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101º ANIVERSARIO. La Canadiense: la chispa de una huelga general y la jornada de 8 horas

A 101 años de una huelga histórica, que hoy forma parte de la tradición de la clase obrera del Estado español: La Canadiense.

Lunes 6 de febrero de 2017

Barcelona Traction, Light and Power Company Limited, fue fundada por el ingeniero canadiense Fred Stark Pearson en 1911 en Toronto. En diciembre de ese mismo año creó Riegos y Fuerzas del Ebro en Barcelona, que pasó a ser conocida como La Canadenca (La Canadiense).

Se dedicaba a la producción eléctrica y su distribución en el área metropolitana de Barcelona, para proveer electricidad en el alumbrado público, suministro doméstico o para las aplicaciones de fuerza motriz a los tranvías y ferrocarriles.

Por tanto, los trabajadores que protagonizaron esta gran huelga se habían enfrentado a un gigante. Fue en febrero del año 1919 frente a rebaja de salarios y el despido de ocho trabajadores por estar afiliados a la CNT, -sindicato que había nacido en Barcelona en 1910 y de 30.000 afiliados pasaría a alcanzar los casi 750.000 afiliados en 1919-. El resto de la plantilla entró en huelga por la readmisión, ante lo cual la patronal despidió a 140 más.

Pero la huelga de La Canadiense fue la chispa de una situación profundamente revulsiva, un hito de la “Rosa de foc”, de esa Barcelona rebelde cuyas calles se teñían de barricadas y luchas obreras. Y convirtió al año 1919 en el de mayor número de conflictos sociales hasta entonces: de 463 huelgas y 109.168 huelguistas, se pasó a 895 huelgas y 178.000 huelguistas. El número de jornadas perdidas se duplicó: de 1.819.295 en 1918, a 4.001.278 en 1919.

En un contexto de mayor resistencia y ajustes de las patronales, así como los vientos de crisis y subidas de precios, La Canadiense había sido la punta de lanza de un proceso de huelgas y luchas de una clase obrera que ya se había despertado, pero que ahora no sólo se duplicaban en cantidad sino también se prolongaban en el tiempo. Y sobre todo, había logrado una conquista que marcó un antes y un después tanto para la clase obrera como por el golpe que fue contra la patronal: la jornada de 8 horas.

También en un contexto internacional teñido por la Revolución rusa, alemana, húngara, la creación de la Tercera Internacional, cuyos ecos resonaban en el Estado español con grandes hitos como las revueltas campesinas en Andalucía, o la Huelga General Revolucionaria de 1917 que acabó con más de 70 muertos y 2.000 detenidos después de una huelga general que llevó a la caída del gobierno.

Y así fue que la huelga de las chimeneas -con una caja de resistencia que recaudó 50.000 pesetas- contagió a otras fábricas. El 18 de febrero comenzó la huelga textil. El 21 en la Eléctrica de Catalunya de capital alemán que suministraba electricidad a Barcelona; lo que llevó junto a la Canadiense a dejar sin suministro eléctrico a casi toda la ciudad y al 70% de la industria catalana. Así como también en todas las empresas de agua, gas, transporte.

La huelga se hizo general y se paralizó la vida entera. Mientras, el Sindicato de Artes Gráficas estableció la “censura roja” negándose a publicar cualquier noticia en contra de la huelga.

Desde diciembre de 1918 gobernaba el Conde de Romanones. Y contra la Rosa de Foc declaró el estado de guerra, al que le fue imposible frenar tal rebelión obrera. Fue así que tuvo que negociar y liberar a los 3.000 encarcelados en el Castillo de Montjuïc, readmitir a los represaliados; además de aumentar los salarios de La Canadiense y aceptar las 8 horas de trabajo.

Más de 20.000 obreros se reunieron en la plaza de toros de Las Arenas, con la intervención del dirigente obrero Salvador Seguí, el Noi del Sucre. Pero el capitán Milan del Bosch se negó a liberar a los presos sujetos a la jurisdicción castrense, mientras el ejército ocupaba Barcelona.

Hasta que se inicia la huelga general del 23 de marzo, con huelgas de solidaridad en otros puntos del país. El 3 de abril, el Conde Romanones anunciaba la jornada de 8 horas en todo el Estado, y días después dimitía.

Sin dudas la huelga de La Canadiense fue uno de los principales hitos de los años conocidos como el Trienio Bolchevique (1918-1921), con enfrentamientos continuos entre policías y sicarios patronales y pistoleros anarquistas. Aún así, la lección para los trabajadores no será el terrorismo individual, sino el crecimiento de de los sindicatos y métodos de lucha de los que la esta gran huelga fue escuela.

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