A un año del desalojo de familias en Guernica. La escritura como arma de lucha, denuncia y resistencia de una estudiante de Letras.
Viernes 29 de octubre de 2021 07:08
Foto: Joaquín Díaz Reck
Un pedazo de tierra es
una porción de vida- o muchas-
Si la Providencia nos regala una parte
si nos brinda un suelo donde pisar y
mantenernos erguidos
¿Quién es quién para decidir el hábitat prohibido?
¿Cómo hacer para no caer en el olvido?
de estos ojos, de estas niñas y estos niños
que juegan sin saberlo todo
que viven inocentes, que ignoran lo sufrido
por sus madres, padres, seres queridos
viviendo en resistencia
buscando ser oídos.
El charco que jugamos a que sea río
el barro que tal vez vuelva a ser melodía
la manta pesada, la leña juntada
para calentar la vida
para encalidecer y llenar barrigas.
Y es la inconciencia colectiva
son los medios que targiversan
versa versan, poco dicen
te tiran el discurso
"Que lo privado se normalice"
Te toma por sorpresa
Tomás hasta el pucho con tal de no pensar
acá nadie te dio lugar
¿Qué lugar, okupás?
Rajá de acá, rata inmunda, este es mi suelo y
yo solo lo puedo pisar.
Colonizadores de sueños e historias
invasores acusando ilegalidad
Quebrando en mil retazos los sueños
sueños que un día volverán a brillar.
¿Qué hacemos acá sentados?
Dejame sentir
quiero respirar el aire de mi tierra triste
quiero decirte que la esperanza existe
dibujar sonrisas a mi familia,
que sientas gusto de como viste
Quiero darte cielo mar y tierra
frutos frescos, arenas limpias.
Techo, cama, agua, vida
vida digna, fidedigna.
De acá no nos saca nadie
esta es mi casa, este es mi hogar
repulsión total a tu normalidad
a tu chapita, a tu comodidad
a tu discurso, a tu arrasar
Estamos vivos, seguimos latiendo
algún día me verás resucitar.