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Debate. Kimberly Clark: un aporte al debate sobre estos meses de lucha obrera

A cuatro meses del cierre de Kimberly Clark, saludamos la lucha de sus trabajadores y aportamos algunos elementos al debate sobre los balances realizados por el Partido Obrero oficial y el PO Tendencia.

Miércoles 5 de febrero de 2020 22:46

Desde el cierre a fines de septiembre, los trabajadores de Kimberly y su comisión interna mantuvieron la ocupación de la planta hasta el 4 de diciembre cuando fueron desalojados por un operativo represivo del gobierno de Vidal. Convocaron, el jueves 30 de enero, a un acto en la puerta de la fábrica donde anunciaron cómo continuarán en esta nueva etapa, exigiendo al gobierno de Alberto Fernández la reactivación de la planta y peleando por el cierre de las causas.

El cierre de Kimberly Clark era algo que la empresa venía preparando con la cesantía de un turno y el despido de contratados, en el marco de un “plan global” de reestructuración que la empresa anunció en 2018 y que contemplaba el cierre de diez plantas en todo el mundo, mientras amasaba enormes ganancias. Similar a lo que han hecho otras multinacionales como Pepsico, que tampoco tenía ninguna crisis económica cuando cerró la planta de Florida, o Coca Cola que pretendió usar un PPC trucho también para despedir.

La burocracia sindical, como buen perro guardián de las patronales, se puso al servicio del macrismo y dejó pasar cientos de cierres de fábricas y despidos, incluidos casos escandalosos como éstos donde no había ninguna crisis. La burocracia papelera, principal responsable, no convocó a medida alguna mientras había cierres y despidos en todo el gremio, y la CGT y CTA que hicieron lo propio a nivel nacional. Junto con ellos el peronismo, por ese entonces “opositor”, pactó la gobernabilidad y esperó dejarle al macrismo que haga el trabajo sucio, siendo cómplice de dejar a 200 familias más en la calle.

Papeleros de Kimberly Clark en lucha
Papeleros de Kimberly Clark en lucha

El cierre encontró resistencia y a diferencia de otras fábricas donde dirige la burocracia o no hay experiencia de organización, la comisión interna de Kimberly Clark está dirigida por el Partido Obrero hace más de una década. Durante el conflicto, estuvo atravesada por la división entre PO Oficial y PO Tendencia, ambos con sus balances propios.

Los trabajadores y la Comisión de Mujeres mantuvieron una resistencia que merece nuestro respeto, más allá de las diferencias que tengamos con la conducción del conflicto. A ellos, y al conjunto de la vanguardia obrera, en especial de la zona sur de GBA, queremos acercarles algunas de nuestras conclusiones para aportar al debate sobre el balance. Algo fundamental para prepararnos para futuros golpes sobre los sectores de vanguardia bajo el nuevo gobierno de Alberto Fernández y de Axel Kicillof en PBA, que tiene por Ministro de Seguridad al derechista Sergio Berni que se dedicó a reprimir luchas obreras como Lear durante el gobierno de CFK.

Dos balances para una orientación no muy distinta

En los últimos días fueron publicados dos balances firmados por los delegados que dirigen la comisión interna: el Partido Obrero oficial y el PO Tendencia.
El primer balance lo escriben estos últimos, y establece que en el desarrollo de las asambleas se fueron evidenciando dos orientaciones: “La impulsada por el oficialismo del PO apuntaba a parlamentarizar el conflicto y sumar electoralmente a la campaña del FIT-U. Esto consistía en buscar el apoyo de diputados de distintos partidos y en la elaboración de proyectos productivos, una suerte de "ajuste" laboral propio, que probablemente recibiría el apoyo de quienes ya en ese momento se alineaban con el ´pacto social´. Nuestra orientación, en cambio, planteaba abrir el conflicto a los distintos sectores el movimiento obrero que salen a resistir los cierres de fábrica y despidos, marcando un canal organizativo y de acción directa, mediante el apoyo e impulso de coordinadoras que venían surgiendo desde sectores que luchaban aisladamente y procesaron la necesidad de agruparse”. [1]

