De los 200 millones de dosis que tenía comprometidos, la empresa prevé entregar 50. La “guerra por las vacunas” impide que se produzcan millones de dosis en todo el mundo.
Lunes 26 de abril de 2021 22:18
La Unión Europea demandó a AstraZeneca por lo que el bloque describe como retrasos en el envío de cientos de millones de dosis de vacunas contra el coronavirus, una fuerte escalada de una larga disputa entre el bloque y el fabricante anglo sueco.
La empresa respondió públicamente que se va a “defender fuertemente en la corte” y que lamentaba la decisión de la Comisión Europea, el ejecutivo del bloque común.
Según algunos medios del viejo continente, los funcionarios del ejecutivo europeo estaban furiosos por la negativa de la empresa a desviar las dosis fabricadas en dos plantas del Reino Unido. El CEO de AstraZeneca, Pascal Soriot, se excusó diciendo que estaba obligado por contrato a suministrar en primer lugar las dosis fabricadas en Oxford y Staffordshire a los residentes en el Reino Unido.
El meollo de la cuestión está en una cláusula del contrato por el que la empresa se compromete a hacer “sus mejores esfuerzos” para entregar las dosis comprometidas. La UE dice que esto no se cumplió y, previsiblemente, AstraZeneca lo niega. Aduce problemas técnicos que demoraron la producción.
Pero esta disputa deja al descubierto una cuestión profunda detrás del esquema de producción y distribución de las vacunas. La escasez actual de dosis, que hace que la UE quiera quedarse con vacunas destinadas a otros lugares, no descansa sobre cuestiones técnicas sino económicas.
Las patentes le garantizan a las empresas , el monopolio de la producción y comercialización de un producto, vacunas en este caso. Y esas empresas pueden habilitar a otras a producir, acuerdo económico mediante.
Hoy AstraZeneca dice que tiene problemas que le impiden cumplir con los plazos de entrega comprometidos con la UE mientras existe capacidad ociosa para producir vacunas en varios países del mundo.
La empresa anglo sueca tiene un acuerdo con el Serum Institute of India (SII), el mayor productor mundial de vacunas, con una capacidad instalada para producir alrededor de 1200 millones de dosis al año. Pero según la revista Business Today de la India, el país podría producir hasta 8200 millones de vacunas al año, suficiente para vacunar a toda la población mundial.
En conjunto, los fabricantes indios de vacunas, como SII, Bharat Biotech, Panacea Biotech, Sanofis Shanta Biotech, Biological E, Hester Biosciences y Zydus Cadila, tienen una capacidad instalada para fabricar 8200 millones de dosis de diferentes vacunas al año. Si es necesario, esta capacidad puede ajustarse para fabricar las vacunas COVID-19.
Pero muchas de estas instalaciones están paradas o son utilizadas para producir otros fármacos porque no llegaron a acuerdos con las empresas dueñas de las patentes o simplemente porque les genera más beneficio dedicarse a otra cosa.
En un momento en que la India es noticia por la enorme crisis sanitaria que causó la pandemia, con millones de muertos y crematorios a cielo abierto, los capitalistas locales o extranjeros siguen amasando fortunas.
Utilizando solo una parte de la producción de los laboratorios se podría abastecer a millones en todo el planeta rápidamente. Y esto se podría replicar en otros países con capacidad de producir vacunas. Para esto se deberían eliminar las patentes.