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Red Internacional
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IRRACIONALIDAD CAPITALISTA. Joven denuncia desperdicio capitalista: 1,2 millones de kg de plátanos a la basura para no bajar precios

La joven Biby Rivas realiza en redes una denuncia de cómo un tercio de la comida que se produce en el mundo se desperdicia, mientras cada 4 segundos alguien muere de hambre. "Hablemos de la irracionalidad del capitalismo y de por qué es necesario pelear por otro modelo de sociedad".

Miércoles 21 de agosto

¿Se regula el mercado solo? ¿Es el capitalismo un sistema racional? A estas preguntas responde tajantemente la joven Biby Rivas, en un video en redes sociales con miles de reproducciones, a raíz del titular que ha aparecido estos días en los medios sobre la retirada de 1,2 millones de kilos de plátanos de Canarias en perfecto estado para que no baje su precio. "Esto no sólo es horrible, es la naturaleza del capitalismo y de eso vamos a hablar hoy", dice Rivas.



"Por desgracia lo que ha ocurrido en Canarias no es algo puntual, de hecho el año pasado se tiraron 28 millones de kilos en total, ni algo aislado del sector agrario. Vivimos en el sistema en el que un tercio de la comida que se produce es desperdiciada (1,3 gigatoneladas) mientras cerca de 800 millones de personas pasan hambre en el mundo. Es lo que tiene vivir en un sistema en el que la producción no está para atender las necesidades sociales sino para enriquecer lo máximo posible a las grandes empresas a costa incluso de nuestras vidas y de nuestro planeta".


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"Otro ejemplo de lo bien que funciona el capitalismo es la vivienda. En el Estado Español hay casi 4 millones de viviendas vacías en manos de bancos y especuladores mientras casi 30.000 personas no tienen hogar".


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"Respecto a la situación medioambiental, vemos como las grandes empresas son responsables del 80% de las emisiones de CO2, o cómo más de 100 toneladas de ropa al día son desechadas en vertederos del sur global mientras los expertos ya avisan de que las consecuencias del cambio climático cobrarán dimensiones catastróficas en las próximas décadas.

Con sanidad, lo mismo. ¿Qué hubiera pasado si durante la pandemia se le hubiera puesto aunque sea un impuesto excepcional del 50% a la enorme fortuna de Amancio Ortega para ampliar los hospitales y residencias, contratar más personal y mejorar los servicios? Pues que él hubiera seguido siendo asquerosamente rico pero se hubieran salvado muchas vidas. ¿O qué hubiera pasado si la sanidad privada se hubiera puesto al servicio de atender a todas aquellas personas que murieron en las salas de espera de hospitales públicos faltos de recursos y personal, o si las grandes farmacéuticas hubieran colaborado en el desarrollo de la vacuna en lugar de echar la carrera a ver quién era el primero en sacar tajada de nuestras vidas? Que hoy lloraríamos muchísimas menos pérdidas en todo el mundo. Porque en el capitalismo no es que no haya crisis, es que las hay y siempre las pagamos los mismos.

Es que sin ir más lejos con los sinsentidos de este sistema, dedicamos una cuarta parte del día a trabajar por salarios con los que casi ni llegamos a fin de mes mientras millones de personas están en paro. Cuando con una reducción de la jornada laboral y repartiendo las horas, trabajaríamos todos, trabajaríamos menos y produciríamos lo necesario".


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"Dicen que el capitalismo es el mejor sistema económico y que es imposible que haya otra cosa. Pero el capitalismo no ha sido eterno, tiene un origen histórico y puede tener un final. No tenemos ni podemos conformarnos con el futuro distópico que nos ofrece, con nuevas guerras por los recursos y las zonas de influencia y con unas crisis climática más agudas. Somos muchos más los que no le debemos nada a este sistema, los desposeídos, los asalariados, los parados, la juventud precaria, los clase trabajadora migrante, las mujeres y sectores oprimidos.

Solo tenemos que organizarnos para pelear por otro tipo de sociedad. En la que se planifique democráticamente, en la que se produzca lo necesario en convivencia con la naturaleza de la que dependemos y en la que vivir no sea morir trabajando para los bolsillos de otro".