Corte de la Autopista Buenos Aires-La Plata junto a organizaciones solidarias
Corte de la Autopista Buenos Aires-La Plata junto a organizaciones solidarias

El segundo balance, el Partido Obrero oficial, defendiendo la orientación propia declara: “La tesis de la “parlamentarización” no explica el enorme despliegue de lucha, que incluyó la conformación de la comisión de mujeres y sus numerosos eventos para financiar el fondo de lucha, actos masivos, cortes de autopistas y del Puente Pueyrredón, el bloqueo a la planta de Kimberly en el parque industrial Pilar, recorridas por sindicatos, lugares de trabajo y estudio, el almuerzo en el Día de la Madre, recorrida por las fábricas del gremio, el rollazo en Plaza de Mayo (que fue cubierto hasta por la TV alemana), etc. De todas estas acciones la camarilla altamirista fue espectadora vip". [2]

Sin embargo, más allá de las acusaciones cruzadas entre ambos, creemos que no se buscó desarrollar una estrategia para nacionalizar el conflicto transformándolo en una gran causa popular en medio de la enorme ola de despidos que combinaba algunos lugares de resistencia y expectativas de masas en un gobierno peronista. Empezando por rodearlo de amplia solidaridad para complementar la fuerza de los obreros, lograr repercusión nacional y golpear así como presión sobre la burocracia, haciendo más costoso para el kirchnerismo desentenderse, y para el gobierno saliente decidirse a desalojar y criminalizar la lucha.

Papelazo en el centro porteño por la reapertura de Kimberly Clark
Papelazo en el centro porteño por la reapertura de Kimberly Clark

Como decíamos a un mes del cierre, que se produjo entre las PASO y las elecciones generales: “Kimberly Clark cerró en medio de una gran crisis política nacional, con un gobierno nacional y provincial que quedó muy golpeado y debilitado con las PASO. En ese tiempo, se podrían haber tomado acciones verdaderamente contundentes para golpear sobre el mismo y que el conflicto trascienda y obtenga mayor solidaridad. Ahora Macri perdió, pero el enorme voto a Fernández, en particular en el conurbano, expresa un rechazo al ajuste y a los cierres de fábricas que hay que lograr que se vuelque a favor de los obreros de KC y se transforme en una causa nacional que obligue a retroceder a la patronal y sino a que el Estado se tenga que hacer cargo, sin que se pierda ningún puesto de trabajo".

Podés leer: Un mes de lucha en Kimberly Clark: aportes para nacionalizar el conflicto

Esta lucha se dio además en el marco del surgimiento de la Coordinadora de Trabajadores de la Zona Sur, un incipiente espacio de coordinación que emergió como necesidad ante conflictos difíciles sin organización previa, que venían aislados como el de Ansabo, Ran Bat, Petronas, y estaban siendo apoyados por los trabajadores y despedidos de Coca Cola y su Comisión de Mujeres, Siam, aeronáuticos, ferroviarios, entre otros. Lo que de haber tenido una política consecuente de coordinación efectiva y no autoproclamatoria, podría haberse tomado como un importante punto de apoyo en el sentido de fortalecer a Kimberly, a los otros conflictos y la propia experiencia de coordinación.

Coordinadora de Trabajadores en Lucha de la Zona Sur en una jornada contra los despidos, cierres de fábrica y suspensiones
Coordinadora de Trabajadores en Lucha de la Zona Sur en una jornada contra los despidos, cierres de fábrica y suspensiones

Por el contrario, la coordinación propugnada por el PO Tendencia no pasó de ser declarativa. Los dos plenarios realizados constituyeron prácticamente actos en los que hablaron esencialmente las figuras sindicales del PO y el altamirismo, y sobre todo el segundo a un mes de conflicto (que además incluyó a ATE Quilmes), donde se le dio prioridad a los que tuvieran cargos sindicales, dejando sin uso de la palabra inclusive a Néstor Pitrola y dándole la palabra a los despedidos de Coca Cola recién luego de tres horas de anotarse y cuando la lluvia obligó a cerrar el plenario. Las acciones que de allí salieron no pudieron ser debatidas ni preparadas colectivamente.
Por otro lado, el PO oficial enumera hechos y medidas que no negamos e incluso reivindicamos como el papelazo y la prueba productiva que se hizo a fines de noviembre, pero la realidad es que fueron llevados adelante sin preparación seria previa, algunos convocados de una noche para el otro día, sin buscar amplia solidaridad efectiva y lograr repercusión pública a la altura de lo que necesita un conflicto extremadamente difícil.

