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Red Internacional
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Juntos por el Cambio. Internas y “señales”: Morales y Lousteau hicieron un acto de la UCR, y Larreta pasó a "saludar"

En la coalición derechista se aceleran los tiempos de los alineamientos de cara al 2023. Junto a los cruces entre el PRO y la UCR, también se acentúan los de sus principales figuras al interior de esos partidos. Con la excusa del 29° aniversario del gobierno de Alfonsín, el jujeño y el líder de Evolución, protagonizaron un acto para mostrar volumen propio. Larreta en su propio juego, y en medio de su disputa con el ala dura del PRO por la candidatura en la Ciudad, pasó a decir presente.

Domingo 30 de octubre de 2022 15:29

Foto: Cadena Patagonia

Foto: Cadena Patagonia

El sábado al mediodía fue el momento elegido por la cúpula de la UCR nacional para organizar un acto a propósito del 29° aniversario del gobierno de Raúl Alfonsín. Detrás de esa simbología está la necesidad del partido centenario de mostrar fuerza propia en su pelea por las candidaturas, los espacios, y en resumen el lugar que podría ocupar en una eventual vuelta a la administración nacional de Juntos por el Cambio. Desde ese partido dicen ya no querer estar relegados a un rol secundario, como lo fue durante el fallido gobierno de 2015-2019.

Con alrededor de una decena de oradores, la centralidad fue reservada para el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y Martín Lousteau, líder de Evolución que aspira a pelear por la candidatura a jefe de gobierno de la Ciudad. En los discursos de ambos estuvo la necesidad de la “unidad” en la coalición cambiemita (el lema del evento fue “Unidos, ganamos”), los dardos contra Macri y los halcones de JxC, y la defensa de “fórmulas mixtas o cruzadas” en diversos distritos, es decir combinando candidatos de PRO con UCR u otro de los partidos, como la CC, que componen el espacio.

Lousteau, dirigiéndose contra Macri, Bullrich y el ala dura del partido amarillo, señaló que el “shock” económico no es necesariamente la salida a la profunda crisis que atraviesa el país, y le lanzó a sus socios, que el país necesita de una coalición amplia que “aprenda de sus errores” para avanzar con transformaciones. Por fuera de las diferencias de forma en cómo aplicar el ajuste, todas las alas de Juntos por el Cambio coinciden con seguir la hoja de ruta del FMI y el ataque a las mayorías que éste implica. Así se vio en el Congreso la semana pasada, con el apoyo de una parte de esa coalición al Presupuesto 2023. El PRO, que no lo acompañó, lo hizo porque pedían un ajuste aún mayor que el ya propuesto por el Gobierno.

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Por su parte, Morales, que mantiene un régimen policíaco en la provincia que gobierna, tomó la palabra al final del encuentro y confrontó también con el ex presidente y el ala dura de su partido: “liderar no es creer que tenemos el mejor equipo de los últimos 50 años para después fracasar”, apuntó. Y aprovechó la ocasión para repetir el cruce de hace unos meses entre el jujeño y el ex presidente, luego de que Macri se refiriera a la UCR como un “populismo light” y a Irigoyen como el primer populista: “No acepto la descalificación de quienes nos dicen populistas. Y creen que somos unos atrasados porque nos abrazamos a los ideales de nuestro partido”, se quejó.

Dos datos importantes de la puesta en escena radical, fue la ausencia de uno de sus principales referentes en la actualidad, el neurólogo Facundo Manes, y el “paso” por el evento del jefe de gobierno porteño. El faltazo del primero, quien se excusó por estar comprometido con un acto del PSOE español, se inscribe en la competencia que mantiene con Morales, ambos figuras fuertes del radicalismo para pelear por la candidatura a presidente. Morales más por poder y “estructura” territorial, mientras que Manes por su conocimiento y presencia mediática.

Por parte de Larreta, su paso por Costa Salguero a “saludar” y retirarse antes de que comenzaran los discursos fue la jugada que eligió en el marco de su cercanía a los radicales y la posibilidad de un acuerdo con Lousteau para pelear la jefatura de gobierno porteña a Jorge Macri, bancado por su primo y Patricia Bullrich, quien viene de cuestionarle que pretenda "entregar la Ciudad” a alguien por fuera del PRO; principal bastión de ese partido a nivel nacional.

Faltan diez meses para las PASO, en caso de no ser suspendidas, y la interna en la coalición derechista se recalienta. Con las promesas incumplidas del gobierno del Frente de Todos y la crisis económica y social que lejos de superar, consolidó, Juntos por el Cambio, a pesar del desastre hecho durante su gobierno y las disputas y acusaciones entre sus figuras, tiene chances reales de volver a Casa Rosada.

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Tanto los partidos de la coalición derechista como las distintas alas al interior del Frente de Todos coinciden en lo sustancial de plan de gobierno. Esto es, continuar con el programa de ajuste dictado por el FMI para pagar la deuda fraudulenta contraída durante el macrismo, a pesar de diferencias en los ritmos o las formas de cómo deberán aplicarse esas “medidas dolorosas”.

Ante ese panorama se vuelve sustancial organizarse desde abajo y apoyar con todo las luchas del pueblo trabajador, como fue la del neumático, para pelear por una alternativa política independiente de las y los trabajadores, que tenga como horizonte algo totalmente opuesto a la resignación que ofrecen desde los partidos mayoritarios de elegir el “cómo” ser ajustados en nuestras vidas.