Las noticias que se siguen sucediendo en los medios sobre los desalojos e incidentes en La Salada no hablan de un componente central de la feria: los miles de jóvenes y adultos que quedaron atrapados en la interna de barras y punteros, perdiendo sus puestos de trabajos, su único medio de subsistencia. Conversamos con Lorena, una joven que trabaja en la feria desde los 12 años y cuya historia de vida es parecida a la de miles de jóvenes que viven alrededor de la feria.
Sábado 18 de abril de 2015
¿Cómo empezaste a trabajar en La Salada?
Mi vieja queda desocupada a mediados de los ‘90, desde ese momento trabaja de vendedora ambulante. Luego de irse a vender a distintas ferias, empieza en La Salada en el ‘99; ella laburaba ahí y también iba a juntar verduras al mercado central. Con eso nos mantenía a los 8 hijos. Al toque nos pusimos a laburar con todos mis hermanos en La Salada, hacíamos de todo: venta ambulante, cuidábamos coches, limpiábamos las calles, hacíamos comida y muchas cosas más.
Yo iba a la escuela y trabajaba en la feria. Lo que recuerdo de mi infancia es que siempre laburábamos de madrugada, en medio de la lluvia, muertos de frío, con hambre, con sueño, rogando que no haya tormentas, porque no teníamos otra fuente de ingreso.
Lorena calcula que en los tres barrios pegados a la feria (Corcho, Villa Amelia y Budge) el porcentaje de jóvenes que trabaja en la feria seria entre 60 y 90%, sin mencionar los que vienen de otros barrios. Según el censo realizado por el INDEC, en 2010 el 40% de los jóvenes de la provincia de Buenos Aires no estudia ni trabaja, son la generación “ni-ni”; las mujeres rondan el 74% dentro de ese número (donde el 41% son madres) y el 62% son pobres.
¿Por qué creés que la feria sigue creciendo después de tantos años?
La gente sigue trabajando ahí después de todos estos años porque no consigue otra cosa. A mí me gustaría trabajar en blanco y tener algunos beneficios, aunque sean pocos: obra social, vacaciones... Yo tengo cursos de cocina, operador de Office, barman, lenguaje de señas, pero las veces que fui a buscar trabajo me rebotaban. Por eso cada vez hay más gente del barrio que trabaja en la feria. Nuestros barrios son muy pobres, muy carenciados, fueron creciendo a medida que crecía la feria.
Solo en La Rivera son más de 10.000 los puestos que desalojaron la semana pasada. Esto sin contar los puestos que existen en las otras tres ferias (Urukupiña, Ocean, Punta Mogote), que se calcula que serían 5 veces más. Cerca de $100.000 cuesta comprar un puesto.
¿Cuáles son las condiciones de trabajo de los feriantes?
Muy malas. Trabajás entre 12 y hasta 16 horas. Para la juventud y las mujeres, mucho peor. Una tiene que ir a trabajar en condiciones higiénicas horribles, en el medio de la lluvia, donde ponés en riesgo tu salud. Hay mujeres que van a trabajar con bebés en brazos, por ahí estás dándole el pecho al bebé mientras atendés clientes, tenés que dormir con tu bebé entre los fierros de los puestos. En todas esas horas solo podés ir al baño una o dos veces, porque no podés descuidar tu puesto. Los jóvenes que trabajan acá no pueden disfrutar de cosas cotidianas de su edad: como ir a bailar, salir al cine o divertirse, porque tenés que trabajar de noche y si faltás no tenés la plata para llevar a tu casa. Lo que para los medios son noticias de desalojos, para nosotros es la pérdida de nuestra fuente de trabajo.
Lorena esta por terminar la carrera de Historia (le falta una materia para recibirse). Le gusta mucha la literatura, sus preferidos son Edgar Allan Poe, Henry James, Rodolfo Walsh, Cortázar, Galeano, Isabel Allende, Marx, Engels, Foucault. Ama la música: toca en una banda de rock hace más de tres años, hace percusión y adora la música latinoamericana como la de Yusa y Susana Vaca; pero no cambia por nada a Los Redondos.
¿Cómo te parece que fue la “década ganada” para la juventud trabajadora?
Lo que se ganó fue en desempleo, en trabajar para comer al día. No es casual que en los supuestos años de crecimiento económico haya crecido tanto la feria. A los jóvenes que vivimos por estos barrios no nos pueden hablar de “inclusión”, como lo hace el gobierno. El kirchnerismo es responsable de seguir manteniendo el trabajo en negro, con salarios de miseria y negando los derechos a la juventud trabajadora.
A pesar de todo, lo que hay que resaltar es que la gente que trabaja en la feria, a pesar de los desalojos, de que la policía te saque muchas veces la mercadería, que te destruyan los puestos y demás, tiene ese algo que yo lo llamaría “emprendedores”. Por eso defendemos tanto la feria y luchamos mucho cuando nos desalojan, porque es nuestro único medio de subsistencia.
¿Qué opinás de los candidatos que se presentarán a estas elecciones?
A mi no me extraña que Insaurralde haya empezado su campaña con las topadoras derribando los puestos. Ni el gobierno ni el municipio nunca nos dieron una mano a los feriantes, al contrario, nos sacan nuestra fuente de laburo. Las pocas veces que se intentó organizar algo acá, a los cabecillas los compraban los punteros y vendían toda la lucha. Massa y Scioli basan sus campañas sobre la “inseguridad”. Como después de tantos años el chamuyo de “crecimiento económico” no lo cree nadie, tienen que tener ese discurso de mano dura y políticas de derecha. Los jóvenes tienen voluntad, pero al no haber organización, cada lucha debe empezar de cero. Por eso me parece importante el rol de los docentes, por eso yo elegí ser profesora. ¿Qué mejor edad que la adolescencia para cuestionar todo y querer cambiar la sociedad? Eso es lo que queremos.