Pedidos de “autocrítica” y de renuncias. Cruces fuertes y reuniones secretas. Carta Abierta, el Movimiento Evita y el intento de reconstruir un “proyecto” que ya mostró sus límites.
Martes 28 de junio de 2016
Desde hace dos semanas se desarrolla una crisis política dentro del kirchnerismo. El caso López fue el detonante de un proceso que viene abriendo fisuras en ese sector. La expresión más reciente fue la renuncia del Movimiento Evita como parte del bloque del FpV en el Congreso de la Nación.
Ese quiebre detonó una serie de cruces entre los referentes paladar negro del kirchnerismo -como Luis D’Elía y Diana Conti- y referentes del Evita como Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro.
La previa a la ruptura parlamentaria se hizo conocida el domingo. Ese día trascendió una reunión extraoficial entre el Movimiento Evita y Cristina Fernández, donde los primeros le habían pedido a la ex presidenta que se ponga al frente de la conducción del movimiento. Como resulta evidente, Cristina declinó y eso habría detonado el quiebre.
Recalculando
Desde el fin de semana, los dirigentes del Evita hicieron todo lo posible por ratificar su pertenencia al kirchnerismo como movimiento y bajar los niveles de tensión.
“Sigo siendo tan kirchnerista como el principio” afirmó Navarro en un medio. Pérsico, el lunes por la noche, dijo en C5N que “no nos vamos del kirchnerismo sino del bloque que se viene desgajando”.
“Para salvarlo, el kirchnerismo tiene que ser parte de lo nuevo que se geste” agregó para no dejar lugar a dudas. Lo “nuevo” tiene que trascender la dicotomía pura entre macrismo y kirchnerismo y ubicarse en la de macrismo versus pueblo.
En una suerte de teología de la vida personal, llegó a decir que sentía que había logrado sobrevivir a la dictadura y los 90 para tener la posibilidad de “conocer a Néstor y Cristina”.
¿En que quedó la dureza discursiva de días pasados?
Un movimiento político hacia el centro
Si se intenta que la sangre no llegue al río es porque el Movimiento Evita busca aprovechar, a su modo, el efecto López, que disparó la tendencia hacia un pan-peronismo políticamente de centro, una unificación que prescinda de los “extremos” de La Cámpora y el peronismo rastrero al estilo Urtubey.
En ese ecuación no solo juega la crisis abierta por la detención escandalosa de López sino también la ofensiva que el kirchnerismo “puro” sufre por parte del Partido Judicial y la Corpo mediática, en alianza con el gobierno de Cambiemos. En pocas semanas, los procesamientos de funcionarios kirchneristas han escalado en forma geométrica y acelerada. Ayer se conoció la decisión del juez Ercolini de levantar el secreto fiscal sobre Cristina Fernández y sus hijos Florencia y Máximo. Un golpe más en el centro del anterior poder político.
La Corpo mediática festeja los avances al tiempo que exige celeridad. Los José López, Ricardo Jaime y Julio de Vido, por citar solo algunos, rinden un servicio invaluable para esa política.
La tendencia hacia un peronismo políticamente en el centro se expresa además en la relación con Massa, con el que el Chino Navarro no descarta confluir si éste se ubica como opositor. El líder “renovador”, por el momento, intenta imponer condiciones. Ayer se conoció que, para un retorno al PJ, exige “el fin del lastre de La Cámpora y del kirchnerismo”.
El “retorno” de Carta Abierta
El caso López golpeó sobre la línea de flotación del kirchnerismo, al imponerle un límite para poder impugnar el ajuste en curso.
Intentando subsanar esa crisis, este lunes se conoció una nueva misiva del Espacio Carta Abierta, la número 21.
Reconociendo su silencio durante meses, la inteligentzia kirchnerista se propone despegar a Cristina Fernández de la crisis abierta, mientras busca dar fundamentos al discurso kirchnerista anclando (nuevamente) el relato en un pasado que no puede ser impugnado solo por el accionar de López.
Como no podía ser de otra forma, sobran los silencios. Señalemos solo uno. La carta afirma que se presenta “un panorama de pasajes y veloces constricciones, ampara nuevas mayorías en Diputados y Senadores, con el vértigo forzado que le otorgan las almas recientemente catequizadas (…) Sobran los nombres que por pudor omitimos”.
Lo que “sobra” es el descaro. En Diputados quienes hoy conforman el Bloque Justicialista eran parte del “proyecto” hasta hace meses; en el Senado, quienes votan a favor de los fondos buitre, todavía revisten en el FpV. Consignemos que CFK está (muy) lejos de despegarse de estos “traidores”.
De pisos y techos
En la noche de este lunes Emilio Pérsico señaló que el kirchnerismo es “el piso” sobre el cual se puede construir un nuevo proyecto. Pero, como tuvo que reconocer, ese piso tuvo enormes límites en el terreno social. Esa fue parte de las "autocríticas" que consideró necesario realizar.
Precisamente, como se afirmó hace poco “el límite de ese movimiento estuvo en el no cumplimiento del ya limitado programa que proclamó. Si en el terreno económico la “reconstrucción de una burguesía nacional” terminó en los José López y los Lázaro Báez, en el terreno del “empoderamiento de las organizaciones populares” también hubo mucho relato y poca realidad”.
A su modo, y desde distintos lugares, Carta Abierta y el Movimiento Evita se proponen reconstruir aspectos de un proyecto político y social que ya mostró sus límites estructurales.
Eduardo Castilla
Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.