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Anti-sindicalismo. Hasbro, la compañía de juguetes, envió sicarios Pinkerton a casa de un YouTuber

La compañía que es dueña de franquicias como Mi Pequeño Pony y Peppa Pig envió a sicarios de la agencia Pinkerton, notoria por su actividad anti-sindical, a casa de un YouTuber que había comprado por error un set de cartas que aún no salían a la venta.

Óscar Fernández

Óscar Fernández @OscarFdz94

Viernes 28 de abril de 2023

El pasado sábado 22 de abril, el YouTuber Dan Cannon, conocido en el mundo virtual como oldschoolmtg [la traducción y significado de "MTG" sería "Magic: The Gathering de la vieja escuela"], tuvo una visita bastante particular. Sicarios de la Agencia de "Detectives" Pinkerton arribaron a su casa para recuperar un juego de cartas.

Cannon habría conseguido sus cartas, una expansión del juego Magic: The Gathering, luego de comprarlas a un amigo el miércoles 19 de abril, quien a su vez habría obtenido el paquete junto con otros por medio de un distribuidor certificado. Es decir, las obtuvo legalmente al comprarlas como cualquier mercancía. El problema es que sus cartas eran la expansión llamada March of the Machine: The Aftermath, la cual no tenía previsto su lanzamiento sino hasta dentro de un par de semanas.

Sin tener mala fe en su accionar, Cannon compartió videos emocionado de conseguir el paquete de expansión y reveló el diseño en redes de Magic. Pero el pasado sábado fue visitado por sicarios de la agencia Pinkerton, quienes asustaron a sus perros y a su esposa y exigieron que les entregara las cartas.

La compañía Wizards of the Coast, que produce la franquicia de las cartas de "Magic: the Gathering", afirmó que envió a un investigador "como parte de una investigación sobre la distribución y divulgación no autorizadas de productos embargados". La empresa afirma que el investigador "lo visitó [a Cannon] y le pidió que se pusiera en contacto con nosotros en el marco de nuestra investigación y que devolviera el producto embargado y su empaquetado. Aceptó hacer ambas cosas. Estamos sustituyendo todo el producto no lanzado por el producto que pretendía comprar".

Cannon, por el contrario, afirmó en un video que el viernes que su esposa y él no estaban en casa, sicarios de Pinkerton arribaron a su vivienda y, al ver que no estaban, se dedicaron a hostigar a sus vecinos, algunos ya de la tercera edad, lo cual calificó de "sobrerreacción" y "completamente innecesario". "Si me hubieran llamado o mandado correo, habría cooperado sin ningún problema. Los Pinkerton no necesitaban ir de puerta en puerta preguntando por mí y hostigar gente; mis vecinos no necesitaban estar involucrados", dijo en el video.

En declaraciones en el portal io9, Cannon agregó "que en cuanto mi esposa abrió la puerta preguntaron agresivamente por mí con mi nombre completo... se anunciaron como la Agencia Pinkerton (de la que conozco muy bien su reputación), y dijeron que estaban allí para recuperar ’bienes robados’". Después de que su esposa les pidiera que esperaran afuera, Cannon dijo que los sicarios intentaron entrar por la fuerza e impidieron que la sra. Cannon cerrara por completo el portón. Cuando Cannon finalmente llegó, sacó a todos al exterior de su vivienda y pidió a los agentes que los trataran con más respeto. "Al final se calmaron y se mostraron más civilizados", dijo. Ello no impidió que el trato de los Pinkerton hiciera llorar a la sra. Cannon.

Los Pinkerton amenazaron a los Cannon con que si no entregaban los "bienes robados", escalarían a la policía local, con penas de hasta 10 años de prisión y una multa de USD$200,000. La patronal, por supuesto, niega los hechos. Dice que "refuta rotundamente esta descripción de los hechos, que contradice tanto el informe de la investigación como la conversación entre el individuo y el representante de Wizards of the Coast tras la interacción en cuestión" y que "bajo ninguna circunstancia daríamos instrucciones a ningún empleado o agencia contratada para intimidar a un individuo".

