Tras el escándalo de apropiarse de miles de toneladas de alimentos de los comedores, la ministra aseguró que las familias deben criar bien a sus hijes. Con su posgrado de la UCA y los gerentes de Toyota, Shell y otros ricachones, les enseñará a alimentarlos y entrenerlos. Si es necesario con vouchers. Solo si es necesario.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Viernes 27 de diciembre de 2024 12:45
“La familia es la que tiene que cuidar a los niños, no los tiene que cuidar el Estado” dijo la ministra ante su público: todos varones, empresarios, funcionarios y sindicalistas. La mayoría está acostumbrada a recibir del Estado sueldos millonarios, subsidios y beneficios, contratos, impunidad. Ellos, que viven de la teta del Estado, le quieren explicar a las madres empujadas a la pobreza por las políticas gubernamentales, cómo tienen que sobrevivir.
La publinota sirve para promocionar un proyecto del gobierno. Según Infobae “un rediseño integral de la política social del Gobierno, mediante la creación de Centros de Familia, que tendrán la misión de reunir todos los planes y programas de asistencia directa a la población vulnerable, y que incluirá además la aplicación de un sistema de vouchers para que los niños sin recursos puedan asistir a clubes o instituciones de barrio”.
Parece una broma si no generara tanto asco. La “política social” del gobierno ha sido multiplicar la pobreza, recortar los programas sociales, vaciar los comedores, perseguir a las organizaciones sociales y sacarle el pan de la boca a los pibes. Y eso que Tolosa Paz ya los había dejado a pura harina.
Pero además muestra toda su desprecio de clase hasta en su “loable” iniciativa. A lo largo de su historia la clase trabajadora ha creado redes sociales, solidarias, de contención y recreación, más allá de las políticas del Estado capitalista y sus instituciones. Comedores, clubes de barrio, plazas, talleres de todo tipo, bibliotecas, bandas, espacios colectivos. Autogestionados, con exigencias de fondos al Estado o como fuera. No quita que la crisis y las condiciones de trabajo golpeen una y otra vez esos espacios colectivos. Y sobre todo el tiempo de ocio de las infancias y sus familias. El capital busca permanentemente quebrar esos espacios y lazos, privatizar espacios verdes o clubes. Pero no estuvieron esperando a Pettovello para organizarse socialmente. Ni tampoco van a esperar un voucher para hacerlo.
Los medios no explicaron cómo funcionarían los voucher. Quién los distribuiría, qué condiciones pondría, si serían del Estado o habría privados en el medio, entre qué instituciones podrían elegir las familias.
Pero el escenario de la presentación es un alerta. En la foto estaban representantes de la Unión Europea y la OEA. También empresarios, entre ellos Daniel Herrero (Fundación FIEL/Toyota); Martín Beyries (Amazon Web Services); Matías Szapiro (PlusPetrol); Verónica Staniscia (Shell); Fabián Castillo (Comercio e Industria CABA); Pablo Peralta (Grupo BST); y Gabriel Martino (BFL Invest). Y sindicalistas: Gerardo Martínez (UOCRA); Jorge Sola (Seguro), Cristian Jerónimo (sindicato del vidrio); entre otros.
Con solo pensar en dejar la “asistencia social” en manos de esos tipos a uno le da escalofríos. Son los mismos que pidieron un salario mínimo de 279 mil pesos hace una semana y el gobierno les cumplió. Que ganaron miles de millones de pesos durante este gobierno (y los anteriores también) a costa del hambre popular. Que traicionaron a sus trabajadores.
¿Qué pueden esperar las familias de las barriadas pobres de estos personajes?
Según uno de los presentes, la propuesta “tuvo una buena recepción, al punto que se ofreció financiamiento para poner en marcha todo”. O sea que con algunas migajas de sus fortunas van a comprar un par de pelotas para un club de Villa Corina. ¿Los pibes y pibas tendrán que jugar con zapatillas rotas pero la pelota con el logo de Toyota? ¿Se vienen los picados con camisetas Shell vs Amazon pero con la panza vacía?
Pero la iniciativa esconde algo más. Un avance “sobre el territorio”. Luego del acuerdo con las iglesias evangelistas pero con tensiones con la católica, el gobierno busca avanzar con su “política social”. Que es también una “policía social”. Porque los voceros de la reunión anunciaron que “entre enero y febrero se exigirá que cada uno de esos establecimientos reconocidos por el Ministerio de Capital Humano que presente los listados de los asistentes, con nombre, apellido y DNI. Una vez que tengamos esta información, va a ser procesada y se va a cruzar con las bases de datos, para ver exactamente en qué condición está cada familia, qué necesita, qué subsidio tiene y si tiene subsidios cruzados”.
Un "Big data" del hambre. Seguro Amazon prestará sus servidores.
Hay otro objetivo profundo. “Se instalarán los Centros de Familias que tendrán la misión de brindar soluciones para las familias en los territorios más vulnerables”. Porque según Pettovello, “primero había que sacar a los gerentes de la pobreza, después hacer que el dinero le llegara directamente al bolsillo de la gente y lo que viene ahora es reconstruir la familia”.
Confirmado: quieren seguir atacando a las organizaciones sociales, barriales, deportivas, comunitarias, para controlar la pobreza. El Estado niega la comida pero se mete en los barrios para continuar su guerra por otros medios.
Es un peligro.
Además habla de los “gerentes de la pobreza” junto a los verdaderos gerentes de la miseria: los CEO del círculo rojo.
¿Qué hacía la CGT ahí? Según Infobae, “tanto los empresarios como los sindicalistas destacaron la paz social que se vive en el país en este fin de diciembre”.
Suficiente ilustración.
La única que puede enfrentar la degradación social a la que nos empuja el capitalismo y sus gobiernos es la propia clase trabajadora. Uniendo a los sindicatos y trabajadores registrados con los informales y precarios; codo a codo con el personal de salud que hace funcionar la salud pública, con las y los estatales que desde Anses, Pami, Trabajo, Desarrollo y otras dependencias atienden diariamente la situación, con la comunidad educativa que enfrenta el vaciamiento de la escuela pública, sus comedores y talleres que ayudan al desarrollo de las infancias.
Milei empuja la miseria todo lo posible. El peronismo se conforma con la miseria de lo posible. Solo la izquierda pelea para cambiar esta realidad desgarradora. Pero para eso hay que tocar los intereses de los CEO de la pobreza, expropiar a los expropiadores y reorganizar la sociedad sobre nuevas bases.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.
