En medio de la importante crisis que atraviesa el Frente Amplio, tanto Boric como Jackson hicieron pública hoy la posibilidad de realizar una alianza con el Partido Comunista. Esto tras el fracaso rotundo de la estrategia de la "unidad de toda la oposición", que en los hechos terminó oxigenando al gobierno criminal de Piñera.
Miércoles 9 de diciembre de 2020
"Hay que tomar decisiones (...) es un momento complicado, pero no creo que terminal", expresa Giorgio Jackson a La Tercer tras ser consultado por la crisis que atraviesa la coalición y su propio partido (RD) tras la renuncia de Natalia Castillo y Pablo Vidal.
Sobre la tesis de unidad con la vieja Concertación, Jackson indicó que "si el PS le sigue la corriente a la DC, que es un poco lo que está pasando hasta ahora, a nosotros nos toca tomar una decisión, y es una decisión subóptima, sin duda no es la óptima, y que no es lo que como partido hubiésemos querido hacer".
Boric, por su parte, también apuntó sus dardos hacia la DC como un estorbo para la anhelada "unidad": "lo que dice Giorgio y comparto es que lo ideal y el escenario por el que muchos trabajamos durante harto tiempo, es la mayor unidad posible de todas las fuerzas opositoras. Sin embargo, es imposible no por voluntad nuestra, sino porque la DC se negó al día siguiente del Plebiscito".
"Las bases de nuestros partidos y al FA en general, le parece mucho más natural tener un acuerdo de cara a la constituyente con el PC, los movimientos sociales y dirigentes que han sido críticos de la administración de los últimos 30 años del modelo en Chile", añadió el diputado de Convergencia Social y rostro del acuerdo del 15 de noviembre que salvó al gobierno de Piñera.
Para los diputados del FA, el problema central que le pone tope a su sueño de la "unidad de todas la centroizquierda" vendría siendo la DC, esto debido al ánimo de rearticular el viejo pacto concertacionista sin "espantar" a la derecha, consolidando así a esa fuerza de centro que logre llegar a acuerdos con todas las fuerzas políticas y "mantener el orden".
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Sin embargo, para Natalia Castillo, quien renunció hace algunos días a Revolución Democrática, el problema es la "izquierdización" de los partidos del Frente Amplio y la poca iniciativa para buscar mayorías hacia la nueva Constitución: "No estamos en cualquier momento de la historia, estamos en un momento donde es urgente generar las mayorías y es urgente que en la amplitud de visiones de centroizquierda logremos ponernos de acuerdo para tener una nueva Constitución", expresa la ex RD, quien insiste en la clave de unificar a la centro izquierda, pese a la impotencia de esta fórmula.
A pesar de estas opiniones aparentemente divididas, lo "óptimo" para Jackson sería que toda la oposición se unifique, pero diversos factores impiden esta unidad, lo que "obligaría" al Frente Amplio a tomar esta decisión de aliarse con el Partido Comunista y generar un polo que sostenga por izquierda al régimen político.
Como ya señalamos anteriormente, el Partido Comunista se prepara para una apuesta electoral de un “frente anti-neoliberal” con el FA y movimientos sociales, que auguran les dará más peso político en las instituciones del Estado capitalizando a una nueva base electoral nacida de la energía liberada por la rebelión y que puede reconfigurar el mapa político en las próximas elecciones.
A pesar de dejar "sin margen" a los sectores más ligados a la Concertación dentro del FA, en su misma coalición se encuentran figuras como Atria (ex PS), que al ver hundiéndose el barco de la centroizquierda moderada, decidieron sumar fuerzas a la centroizquierda "renovada", por lo que el quiebre con los partidos de los 30 años no es algo que está dado, y tampoco se dará., pues el mismo Jackson dijo que para que esta configuración política tenga la posibilidad de convertirse en gobierno, debe estar unida al pacto concertacionista.
En ese marco, el análisis del FA donde acepta que el eje político se está corriendo a la izquierda, apuesta a una tesis de unidad con el PC para recubrir su rol en el rescate a Piñera con el acuerdo del 15 de noviembre y posterior proceso en el que de forma consciente decidieron poner todos sus esfuerzos en sacar a la gente de las calles, con la reposición del sueño de un bloque de izquierda que de respuesta a la necesidad de grandes transformaciones, transformaciones que aun así deberán ser razonables para la vieja Concertación, claro está.
Aun nada es oficial ni está definido, pero por otro lado, está planteado el desafío de levantar una nueva fuerza política que no esté dispuesta a transar ni un centímetro las demandas que motorizaron la rebelión de octubre, que esté en pie de lucha contra cada uno de los vetos y restricciones de participación en este proceso constituyente, que lleve hasta el final la lucha contra la represión, la disolución de la policía y la libertad de las y los presos políticos, entre otras reivindicaciones que los viejos partidos de los 30 años quieren derechamente vetar.
Esta es la alternativa que proponemos desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios, por lo que estamos levantando candidaturas obreras y socialistas al proceso constituyente con estas ideas y la propuesta de desplegar toda la fuerza de las y los trabajadores, las mujeres y la juventud para enterrar para siempre a este régimen de los 30 años heredado del pinochetismo.
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Javier Ilabaca
Estudiante de Periodismo, Universidad Central de Chile