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NUEVOS Y VIEJOS DEBATES. Judith Butler en Argentina: activismo y debates feministas

La filósofa estadounidense Judith Butler realizará esta semana una conferencia en la Universidad Nacional Tres de Febrero.

Celeste Murillo

Celeste Murillo @rompe_teclas

Lunes 8 de abril de 2019 11:59

En el marco de la Semana del Arte en Buenos Aires, la filósofa Judith Butler, una de las principales referentes mundiales del feminismo, llegará a la Argentina para participar de una conferencia de prensa organizada por la Maestría y el Centro Interdisciplinario en Estudios y Políticas de Género de la Universidad Tres de Febrero (UNTREF).

Junto a integrantes del colectivo Ni Una Menos, participará de la la mesa redonda "Activismo y pensamiento", a las 19 horas.

El encuentro, que se realizará el martes 9 de abril a las 19:00 horas en el Microestadio de Villa Lynch, ubicado en la sede donde funciona el campus de la UNTREF. Será la segunda visita de Butler. La primera fue en 2015, en el marco de una presentación de la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género, donde brindó la conferencia Cuerpos que todavía importan, en la que desarrolló su idea del género y la sexualidad como construcciones culturales atravesadas por el poder.

Quién es Judith Butler

Entre sus trabajos más importantes se encuentra su obra sobre teoría política y ética, como Contingencia, hegemonía, universalidad (elaborado junto a Ernesto Laclau y Slavoj Zizek) o Vida Precaria. Pero también es un referente en lo que respecta a estudios de género y teoría feminista. Libros como El género en disputa, Cuerpos que importan o Deshacer el género, son de lectura obligada para quienes se interesan en las teorías feministas, y marcaron un hito en los debates feministas y sobre las perspectivas de los movimientos contra la opresión.

Judith Butler es profesora de Filosofía en los Departamentos de Retórica y de Literatura Comparada en la Universidad de California, Berkeley, aunque su notoriedad llegó a otros ámbitos académicos y movimientos sociales, y sus libros fueron traducidos a varios idiomas.

Se transformó en una de las teóricas clave del movimiento queer, que en la década de 1990 surgió como contracara posmoderna de la cooptación del feminismo liberal y tecnócrata que se incorporaba a las agencias gubernamentales y era absorbido por las agendas de Estados y gobiernos.

Su teoría performativa del género y la sexualidad desafió los planteos de ese feminismo liberal (mayormente estadounidense y europeo, que como critican correctamente muchas corrientes se reduce al "universal" de mujer blanca, heterosexual y de clase media). Con su trabajo El género en disputa (1990, traducido al castellano casi 10 años después), Butler planteó una crítica al supuesto heterosexual del feminismo, mediante la deconstrucción de las categorías de sexo y género. Desde un punto de vista posestructuralista, indagó sobre las prácticas sexuales no normativas que cuestionan el género como categoría de análisis.

Butler entiende el género y la sexualidad como construcciones culturales impuestas, en contraposición a la visión de los roles de género o sexuales con raíces biológicas. Y a la vez define que esas identidades son construcciones discursivas represivas y excluyentes. Por ejemplo, para la autora, la categoría mujer, como representación de valores y características determinadas, es normativa y por tanto, excluyente.

Desde su punto de vista, para alcanzar la liberación de la propia identidad, opresiva en sí misma es necesaria una crítica de las categorías identitarias que naturalizan e inmovilizan las identidades actuales. Según Butler, sería necesario cambiar constantemente de identidad, mediante prácticas performativas, para trastocar las categorías de cuerpo, sexo, género y sexualidad, y subvertir así las identidades impuestas.

A propósito de la visión de Judith Butler, Andrea D’ Atri planteaba en “Igualdad y Diferencia. El feminismo y la democracia radical... mente liberal: “la autora sobrestima el potencial subversivo de la performance con relación a la constitución de los sujetos generizados o las identidades de género al punto de no plantearse la reestructuración total de ese orden simbólico hegemónico que tiene su fundamento en un orden social históricamente determinado de exclusiones, apropiaciones y opresiones materiales”.

Aunque este y otros aportes de la visión de Butler son interesantes y ayudan incluso a una reflexión sobre los desafíos y perspectivas del movimiento feminista y de mujeres, su reflexión se presenta escindida de la práctica política, y esto le ha valido varias críticas sobre todo desde corrientes de la izquierda y del feminismo. “Contra su teoría de la performatividad de género, había admitido la necesidad del sujeto ‘mujeres’ anteriormente deconstruido, al momento de pensar las políticas emancipatorias” (“A propósito de la edición de Vida Precaria, de Judith Butler).

Una de las grandes limitaciones de la aparente radicalidad butleriana es el horizonte político de una “democracia radical y pluralista”. Esta democracia, bajo la aparentemente libre elección de los representantes, disfraza la dominación (de una clase sobre otra) de aceptación. Este es uno de los debates más interesantes, abiertos ante el fracaso de los planteos de una ampliación de derechos y la inclusión de las agendas feministas a la agenda de las democracias capitalistas.


Celeste Murillo

Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

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