El hecho de no realizar acciones que busquen repercusión importante, la negativa a la coordinación real y efectiva y a una política de frente único obrero para obligar a la burocracia a ir más allá o hacerle pagar un costo, junto a no proponerse realizar un llamado a resistir el desalojo contra la orden ya emitida por fiscalía, creemos que son los elementos que hacen a una orientación no muy distinta en lo que expresan ambos. La autoproclamación no es buena consejera.

Frente único obrero, coordinación y política para nacionalizar los conflictos

Creemos que era posible aprovechar la coyuntura política para mejorar las posibilidades del conflicto o lograr una lucha en la que la traición de la burocracia y el silencio cómplice del kirchnerismo pagaran el mayor costo posible.

En relación a la burocracia de papeleros, si bien desde el comienzo del conflicto se sostuvo en notas y declaraciones la necesidad de arrancarle un paro a la Federación y el sindicato, esto se alternó con expectativa de su intervención frente al Ministerio. Así, se realizó una asamblea en el sindicato del papel de Bernal por Kimberly, de la cual salió como resolución la movilización al Ministerio que fue impedida luego por un cordón policial con la complicidad de la Federación Papelera. De dicha asamblea siquiera fueron avisados los trabajadores de Ansabo que venían resistiendo totalmente ninguneados por el sindicato. No se buscó la unidad con un sector que venía resistiendo hacía meses siendo que había otros cierres dentro del gremio y en el mismo distrito. Esta unidad hubiese permitido llegar a la asamblea convocada por el sindicato con mayor fuerza y una campaña en la base de gremio para sostener la exigencia de paro empezando a nivel local.

La contracara es que ninguno de ambos se propuso seriamente la coordinación, y el PO oficial prácticamente la boicoteó ninguneando los conflictos que venían organizándose (así por ejemplo en el encuentro realizado en el predio del SUTNA en Pilar donde no pudieron tomar la palabra desde la Coordinadora de Trabajadores de Zona Sur).

La coordinadora en el Encuentro Trabajadores ocupados y desocupados en Pilar
La coordinadora en el Encuentro Trabajadores ocupados y desocupados en Pilar

Por otro lado, el Polo Obrero apoyó las movilizaciones de Kimberly y el acampe, pero mientras se daban las mayores movilizaciones del movimiento de desocupados creemos que no se buscó forjar la unidad por ejemplo acompañándolas desde Kimberly mostrando una pelea común frente a la desocupación a partir de la exigencia al Estado.

Una política de coordinación daba fuerza al objetivo de “golpear desde afuera”, con acciones en horarios que permitieran el mayor alcance mediático, como sugerimos desde el MAC, y fortalecer la lucha dentro del gremio papelero al tiempo que reunir la mayor cantidad de fuerzas en vistas de la traición de la burocracia.

En Siam por ejemplo, que se encontraba intervenida por la UOM y el ataque patronal fue dirigido directamente al activismo mientras la burocracia buscaba por todas las vías traicionar y dividir la fábrica, se combinaron acciones mediáticas sabiendo que el sostenimiento de los bloqueos era muy difícil una vez finalizado el paro, y se conquistó una importante solidaridad para su defensa de un amplio arco político buscando la coordinación así como fortalecer la relación con el barrio que cumplió incluso un rol destacado enfrentando luego el desalojo.

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Una política para hacer del conflicto una verdadera causa popular contra los despidos y cierres, para lo cual consideramos correcto utilizar la tribuna parlamentaria buscando comprometer a los diferentes bloques y la exigencia de que el Estado se haga cargo mostrando la utilidad de la planta para las necesidades sociales con acciones como el papelazo y la prueba productiva, podría haberse amplificado aprovechando lo conocidas de las marcas que produce Kimberly, instrumentado grandes acciones preparadas y mostrando la determinación a poner en marcha la producción.

