernando Colina conversó con trabajadoras de la salud y se refirió a la experiencia de reforma psiquiátrica que se desarrolló en el Estado español. Profundizaron acerca los paralelismos entre la reforma psiquiátrica española y la situación de Argentina con respecto a la ley de salud mental.
En Argentina, en el 2010 se sancionó la Ley Nacional de Salud Mental 26.657, progresiva respecto a un enfoque de Derechos Humanos y con una perspectiva desmanicomializadora. Pero tenía un plazo para el cierre de los hospitales manicomiales y sustitución por dispositivos alternativos que ha vencido. Uno de los límites principales para su plena implementación es la falta del presupuesto asignado, cuestión que se agudiza, con el ajuste del presupuesto para salud 2022, a medida del FMI.
En la conversación, Colina desarrolla la necesidad de avanzar sobre una clínica sin diagnósticos, manifestando que los mismos “son un obstáculo para la comprensión de la persona, es una etiqueta que borra al sujeto”, planteando excluir la psicosis de los manuales diagnósticos.
También hace una crítica a la psicoeducación, que no tiene como objetivo “hablar de que sufrimiento tienes, como te las arreglas con ese sufrimiento y hasta qué punto colaboras en tu propio malestar”, sino que apunta a convencer a la persona sobre que diagnostico tiene, para que esto sea su carta de presentación y tenga un tratamiento continuado.
Desde una perspectiva disruptiva, Colina propone hacer una “psiquiatría crítica”, como forma de sostener la profesión y el trabajo, frente a los reduccionismos biologicistas que la hunden.