El legado de los Pinkerton

Si usamos aquí el término "sicario de Pinkerton" no es ninguna exageración. Si bien fue fundada como agencia de detectives a mediados del siglo XIX y poco antes de la guerra civil estadounidense, a pesar de que su fundador Allan Pinkerton, un migrante escocés involucrado en el movimiento cartista y que fue cercano a Abraham Lincoln, se declaró un simpatizante de la abolición de la esclavitud, la agencia Pinkerton fungió, luego de la muerte de Allan Pinkerton, como una organización antisindical.

Los Pinkerton fungían como infiltrados en las organizaciones obreras, llegando a actuar de rompehuelgas, entre ellas la Gran Huelga Ferrocarrilera de 1877. En el poblado de Reading, en Pensilvania, los sicarios Pinkerton junto con la milicia estatal dispararon a los huelguistas, resultando en cerca de 16 muertos y alrededor de 50 heridos, junto con 100 personas arrestadas. A este evento se le conoció como la Masacre de Reading.

En 1892, en Pittsburgh, Pensilvania, los trabajadores acereros entraron en huelga para exigir que no se les redujera el sueldo. Como respuesta, la patronal envió a la milicia local y a agentes Pinkerton al área conurbada de Homestead, donde se armó la campal, resultando en la muerte de cerca de 15 personas entre huelguistas y matones de la patronal.

El resultado, aunque llevó a una derrota de los obreros de Pensilvania, causó que el gobierno de Estados Unidos pasara el "Acta Anti-Pinkerton", como se le conoce a la Sección 3108 del título 5to del Código Laboral de Estados Unidos, el cual explícitamente dice que "un individuo de la Agencia de Detectives Pinkerton o cualquier organización similar no puede ser empleado por el Gobierno de los Estados Unidos o por Gobierno del Distrito de Columbia". Entre 1936 y 1941, el Comité La Follette publicó diversas y exhaustivas audiencias dando cuenta de la actividad de los Pinkerton: espionaje industrial, servicios de rompehuelgas, sabotear actividades sindicales de carácter legal, entre varias otras.

La fama y reputación de los Pinkerton es tal que incluso han sido retratados como antagonistas en varios medios. Por ejemplo, en el juego Red Dead Redemption 2 (RDR2), los agentes Pinkerton participan en secuestros y ataques a varias pandillas, incluyendo a sus seres cercanos. Este retrato llevó a la Agencia Pinkerton, que sigue existiendo en pleno siglo XXI (y como Dan Cannon dejó claro, su reputación es conocida), a demandar a la compañía que produce el mencionado videojuego RDR2, Rockstar Games y su compañía madre, Take Two Interactive.

Por su parte, Hasbro tiene como accionistas a la compañía fondo buitre Vanguard y Black Rock, que poseen 19.2% de las acciones de la empresa. La empresa que es dueña de juguetes y franquicias para niños envió mercenarios a la casa de un youtuber, hostigó a sus vecinos ancianos, le causó un ataque de ansiedad a su esposa, todo porque por error obtuvo un paquete de cartas antes de que éstas salieran a la venta.

Dicho error podría haberse evitado si los trabajadores de Hasbro pudieran organizarse sindicalmente, lo cual habría garantizado que ese paquete de cartas no hubiera llegado por error en el camión equivocado. No es menor, ya que en el corazón de Estados Unidos, los jóvenes se han identificado como la "Generación U" (por "union", sindicato en inglés) y han emprendido esfuerzos para obtener reconocimiento en empresas tan antiobreras como Starbucks, Amazon y Google, pero es claro que la prioridad de los dueños de Magic y "Mi Pequeño Pony" está en las ganancias de la patronal y no en tener una buena logística para sus empleados y que los consumidores puedan tener acceso a los juguetes que producen.

En cambio, decidieron enviar a agentes de la organización antisindical más infame de Estados Unidos para amenazar a una persona y a su familia. La verdadera cara del capitalismo.


Óscar Fernández

Politólogo - Universidad Iberoamericana

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