El pasado 4 de julio se cumplieron 108 años del natalicio de Frida Kahlo y el día 13 se conmemoran 61 años de la muerte de la pintora.
Martes 14 de julio de 2015
Autorretrato con collar de espinas (1940)
La figura de Frida Kahlo es hoy mundialmente reconocida como una de las mayores exponentes del arte pictórico de México. Su obra le valió el reconocimiento de figuras como André Breton, Pablo Picasso y el muralista Diego Rivera, esposo de la pintora, quien afirmaba ser su más grande admirador.
Narrar la obra de Frida Kahlo no puede ir desvinculado de su vida signada por la tragedia. Su infancia marcada por la poliomielitis que le atacó a la edad de 6 años, le dejó como consecuencia la pierna derecha más corta y delgada que la otra.
Más tarde, durante la adolescencia, un fatídico accidente del tranvía en el que se dirigía a casa, la postraría en cama durante varios meses, provocando fracturas en su columna, condenándola al uso de corsés por el resto de su vida, y lesionando su matriz, lo que años más tarde le ocasionaría varios abortos y la imposibilidad de tener hijos.
Esta situación la llevó a encontrar en la pintura su punto de fuga. En esos meses de inmovilidad luego del choque es que descubrió la pasión que la acompañaría, al igual que los estragos del accidente, hasta su muerte.
Kahlo se desenvolvió en el México convulso de los años posrevolucionarios, cuando la influencia de la revolución rusa que permeaba la formación política de las nuevas generaciones, estaba presente también en la intervención política de los artistas.
Años más tarde, conoció a Julio Antonio Mella joven revolucionario, fundador del PCC (Partido Comunista Cubano) y exiliado en México desde 1926, y a su esposa la fotógrafa italiana Tina Modotti. Una de sus amigas más cercanas fue la también fotógrafa Lola Álvarez Bravo. En medio de este circulo fue que conoció al muralista Diego Rivera, que en 1929 se convertiría en su esposo y que sin duda redireccionaría el camino artístico y político de Frida.
La más mexicana de las mexicanas
Así se refiere Hayden Herrera, quizá la biógrafa más importante de la pintora, sobre Frida. La figura de Kahlo se dibuja hoy como una de los más importantes iconos de una nueva generación de mujeres que reivindican la revaloración estética y la apropiación de sus cuerpos. Desde su vestimenta y su peinado característicos, que complementaban el porte de Kahlo, hasta su uniceja que iba contra los cánones de belleza, ella entera pasaba por encima de toda normatividad contemporánea, Frida fue incisiva y transgresora.
Desde muy corta edad la deformidad de su pierna le obligó a usar indumentaria un tanto masculina, así como vestidos holgados adornados con encajes. En 1922, ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria, en un tiempo en el que las mujeres no tenían oportunidades iguales que los varones. Ella era una de las apenas 35 mujeres de entre 2 mil estudiantes.
Frida fue una mujer de estatura baja, delegada, que a lado de la figura de Rivera, lucía aún más delicada, es por eso que a la pareja se le conoció como la unión entre una paloma y un elefante. Mucho se ha dicho ya sobre la vida intima de Rivera y Kahlo, aludiendo a las múltiples infidelidades del muralista o los amoríos que la pintora tuviera no solo con hombres, sino también con mujeres.
Sin embargo, ese hecho tratado casi siempre con morbo, nos habla sobre la búsqueda continua que Frida emprendió en cada aspecto de su vida. Cuando se habla de ella no se puede hablar de la ’esposa abnegada’ a secas, sino de la mujer libre, amante y rebelde que exploró ese cuerpo amorfo y se apropió de la sexualidad aún contra la heteronormatividad, y contra los deseos del propio Rivera, quien siempre dijo preferir las aventuras de la pintora con mujeres, sobre los varones.
Sobre su obra y su participación política
Si irrumpió en cada aspecto en el que tuvo oportunidad, no tendría que haber sido menos con su obra. Como ya mencionamos, Diego Rivera fue el mayor admirador de sus pinturas, capaces de expresar el dolor que según cuentan conocidos y biógrafos, escondía tras una figura inquebrantable y de estruendosas carcajadas que dejaba escapar a la mínima incitación.
Frida supo utilizar la pintura de forma autobiográfica, expresar a través del autorretrato y con el uso de símbolos manifestaba su dolor por los estragos físicos, y el dolor emocional que le provocaban sus propias experiencias.
Revivió momentos que van desde la infancia, como lo expresan pinturas como Mi Nodriza y yo (1937), hasta contarnos historias de su adultez. En Unos Cuantos Piquetitos (1935), se mezcla el sentir de la pintora ante el amorío de Rivera Diego con su hermana Carmen Kahlo, y una noticia de la prensa donde el asesino de su pareja, una joven apuñalada en repetidas ocasiones ’por celos’, declaró al ser interrogado tras el asesinato: ’pero si sólo fueron unos cuantos piquetitos’.
Influenciada por la participación política de su marido, quien desde finales de los 20’s había sido expulsado del PCM por su afinidad con la Oposición de Izquierda, en 1937 fue junto a su marido la anfitriona de la última morada del revolucionario León Trotsky.
Durante esta temporada Trotsky, Rivera y Breton confluyeron en territorio mexicano. Bretón se declaró inmediatamente admirador del trabajo de la pintora, afirmando que sin duda su obra pertenecía a la corriente surrealista. Sin embargo, Frida nunca se adscribió a dicha vanguardia argumentando que ella no pintaba sus sueños, sino su realidad.
Ella no signó el Manifiesto por arte revolucionario independiente que propuso Trotsky a Breton y a los surrealistas y se mantuvo ajena a la Federación Internacional de Artistas Revolucionarios Independientes. Cuando León Trotsky es asesinado en México en agosto de 1940 Frida Kahlo se conmociona.
En 1938 tuvo su primera exposición artística en Nueva York, organizada por Julien Levy, y otra apenas un año más tarde en Francia, donde el anfitrión fue nada menos que el artista Marcel Duchamp, quien vale la pena mencionar, también se declaró admirador del trabajo de la pintora.
En 1943 la Secretaría de Educación Publica aprobó la creación de una escuela de artes, es así que Frida Kahlo, comenzó a dar clases en La Escuela de Artes La Esmeralda. Fue parte así a la primera generación de maestros a lado de Diego Rivera, Agustín Lazo, María Izquierdo, y otros.
En 1948 Frida regresó a militar al Partido Comunista de México de tradición estalinista. Esta decisión, motivo de debate, es probablemente por el miedo a las acciones que emprendía el Partido a los que estuvieron cercanos a Trotsky a la Oposición de Izquierda.
Frida fue sometida a lo largo de su vida a 34 operaciones. En 1950 fue hospitalizada durante un año. En 1953, se detectó inicios de gangrena en la pierna derecha por lo que se le debía amputar, tras esto su desanimo llegó al punto de intentar el suicidio en repetidas ocasiones. Aún con esto, en este mismo año, se le vio en silla de ruedas a lado de su amado Diego y del pintor y arquitecto Juan O’Gorman en una manifestación en contra del golpe de estado estadounidense en Guatemala.
Frida, la artista que supo plasmar su sufrimiento en sus pinturas, alcanzando el reconocimiento y el respeto de sus contemporáneos, murió en la Ciudad de México, misma que la vio nacer el 13 de julio de 1954. Más tarde se convertiría en un icono de la rebeldía...
Mariel Ochoa
Estudiante de la FCPyS