Irán fue golpeado este miércoles por el ataque más mortífero de su historia desde 1978. Al menos 84 personas murieron en un ataque reivindicado por el Estado Islámico.
Viernes 5 de enero 12:35
Este miércoles 3 de enero, dos explosiones dejaron al menos 84 muertos y más de 200 heridos, según el último informe comunicado por las autoridades iraníes.
El ataque más mortífero en el país desde el incendio de Rex en Abadan en 1978 tuvo lugar en Kerman, donde miles de personas se reunieron para conmemorar la muerte de Ghassem Soleimani.
El ex comandante de operaciones exteriores de la Guardia Revolucionaria, asesinado el 2 de enero de 2020 por un ataque estadounidense en Irak, es considerado un héroe nacional en Irán, siendo el principal artífice del aplastamiento de ISIS en Irak. Dos bolsas explotaron con unos minutos de diferencia cerca de la mezquita Saheb Al-Zaman, donde está enterrado Soleimani, y la segunda explosión mató a los rescatistas que habían venido a intentar salvar a las víctimas de la primera.
Si el régimen iraní se apresuró a señalar con el dedo a Israel y a su aliado estadounidense, en un contexto de fuertes tensiones regionales desde el 7 de octubre, el ataque fue finalmente reivindicado por el Estado Islámico este jueves.
La organización islamista sunita ya ha perpetrado numerosos ataques en Irán, de gran mayoría chií, en el pasado y aparentemente lo ha vuelto a hacer. El autoproclamado “califato”, que controló gran parte de Siria e Irak en 2014, está muy debilitado y ha perdido la mayor parte de su territorio. En Telegram, el grupo yihadista afirmó que dos de sus miembros " activaron su cinturón explosivo "en medio de ’una gran reunión de apóstatas’, cerca de la tumba de su líder Ghassem Soleimani ayer en Kerman, en el sur de Irán ".
Tras los ataques, el líder de la república islámica de Irán, Ali Jamenei, prometió una “respuesta firme” y el presidente del país, Ebrahim Raïssi, se comprometió a castigar e identificar a los responsables. Este ataque corre el riesgo de desestabilizar aún más la región, que se encuentra sumida en una gran crisis ante el genocidio que lleva adelante en Gaza Israel desde el 7 de octubre.
En los últimos días, las tensiones entre Irán e Israel ya eran muy fuertes, mientras que la víspera del ataque, el Estado de Israel había asesinado en Beirut (Líbano) al número dos del buró político de Hamás, Saleh Al-Arouri, así como a otros seis miembros de la organización . El 25 de diciembre, Irán ya había acusado a Israel de haber matado al general Razi Mousavi, miembro de mayor rango del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria en Siria, antes de prometer represalias.
Al mismo tiempo, los ataques estadounidenses contra las milicias pro-Irán han aumentado en las últimas semanas; el más reciente tuvo lugar en Bagdad este jueves. Si el Estado de Israel no está vinculado al ataque de Kerman, este ataque sigue siendo un duro golpe para el régimen iraní, aunque la tumba de Soleimani, declarado " mártir viviente " incluso antes de su muerte, sea considerada un lugar de altísima importancia. valor simbólico. Este jueves 4 de enero también ha sido declarado día de luto nacional.
Irán, que se ha librado relativamente de los ataques de ISIS en los últimos años, sin duda responderá con firmeza a este ataque y tal vez reabrirá un nuevo frente, mientras que los Guardias Revolucionarios y sus representantes del "Eje de Resistencia" ya están movilizados en múltiples conflictos en la región.
El régimen de los ayatolás, sujeto también a una fuerte oposición de los propios iraníes, sobre todo desde las manifestaciones masivas que siguieron al asesinato de Mahsa Amini en 2022, podría experimentar un período de mayor inestabilidad. Si Irán ha experimentado varias victorias a nivel externo en los últimos años, en Siria, Yemen e Irak, el ataque de ayer corre el riesgo de exacerbar aún más las contradicciones que lo afectan a nivel interno.
