×
×
Red Internacional
lid bot

Después del plebiscito. La CUT sigue alejada de las necesidades del pueblo trabajador, subordinada al régimen y a los grandes empresarios

Luego del resultado del plebiscito donde el “rechazo” ganó por una aplastante mayoría, las dirigencias de la Central Unitaria de Trabajadores-CUT iniciaron inmediatamente una ronda de diálogos junto a diferentes figuras políticas del Gobierno de Boric y representantes del Congreso. A pesar del envalentonamiento de la derecha que se adjudicó el triunfo del plebiscito, las medidas y reformas conservadoras que ha llevado adelante el gobierno sin querer tocar el negocio de los empresarios, la burocracia sindical de la CUT sigue apostando a los diálogos y negociaciones con los partidos del régimen, manteniéndose todavía por fuera de los intereses y necesidades del pueblo trabajador, cuando estos jugaron un rol central en el resultado del plebiscito. Dirigentes de una central siguen actuando como “ministros” de gobierno, mientras la crisis la seguimos pagando las y los trabajadores.

Sábado 17 de septiembre de 2022

En la foto: David Acuña(PS) presidente de la CUT y Juan Sutil presidente de la CPC

"Nadie en el mundo, nadie en la historia ha conseguido nunca su libertad apelando al sentido moral de sus opresores".

Assata Shakur

Apenas terminada la elección del plebiscito por la Nueva Constitución, literalmente al día siguiente la CUT comenzó a reunirse con diferentes personajes del mundo empresarial como también con aquellas figuras del Chile neoliberal.

Con el rechazo imponiéndose, la CUT se reunió con el ministro de Hacienda y amigo de los grandes empresarios, Mario Marcel donde se discutió cómo seguir con la agenda económica, social y laboral después del plebiscito.

En esta cita y como ha sido la línea de las direcciones sindicales de la CUT, sus movimientos se redujeron a seguir apelando a la voluntad de los políticos de estos 30 años de saqueo, manteniendo su adaptación a los empresarios, a la agenda política del régimen y del gobierno de Boric.

Para David Acuña(PS), presidente de la CUT, lo que está planteado post plebiscito es que "En Chile existe un proceso de cambio y es entendido por todos los actores. Aquí nadie ha dicho que efectivamente este proceso se va a detener, estos procesos de cambios van a seguir avanzando y esperamos que las voluntades que han manifestado los empleadores y los políticos sean verdades, ya que necesitamos seguir avanzando (...) esperamos que eso se concrete no solo en palabras, sino que en acciones".

Esto a pesar, que en esta misma ronda de reuniones donde se reunió Marcel con el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio(CPC), Juan Sutil, subiéndose al caballo del envalentonamiento de la derecha, enfatizó en que las reformas que se vienen tienen que responder a las exigencias de los grandes empresarios, ya que según este el triunfo del rechazo "va a permitir lograr hacer una buena reforma tributaria, lograr hacer una buena reforma de pensiones(...) hay que hacerlas bien, hay que hacerlas fuera del marco ideológico y hay que hacerlas dentro del marco del pragmatismo y la racionalidad". Está más decir, que la racionalidad de los grandes empresarios no significa más que la irracionalidad para las y los trabajadores, no por nada ante estos dichos Sutil ejemplificó que las reformas deben seguir la línea del sueldo mínimo y el proyecto de las 40 horas graduales a cinco años de la jornada laboral. Pero la CUT, sólo redujo sus declaraciones a que entienden la gradualidad, pero no están de acuerdo que sea a cinco años.

En esa misma tónica, y después de que Boric le pidiera a los presidentes de la Cámara de Senadores y Diputados, Álvaro Elizalde (PS) y Raúl Soto(PPD) de impulsar diálogos para la nueva cocina llamada nuevo proceso constituyente, ambos presidentes se reunieron con dirigentes de la CUT.

Desde la dirigencia de la central, plantearon ser incluídos en el proceso constituyente y donde Acuña haciendo alusión a los planteamientos de la derecha previo al plebiscito hizo un "llamado para que se respete la palabra empeñada; necesitamos tener y considerar un estado democrático garante de derechos".

