López Obrador defiende que la Guardia Nacional sea de mando militar. Pide al gobierno estadounidense dialogar ante el problema de la exportación de aguacates.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Lunes 24 de junio
Este lunes 24 de junio, el levantamiento de sanciones en contra del aguacate producido en Michoacán, tras el freno de las exportaciones ante agresiones contra inspectores del Departamento de Agricultura estadounidense fue uno de los primeros temas de la conferencia impartida desde la Guardia Nacional.
Al respecto, el presidente declaró “Le pedimos al gobierno de Estados Unidos primero que no actuaran de manera unilateral, llevamos muy buenas relaciones, estamos trabajando de manera conjunta y no es ese el modito, para qué tanta prepotencia, para qué tanto hacerse sentir, si podíamos hablar y evitar que detuvieran la exportación”.
A su vez, el mandatario afirmó que “ya se está normalizando” la exportación de aguacate y mango, luego de casi siete días de que fuera interrumpida. De acuerdo con López Obrador, esto fue porque en una toma carretera se les impidió el paso a los inspectores y que ahí se “hicieron de palabras”, razón por el cual la Embajada de Estados Unidos tomó la decisión de suspender las actividades.
De acuerdo con la agencia Reuters, un vocero del gobierno de Michoacán les informó que inspectores del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) durante un recorrido se cruzaron con una protesta en el municipio de Paracho, en apoyo a un grupo de policías de la Guardia Civil que se manifestaron y que en esa oportunidad se dio un incidente.
Lo cierto es que la relación entre México y Estados Unidos sobre los aguacates es un foco de tensión, aún con la vigencia del T-MEC (versión modernizada del TLCAN, con cuya firma se dio paso gradualmente a la exportación de esta fruta al gigante del norte). Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones mexicanas de aguacate, pero durante la presidencia de Trump, por ejemplo, éste amenazó con imponer un arancel para financiar el muro en la frontera, por ejemplo.
A su vez, los productores estadounidenses también coadyuvan a esta tensión. La Comisión de Aguacates de California (CAC) en distintas oportunidades alegó riesgos fitosanitarios para frenar las exportaciones, para así desplazar del mercado a la producción mexicana.
Por otro lado, el problema de la violencia que existe en México -alentada por la militarización ordenada desde Washington y por los vínculos entre altos funcionarios civiles y militares con el crimen organizado de un lado y otro de la frontera y que tan nefastas consecuencias traen para la clase trabajadoras y los sectores populares- es un factor que complejiza las relaciones comerciales en el marco del T-MEC.
Reforma judicial
Otro tema sobre el cual hay controversia es la reforma judicial. Al respecto, una de las últimas voces del imperialismo estadounidense que se alzan para influenciar en México y frenar cualquier medida que intente recortar aunque sea mínimamente los privilegios de las trasnacionales, fue la de Mike Pompeo, ex secretario de Estado durante la administración Trump, quien viene ganando ascendencia en el partido republicano de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de este año en Estados Unidos.
Pompeo, en un artículo publicado en The Wall Street Journal el 20 de junio pasado, sostuvo que la reforma al poder judicial “alterará la relación con Estados Unidos” y que “sólo se beneficiarán los cárteles que introducen veneno en ambas naciones”.
Ante esto, en la conferencia de prensa matutina de este lunes, el presidente Andrés Manuel cuestionó que exfuncionarios y organizaciones de Estados Unidos se posicionen sobre la reforma al Poder Judicial, señaló que “están acostumbrados a meter las narices en otras partes”.
Respecto a Pompeo, declaró “El fue secretario de Estado del presidente Trump, creo que hasta aspiraba a la presidencia del Partido Republicano, respetamos su punto de vista, no lo compartimos, entendemos la circunstancias de lo que se está viviendo en Estados Unidos para que todos los mexicanos tengan la información va haber elecciones en noviembre, entonces hay acusaciones mutuas y todo el mundo opina”.
“Están muy mal acostumbrados a meter las narices en otras partes. No afecta en nada, son puros inventos, es que ellos están anclados en la doctrina Monroe, hay una actitud muy intervencionista”, señaló López Obrador.
Sin embargo, a pesar de su discurso, la realidad es que el destino de México está a merced del T-MEC en el cual el socio que manda es el imperialismo estadounidense, así como éste determina la continuidad de la estrategia de seguridad basada en la militarización y las políticas antimigratorias, que coexisten con los llamados de López Obrador a que Estados Unidos financie la extensión de sus planes sociales a otros países para frenar la migración.
Guardia Nacional con mando militar
Este lunes el mandatario volvió a pronunciarse a favor de que la Guardia Nacional sea una rama de las Fuerzas Armadas y que sea el secretario de la Defensa quien se haga cargo para garantizar la seguridad.
“Sí, o sea lo que se busca, desde principio, es que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa como el Ejército, como la fuerza Aérea, una rama, así está en otros países, yo soy partidario de eso. Si la institución se deja como pasó con la Policía Federal, en Gobernación, en la Secretaría de Seguridad Pública se va a echar a perder, si depende de una Secretaría como la defensa que tienen una tradición de formación a sus elementos, hay doctrina, hay garantía de que no se corrompa”, declaró López Obrador.
Esta es la forma en la cual se le da continuidad a la militarización del país, que solo sirve como medida de control social para defender megaproyectos y el saqueo de bienes comunes naturales que llevan a cabo las trasnacionales, así como deja correr los negocios ilegales del capitalismo dependiente mexicano: el tráfico de drogas, de personas, de mercancías, entre otros.