El gobierno de Vidal junto a la patronal y la justicia prepararon el desalojo con la complicidad silenciosa del peronismo que no pagó ningún costo por esto ya que el macrismo hizo el trabajo sucio. Ambas tendencias se acusan por la no resistencia al desalojo. El PO Tendencia argumentando que “la dirección del PO dejó correr cinco horas de oro, sin avisar al resto de la comisión interna ni al colectivo obrero sobre el dato filtrado de un desalojo inminente”, el PO oficial respondiendo que “en las tres “visitas” de la fiscal y la policía, previas al desalojo, los altamiristas brillaron por su ausencia”. Sin embargo, no era la política de ninguno resistirlo sabiendo que la orden se encontraba dictada, como han hecho los trabajadores de Minetti, o en Pepsico. En este último caso, a pesar de no haber podido impedirlo cuestión que era muy difícil, provocó una respuesta nacional que obligó a todo el arco político a posicionarse y tuvo enorme costo para el gobierno de Macri que pospuso la reforma laboral. Con una enorme movilización de decenas de miles en repudio a la represión, se pudo continuar la lucha con la instalación de una carpa emblemática en Plaza Congreso.

Comisión de Mujeres de Kimberly Clark
Comisión de Mujeres de Kimberly Clark

Tanto en lo que hace a la relación entre coordinación y “frente único obrero” como frente a realizar medidas audaces, existe una continuidad en la política de ambos en Kimberly con la que hemos debatido frente a AGR, donde también los trabajadores sostuvieron una lucha muy dura y difícil. Las acusaciones cruzadas de “parlamentarismo” y “luchismo” expresan, a nuestro entender, dos caras de la misma moneda. Una orientación no luchista ni parlamentarista pasa por desarrollar las tendencias más avanzadas que da la vanguardia obrera en una coyuntura determinada buscando no solo el triunfo del conflicto derrotando a la patronal (algo que no siempre es posible de lograr), sino buscando fortalecer un polo de independencia de clase y debilitar a los enemigos que actúan en el movimiento obrero como la burocracia y el peronismo. No solo frente a los ataques consumados sino en la preparación para combates más agudos. En esto hemos sostenido una polémica con el Partido Obrero desde hace años en lo que hace tanto a la constitución de polos clasistas y su relación con el Frente de Izquierda Unidad, así como en relación a la táctica de frente único obrero y cómo actuar en la lucha de clases.

Contra la criminalización y por el triunfo de todas las luchas obreras, contra el pacto social

Desde el PTS y el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC9, nos hemos solidarizado desde el comienzo de la lucha de Kimberly acercándonos a cada acción y plenario convocado y aportando desde nuestras bancas al fondo de lucha.
En esta nueva etapa de su lucha se presenta la batalla contra la criminalización de las luchas obreras desarrollando una gran campaña por el cierre de las causas penales a los trabajadores de Kimberly, lo que constituye un ataque para toda la vanguardia y un antecedente para los que se propongan resistir planes de ajuste durante el gobierno de Fernández que preanuncian sus primeras medidas, junto a continuar la pelea por la reincorporación de los despidos y reapertura de la fábrica. Además se plantea relanzar la coordinación junto a sectores que continúan resistiendo como los trabajadores de Ansabo y los ferroviarios, despedidos de Coca Cola entre otros.

Valoramos muchísimo que un sector de Kimberly siendo una fábrica con años de organización hayan colaborado con la campaña del FIT U, lo que los coloca como parte de una vanguardia del movimiento obrero que comprende que más allá del resultado de su lucha particular los obreros tienen que pelear contra la política de los partidos patronales. Es por eso que este aporte al debate en curso sobre el balance de lo actuado, lo hacemos porque consideramos muy valioso sacar todas las lecciones posibles para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras más conscientes y aquellos que tienen que enfrentarse ahora a las patronales. Es lo que hacemos con cada “escuela de guerra” que nos presentan las patronales, la burocracia y el Estado.

Buscamos aprender de cada combate de la clase obrera y organizar a sus sectores más conscientes de la necesidad de construir un partido revolucionario para preparar la pelea contra los patrones en su conjunto y su Estado.

Seguí en La Izquierda Diario la lucha de los trabajadores de Kimberly Clark