A su vez, Eric Campos(PC), secretario general de la CUT, bajo el mismo alero de confianza en los partidos del régimen, incluída la derecha y los empresarios dijo que "la CUT mantiene la convicción de que este proceso de cambios que mandató el pueblo chileno el año 2020 no se ha detenido y no se va a detener con el resultado del día domingo”.

Para finalizar el presidente de la CUT, celebró la reunión con los presidentes del Congreso reivindicando que La reunión fue muy productiva y planteamos los distintos temas que nos preocupaban, porque es un proceso constituyente que efectivamente continúa, que es un mandato ciudadano y nosotros como CUT acompañaremos este nuevo proceso que se desarrolla, tal como lo hemos hecho desde el principio(...)Para nosotros, son señales de participación que nos alegran mucho”.

Basta de dirigentes que se comportan como “ministros” de Boric y cómplices de la cocina constituyente

Lo anterior expresa, que las direcciones de la CUT siguen en la dinámica previa al plebiscito y a la tregua que dejaron sentada desde el gobierno de Piñera. Esta vez actuando según los dictámenes de Boric no sólo asumiendo reformas a la altura de los intereses de los empresarios como el sueldo mínimo y la reducción gradual de las 40 horas, sino que también ahora siendo parte de la nueva cocina a espaldas del pueblo trabajador como es el proceso constituyente que se está discutiendo en perspectivas de una nueva constitución elaborada, discutida y respaldada por el Congreso tan cuestionado en la rebelión del 2019.

La CUT continúa la misma receta que llevó al triunfo del rechazo, mientras las direcciones de la central obrera más grande del país(dirige más de 3.100 sindicatos) se centran en la cocina constituyente, buscando volver a ilusionar a los desilusionados, nada hacen por las y los trabajadores que nos encontramos cargando la crisis con una inflación que no da treguas, siguen actuando ajenos a nuestras urgencias.

Mientras la inflación superó en doce meses el 14%, donde 59 de los 76 productos que componen los productos alimenticios suben sin parar [1], golpeando los bolsillos de las familias trabajadoras, las direcciones de la CUT están más preocupadas de que la cocina constituyente se lleve adelante al ritmo del régimen e incluso repitiendo recetas como lo declaró el mismo David Acuña planteando que el actual proceso constituyente “tiene que ser similar al anterior” en una entrevista a Radio U. de Chile.

Ante la nueva trampa del proceso constituyente debemos reagruparnos de manera independiente del gobierno y los empresarios para responder a las necesidades del pueblo trabajador y pobre

En este escenario lleno de trampas y cocinas, es fundamental reagrupar a las distintas organizaciones sindicales y sociales de manera independiente al gobierno de Boric y exigir a las direcciones de las principales centrales obreras como la CUT, poner fin a su tregua con el gobierno y dejar de esperar a que se logren las demandas con sus maniobras institucionales y mesas de negociaciones totalmente alejadas de las necesidades de las y los trabajadores.

Necesitamos preparar las condiciones para retomar las calles y las demandas de octubre, luchando por acabar definitivamente con toda la herencia de la dictadura, en la perspectiva de huelga general hacia una Asamblea Constituyente Libre y Soberana en el camino de un gobierno de las y los trabajadores.

Para esto es central impulsar la lucha por un programa de emergencia frente a la crisis económica y social. Partiendo por demandas fundamentales, como un aumento general e inmediato de los salarios acorde a la inflación de los alimentos, y un salario y pensión mínimos de $650.000; por la rebaja de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y cesantes sin rebaja salarial alguna; por detener el aumento de los servicios básicos de agua, luz, combustibles planteando la expropiación sin indemnización y bajo gestión de sus trabajadores de todas las empresas de servicios básicos que especulen con los precios como ha ocurrido con el caso de Metrogas. Por impuestos progresivos a las grandes fortunas, la nacionalización de la banca y el monopolio del comercio exterior para terminar con la fuga de capitales récord de los últimos dos años.

En esta misma perspectiva es necesario impulsar una corriente revolucionaria de las y los trabajadores, que se plantee tomar este programa en sus manos en lucha contra la conciliación con los grandes empresarios y las direcciones burocráticas que no hacen más que subordinarnos a los intereses del régimen, una alternativa que se plantee los objetivos para que la crisis la paguen los empresarios, basta de que sean las familias obreras y populares las que carguemos con el peso de la crisis.