Francisco Sagasti representa a los grandes empresarios que explotan a los trabajadores y saquean el país. Con su elección a la presidencia los grupos de poder buscan parar las movilizaciones y oxigenar el régimen político sostenido en la Constitución Fujimorista del 93. Publicamos una Declaración Política de la Corriente Socialista de las y los Trabajadores de Perú.
Miércoles 18 de noviembre de 2020 00:24
El nuevo Gobierno encabezado por Sagasti expresa la concertación entre la mayoría de los grupos políticos que representan a las diversas facciones burguesas que desde buen tiempo atrás se enfrentan por el control de los poderes del estado.
La principal motivación que ha llevado a estos sectores a unificarse en torno a la figura de Sagasti, es el temor a que las movilizaciones que se iniciaron con el cuestionamiento a Manuel Merino alcancen dimensiones mayores y comprometan la participación de la clase trabajadora, que es la más afectada en lo que va de la pandemia, por las políticas de ajuste implementadas por Vizcarra para salvaguardar los intereses de los empresarios.
Por esa razón, y como dicen los jóvenes y trabajadores que siguen movilizándose: el gobierno de Francisco Sagasti no nos representa, como tampoco nos representaron los gobiernos de Manuel Merino y Martin Vizcarra. En ese entender, no le damos la más mínima confianza y llamamos a los trabajadores, a la juventud y a los sectores populares a persistir en su lucha.
Así mismo, desde la Corriente Socialista de las y los Trabajadores CST, llamamos a exigir a la CGTP y demás organizaciones sindicales y populares a darle continuidad a la lucha iniciada por la juventud, para lo cual es importante que convoquen a la movilización de los trabajadores y a la huelga general para expulsar a esa casta corrupta y profundamente antidemocrática y antipopular, porque lo que está en juego es imponer, desde abajo, un proceso constituyente no a la medida de las castas parasitarias que pugnan el control del Estado, sino un proceso constituyente libre y soberano para acabar con la reaccionaria Constitución de 1993 y con el actual régimen político.
En esta pelea, la juventud tiene un gran puesto de combate como lo viene mostrando en las calles durante los últimos días. Ante la brutalidad policial, que costo las vidas de Inti Sotelo y Jack Bryan Pintado, es urgente impulsar la organización de la autodefensa y exigir castigo inmediato a los responsables materiales y políticos de estas muertes, así como, el respeto al derecho a la protesta y a las libertades democráticas.
Para continuar con la lucha, hay que impulsar todas las formas de auto organización de los trabajadores y el pueblo, basadas en la más amplia y profunda democracia de los que luchan, para impedir que todos los esfuerzos por tirar abajo esta constitución fujimorista sean nuevamente traicionados y negociados por quienes hoy se quieren montar en la bronca social, como sucedió con la marcha de los 4 Suyos que expulsó a Fujimori pero que abrió el camino a Toledo y a los que vinieron después de él como Alan García, Ollanta Humala, PPK y Vizcarra, todos ellos al servicio del capital y de la corrupción promovida por los empresarios.
Para que esto no se repita, la juventud movilizada junto a los trabajadores y el pueblo deben forjar hoy una salida distinta y al servicio de las grandes mayorías trabajadoras. Que la energía de los jóvenes no sea en vano. La lucha es ahora, no podemos esperar hasta las elecciones del 2021 como nos pretende hacer creer la izquierda reformista, ya que la burguesía no esperara para continuar con sus planes de ajuste contra el pueblo trabajador.