Esta convocatoria, da cuenta que la rosca por la "unidad" peronista sigue, mientras a los codazos limpios cada dirigente busca perfilarse para el 2019.
Viernes 22 de junio de 2018 01:21
El pasado viernes 15, en la sede del Club Atlético Los Andes, se encontraron varios dirigentes del justicialismo con una consigna clara: "Hay 2019". Grande fue el abanico de dirigentes que se hicieron presentes, como el senador provincial Santiago Carreras; el titular del partido Miles, Luís D’Elía, el legislador del Parlasur y exdecano de la Facultad de Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora Gabriel Mariotto; los concejales de Lanús Natalia Gradaschi y Edgardo Depetri; el titular de la CGT de Lomas, Carlos Costello; la rectora de la Universidad Nacional de Lanús, Ana Jaramillo; el secretario de Cultura de Almirante Brown, Eduardo Fabiani; el concejal browniano de Unidad Ciudadana Ángel Akike; el exconcejal de Quilmes Daniel Gurzi
También participaron el exdiputado Carlos Raimundi; la exsenadora y diputada nacional Diana Conti; el metrodelegado, Nestor Segovia; el secretario general de La Cámpora y diputado nacional, Andrés Larroque; el jefe de Bloque del FPV en la Legislatura porteña, Carlos Tomada; el Diputado del Parlasur, Jorge Taiana; el ex gobernador y actual Intendente de la Ciudad de Resistencia, Jorge Capitanich; el dirigente del Movimiento Evita, "Chino" Navarro; el dirigente del Frente Renovador, Felipe Solá; y los tres protagonistas: Aníbal Fernández, Hugo Moyano, que fue con su hijo Pablo, y Alberto Rodríguez Saa, quien cerró el acto.
Una larga lista de presentes para la fiesta en casa de Insaurralde, aunque a él, al parecer, no le llegó la invitación.
Esta convocatoria, da cuenta que la rosca por la "unidad" sigue, mientras a los codazos limpios cada dirigente busca perfilarse para el 2019. El conjunto del peronismo huele la sangre de un Cambiemos golpeado y recupera esperanzas ante la crisis política y económica del gobierno que no parece tener una salida cercana. Sin embargo, se encuentra profundamente dividido y aún, sin una figura fuerte para la contienda electoral del año que viene que tanto ansían, para la que falta mucho.
No por casualidad eligieron el distrito de Lomas de Zamora para realizar este acto político hacia el 2019 ya que, sin lugar a dudas, es uno de los lugares del conurbano bonaerense más importantes y que, junto con La Matanza, concentran el grueso del padrón en la Tercera Sección Electoral. Son territorios estratégicos en votos y centro político de las múltiples divisiones de un peronismo que habla de unidad, pero aún no la consigue.
Por un lado, el ala comandada por Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba, que prácticamente parece parte del oficialismo nacional; con una posición intermedia, los Urtubey, Bossio y Pichetto, que oscilan entre ser oposición y colaborar activamente con Cambiemos; hasta Duhalde operando tras una eventual candidatura “unitaria” de Lavagna. En tanto, el Frente Renovador, se ubica más como oposición por momentos, pero cada vez que el gobierno necesita, aparece para darle la mano necesaria. Mención aparte para los Intendentes del conurbano con juego propio, como Insaurralde, como también para un Rodríguez Saa encabezando un acto como este. Y en el combo, el kirchnerismo, que aspira ser el mayor abanderado de una amplia unidad de todos, para sacar al gobierno de Macri, en las presidenciales de 2019 mientras hicieron la plancha dejando pasar el brutal ajuste durante estos años.
¿Unidad a costa de qué (y quiénes)?
“Vamos a ser gobierno en el 2019” sentenció Hugo Moyano. Pero ningún discurso se pronunció sobre qué harán, si ganan, con la fraudulenta deuda externa que se profundiza con el nuevo acuerdo con el FMI, y que pagaremos los trabajadores y trabajadoras y las generaciones que nos siguen. No en vano, el pasado martes, los diputados del Peronismo Federal y el massismo no dieron el quorum necesario para que se realizara la sesión en la que se discutiría el acuerdo con ese ente internacional, demostrando el rol colaboracionista a la hora de sostener las políticas de ajuste y entrega del Gobierno, que es minoría en ambas Cámaras. El kirchnerismo, se llamó a silencio.
"Como dijo Perón, hay que unirse bajo las reglas del juego. Cuáles son esas reglas de juego, según el general: las elecciones. No existe ningún otro invento" dijo en su intervención, el halagado Rodríguez Saá. Este es el programa del justicialismo, que opta por eludir las expresiones de repudio masivo y popular que se expresaron en las jornadas de lucha como las del 14 y 18D contra la reforma previsional y la que muy probablemente se exprese el próximo lunes en el paro general.
Unidad para frenar el ajuste
El peronismo y el kirchnerismo buscan la unidad a toda costa, metiendo en la misma bolsa a los gobernadores que aplican el ajuste en sus provincias, a los legisladores que votaron en contra del proyecto de ley de legalización del aborto, a las burocracias sindicales de los distintos gremios que durante estos años mantuvieron una tregua con el Gobierno sin convocar a medidas contundentes ni un plan de lucha para enfrentar el ajuste y los despidos, mientras los trabajadores están sufriendo las consecuencias.
La semana pasada el movimiento de mujeres mostró una fuerza de miles en las calles, durante todo el día y la noche del miércoles y la mañana del jueves cuando finalmente salió votada la media sanción del proyecto de ley elaborado por la Campaña Nacional por el derecho al Aborto. La unidad de esas mujeres estudiantes, trabajadoras, amas de casa con la de los trabajadores es la que puede transformarse en una fuerza imparable que enfrente los planes de ajuste que nos quieren imponer el Gobierno, los grandes empresarios y el FMI. La reciente convocatoria a un paro "dominguero" que tiene que transformarse en un parazo contra el acuerdo con el FMI y el no al pago de la deuda, por la anulación del tarifazo y el aumento salarial sin techo. Hay 2018 todavía, y con esa fuerza que surge de la unidad de la lucha de la clase trabajadora hay que salir a pelear para frenar este saqueo histórico que están preparando.
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